Un parte importante de la Biblia y de la vida de muchas personas, además de su labor en la vida de una persona cuando está en diferentes etapas de su vida, ya sea en una en la que busca agradecerle a Dios o en las que necesita fortalecer su fe, buscando esta ayuda espiritual.
Uno de los salmos más conocidos que muchas personas en la sociedad recurren cuando atraviesan momentos de miedo y preocupaciones es el Salmo 23, el cual es un poema que habla sobre cómo Dios se relaciona con aquel que le entrega su vida a él.
Salmo 23
Así dice el Salmo 23:
“El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre”.
Explicación del Salmo 23
- Provisión y restauración: Dios es como un pastor que cuida de sus ovejas con mucho cariño. Y si la persona ama a Jesús, es una de sus ovejas. Dios lo sustenta y lo ayuda a encontrar todo lo que necesita para vivir. Él también le da al ser humano descanso y paz.
- La protección de Dios: Como el pastor protege a sus ovejas cuando pasan por lugares peligrosos, así Dios cuida de cuando el creyente se enfrenta a situaciones peligrosas. Sus enseñanzas lo guían y lo orientan, protegiendo su vida en la hora de dificultad. Dios nunca lo abandona.
- Fidelidad en todo momento: ¡Dios bendice a sus ovejas! A él le gusta hacer cosas buenas y tiene abundantes bendiciones especiales preparadas para todos sus creyentes. No obstante, la mayor bendición de todas es la presencia del amor de Dios en su vida.
Consejos para orar
- Encuentre un lugar tranquilo: para orar, lo ideal es hacerlo en silencio y sin interrupciones. Puede hacerlo en espacios de su casa como un jardín o una habitación alejada de las zonas sociales, o tal vez, podría preferir una iglesia.
- Establezca un tiempo: busque el mejor espacio del día para orar. Esto dependerá de sus preferencias y agenda. Por ejemplo, hay aquellos que gustan de hacerlo en la mañana, pues es una buena manera de empezar en el día. En cambio, hay otros que lo hacen en la noche, pues quieren dar gracias o reflexionar sobre lo que pasó durante la jornada.
- Exprese gratitud: lo mejor que se puede hacer al comenzar la oración, es dar gracias por todo lo bueno que se tiene.
- Hable desde el corazón y escuche: cuando ore, sea sincero y muestre todo lo que siente, tanto sus alegrías como frustraciones. Luego de eso, tómese el tiempo de escuchar sus pensamientos. A veces, la respuesta puede venir en forma de intuición, inspiración o simplemente un sentimiento de paz.
- Sea constante: la oración es una práctica que puede fortalecerse con la constancia. Establezca un horario y mantenga esa rutina.