Cuando Propal pensó en el calendario de sus 60 años, fecha redonda digna de ser celebrada, convocó a una extraordinaria artista colombiana: la consagrada Maripaz Jaramillo, para dar vida y color a los doce meses del 2021.

Maripaz, consciente de las circunstancias apremiantes que para muchos trajo este 2020, un año de distancia social, de parálisis de varios sectores de la economía, y de “pausa” en los actos más cotidianos y aún de los más extraordinarios, propuso que el tema del calendario fueran los abrazos. Antes diarios, hoy escasos y bajo sospecha.

La serie original ‘Abrazos’ está dispersa por colecciones privadas a lo largo y ancho del mundo, y se trata de obras en acrílico sobre lienzo en las que la artista, por años, retrató la cercanía, la sensualidad, la alegría y la ternura de un abrazo, tan simple y tan extrañado por estos días.

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Los colores vivos e intensos de esta colección, las figuras de hombres y mujeres con cuerpos entrelazados, los labios no como amenaza de contagio sino como puerta al amor; la naturaleza juguetona y a la vez contundente que solo una maestra del oficio logra, se apoderaron entonces del 2021 desde enero hasta diciembre.

Buen augurio. Y habrá que tener paciencia para esperar otro mes, y otro, y otro, porque dar vuelta a cada página del calendario es encontrarse con un nuevo deleite.

“El reto fue grande porque al estar todos en pandemia, y yo desde mi finca sin gran conexión a redes, tuvimos que ingeniarnos la forma de hacer las reuniones con Propal vía Zoom, para seleccionar obras, para discutir el orden, y luego con el impresor y los diseñadores hasta dar con el color perfecto. Me mandaban las pruebas por correo físico, y yo las corregía y reenviaba. El verde quedaba muy claro, o muy opaco; el pelo del hombre bien, pero la cara de la mujer distinta al original. Me gustaba el naranja de la prueba 1 pero el amarillo de la 2. Sobre todo el verde debía ser muy preciso, pues los cuadros originales están hechos con un acrílico muy fino, italiano, y para llegar a ese tono perfecto mandé incluso las fotos del envase con el código del color, y lo lograron”.

En efecto, tras meses de trabajo a distancia, que comenzaron justo en el marzo aquel de comienzo de la pandemia en Colombia, se llegó al fin a la calidad deseada que ayer se materializó durante el lanzamiento del calendario Propal, en el Hotel Marriott, con presencia de la artista.
Cuando se le pregunta por el color de una ciudad, se remite de inmediato al impacto que para ella siempre ha tenido Cali, ciudad en la que vivió 10 años. Sin olvidar Cartagena. Así pues, la luz del Pacífico y la luz del Caribe, en esa cintura cenital que nos entrega el trópico, tienen mucha influencia en su mirada, y se asoma en el colorido de sus cuadros.

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“Todo lo que el artista vive se vuelca en la obra”, dice Maripaz, y recuerda el día en que regresó de una Europa muy gris y el avión abrió sus puertas en Venezuela; recibió en los ojos ese golpe de color, esa luz del trópico que le devolvió el alma al cuerpo. Por eso mientras otros artistas de su generación rendían culto al blanco, al negro, a los grises, ella abrazó la exuberancia sin temor.

Hoy el calendario Propal, una pieza de colección que en 60 años ha difundido lo mejor del arte hecho en Colombia, hace homenaje al alma colorida de Maripaz, cuya expresión, palabras y gestos transmiten la paz que porta en su nombre.

Por parte de Propal, Eduardo Posada, director general de este proyecto y gran impulsor del calendario, añade que para estos 60 años de celebración del arte en Colombia nadie mejor que una mujer, y una cuya trayectoria no deja sombra de duda sobre la calidad.

Inquieto, Posada le pregunta a Maripaz sobre la “inspiración” y las “musas”, y ella responde que ese ángel que se posa sobre el artista es -más que nada- un mito.

Todos los días de 9:00 a 12:00, y de 3:00 a 6:00 de la tarde, como si de un horario de oficina se tratara, Maripaz ondea pinceles y pinturas a la espera de que -como decía Pablo Picasso- la inspiración la encuentre trabajando. Y la abrace.

Propal, 60 años

Icónico

A lo largo de los años el calendario ha dado cabida a artistas como Enrique Grau, Fernando Botero, Beatriz González, Edgar Negret, Alejandro Obregón, Rodrigo Arenas Betancourt, David Manzur, Carlos Jacanamijoy, Lucy Tejada, entre muchísimos otros.

El calendario no se vende, cada año se imprime cierto número de ejemplares y se reparten entre líderes de opinión y empresariales, museos, bibliotecas y más. Incluso ha ocurrido que desde las cárceles envíen cartas de solicitud a Propal, pues desean que el calendario alegre las grises paredes de prisión con arte nacional.

Sobre la serie ‘Abrazos’ dijo el sociólogo y crítico de arte Carlos Castillo: “El solo abrazo no es la rendición ni la unión ni el perdón ni el amor compartido. Ella nos pide que miremos críticamente esos abrazos. Que nos veamos en ellos”.