“Este país tiene una deuda pendiente con Jaime Garzón. Lo dijo en su última entrevista, pocas horas antes de ser asesinado, y es que Colombia necesita saber quiénes son los que se lucran y viven de la guerra en este país, que son precisamente quienes acabaron con la vida de él”, asegura la dramaturga Verónica Ochoa.

Hoy, 13 de agosto, se cumplen 25 años del asesinato de este abogado, pedagogo, comediante, actor, locutor, periodista, político, activista y mediador de paz colombiano. Y hoy, su hermano Alfredo, junto a la dramaturga Verónica Ochoa, presentarán la novela ilustrada, ‘Garzón, el duelo imposible’, a las 2:00 p. m. en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, de Bogotá.

Jaime Garzón fue asesinado el 13 de agosto de 1999.

En el libro, con más de 3000 ilustraciones y más de 500 páginas, Alfredo cuenta la historia de su hermano y la suya, desplegando una conversación sobre el devenir social y político de las ideas de su hermano, en un testimonio gráfico y poético que intenta ser una forma de hacer justicia.

“Esta novela gráfica es un deseo de hace muchos años, que se materializó entre el 2019 y el 2024, estuvimos cinco años creando la novela. Mi deseo era unir mi oficio de dibujante con el caso de Jaime, y para eso me junté con la dramaturga Verónica Ochoa, e hicimos, con un equipo de artistas, esta novela de 560 páginas y más de 3000 ilustraciones, que está en las librerías”, le dijo a El País Alfredo Garzón.

Cuenta que hizo un recorrido mental por su propia vida, por la de Jaime, por su niñez y su juventud juntos, y su activismo político, luego, todos los hechos que hacen parte ya del conocimiento público, hasta el asesinato de su hermano. “Mis recuerdos más conmovedores son mi infancia con Jaime, los juegos”. Decidió que fuera una novela gráfica, por ser “una práctica artística que permite muchísima libertad para contar esta historia”.

La quinta versión de la Semana Nacional de la Esperanza se realiza con un tributo a Garzón, con varios actos, en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación, en Bogotá. | Foto: El País

Verónica Ochoa le reveló a El País que realizó una serie de entrevistas para determinar dónde quería poner el énfasis Alfredo, para componer su historia. “Hice unos juegos de escritura para desentrañar los contenidos ocultos y armé unas estructuras, para determinar los tres relatos del libro”. Después se nutrieron las imágenes y dispositivos narrativos con un equipo, encabezado por Alfredo Garzón, una investigadora, Laura Nepta; un encargado de diseño y color, Felipe Rivera y Verónica, que tradujeron el guion literario en uno gráfico.

El relato se compone de tres actos, el primero es el planteamiento de unas preguntas en torno al tema del duelo complejo, en un entorno en donde la justicia es inviable y donde la impunidad ha reinado, según sus autores. El segundo apunta al tema de las influencias, tanto de Jaime como de Alfredo, todo lo que ayudó a construir su mirada y estructura de pensamiento, los potenciales de este país, las inteligencias, la singularidad, las luchas, las resistencias. Y el tercer acto es el tema de este país que cercena o aniquila esas inteligencias y capacidades de generar afectos y transformaciones, todo en un marco biográfico y ensayístico.

Verónica Ochoa y Alfredo Garzón, autores de la novela sobre Jaime Garzón. | Foto: El País

Para la coautora, “la justicia llega hasta los niveles más bajos en las jerarquías del crimen, garantiza la impunidad de quienes se lucran de esta guerra que no cesa, de esta polarización cada vez más profunda y problemática. Tenemos la deuda de desenmascarar y decir, con toda serenidad, quiénes son los causantes de este desastre”.

Para ella, “los jóvenes encontraron en la figura de Jaime un solaz, de lugar esperanzador, en medio de una atmósfera muy hostil, muy violenta. Ellos saben que ese despojo sistemático de la esperanza y de las posibilidades de paz es una especie de estrategia, y no quieren seguir replicando ni heredando odios antiguos que han pasado de generación en generación, sino emanciparse de ese no futuro, y hallaron en él un inspirador para construir futuro y escenarios de paz y hacerse cargo, responsables del país”.

Y concluye Verónica: “Los grandes cómicos son animales escasos, unicornios. De ahí la gravedad de haber eliminado a un genio. El humor político en Colombia no es capaz de mirar sus sesgos, conductas machistas, xenófobas, no tiene el nivel de profundidad y agudeza de Jaime”.

EL DATO

La quinta versión de la Semana Nacional de la Esperanza se realiza con un tributo a Garzón, con varios actos, en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación, en Bogotá. Se hará homenaje en estatua a Garzón y en el lugar donde acabaron con su vida.