La Paloma de la Paz, la emblemática obra que el artista Fernando Botero donó en 2016 al gobierno de Colombia, acompañó, por disposición del presidente Gustavo Petro, el ataúd de su fallecido pintor y escultor en sus homenajes de despedida.
La estatua blanca de pico dorado fue colocada sobre un pedestal al lado izquierdo del féretro, que cobijado por la bandera de Colombia estuvo en una capilla ardiente en el hemiciclo del Capitolio Nacional, sede del Congreso en Bogotá, para el velatorio que se inició el pasado viernes.
“He dado instrucciones que durante los homenajes al maestro Fernando Botero, su obra, la Paloma de la Paz, lo acompañe”, expresó el mandatario a través de la red X (antes Twitter).
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Ante la disposición de Petro, la guardia presidencial formó una calle de honor y trasladó la escultura de bronce de unos 70 centímetros desde la Casa de Nariño, la sede de gobierno.
Botero, uno de los artistas más relevantes del siglo XX y de los más cotizados del mundo, falleció el 15 de septiembre pasado, a los 91 años en su casa en Mónaco, Italia, a consecuencia de una neumonía.
“Un 15 de septiembre, fecha de su fallecimiento, coincide con que ese día, pero de 2016, la escultura fue donada al gobierno nacional”, señaló el mandatario. Luego apuntó: “La paz necesita un vuelo sostenido”, junto a una foto que deja ver una caja que contiene la escultural ave, con el voluminoso estilo que hizo célebre al maestro antioqueño.
La escultura, que en 2018 había sido trasladada al Museo Nacional por decisión del entonces presidente Juan Manuel Santos (2010-2018), volvió a la Casa de Nariño en 2022 con la posesión de Petro.
En septiembre de 2016, Colombia estaba por concretar la firma de un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, otrora el grupo rebelde más poderoso de América, y días antes Botero entregó a Santos la obra, que ha sido objeto de controversias políticas y que adornaba la antesala del salón Gobelinos de Nariño.
El viernes se inició una semana de homenajes póstumos a Botero en Bogotá, donde la capilla ardiente está abierta al público.
Un saludo desde El Vaticano
El papa Francisco envió una bendición a la familia Botero, tras un particular pedido hecho por su hija Lina, quien le envió un mensaje grabado, a través de un periodista local.
“Santo Padre, le pido por favor una oración para mi papá, Fernando Botero. Para su esposa también, quien nos dejó hace apenas cuatro meses después de un cáncer terrible y para nosotros su familia, que llevamos este dolor tan grande en el corazón”, clamó la única hija mujer del artista, fruto de su matrimonio con la gestora cultural Gloria Zea.
El mensaje de Lina Botero fue grabado y dado a conocer al Papa por parte del periodista colombiano Néstor Pongutá, quien hizo parte de la comitiva que acompañó al Santo Padre en su reciente viaje a Marsella, Francia.
Francisco observó el video con el mensaje del pintor y escultor que falleció a los 91 años, producto de una afección respiratoria. “A todos una bendición y rezo por esas intenciones, gracias”, respondió el Sumo Pontífice, al pedido hecho por la hija de Botero.
Para este lunes está prevista una ceremonia religiosa en la Catedral Primada, a la que se espera asista el presidente Gustavo Petro, quien se ausentó el viernes anterior, durante el arribo del cuerpo del artista antioqueño al Salón Elíptico del Capitolio.
Así lo confirmó Lina, durante su discurso en el Capitolio Nacional el pasado viernes, cuando expresó que su padre era “el más colombiano de los colombianos”.
“A pesar de haber vivido casi la totalidad de su vida fuera de Colombia, él llevaba el país firmemente inscrito en su corazón. Él decía que para ser universal hay que primero ser local, porque al tocar las raíces de su tierra, toca también las fibras más profundas y comunes a todos los seres humanos”, fueron las sentidas palabras de la hija de Botero, quien también se detuvo un instante para hablar de una de sus más controvertidas obras inspiradas en las torturas presentadas por parte de las fuerzas militares en las cárceles de Irak: Abu Ghraib, tan solo una parte de una buena cantidad de cuadros que le dedicó a las distintas caras de la violencia.
“Cuando vemos las escenas de masacre que hacen parte de la serie sobre la Violencia en Colombia, temas que produjeron en él rabia e indignación, reconocemos de inmediato que se trata de un Botero gracias a su estilo inconfundible. A pesar del tema a veces inclusive brutal, sus obras siempre comunican esa sensualidad, esa belleza porque como él solía decir, fueron pintadas con amor”.
Aseguró que su padre, hasta último momento, se mantuvo actualizado y preocupado por el país, con una labor silenciosa tratando de brindar a los demás las mismas oportunidades que para él hicieron una diferencia colosal en su vida.
“Por eso las múltiples becas que ofreció para jóvenes artistas y músicos. Por eso los museos que le permiten a los colombianos la posibilidad de apreciar de primera mano una obra maestra de los grandes artistas del mundo. Por eso su trabajo discreto de filántropo en favor de los ancianos y de los niños pobres de Colombia”, confesó.