Australia decidió este martes 31 de octubre renunciar a su candidatura para organizar el Mundial de fútbol de 2034, reforzando aún más las opciones de Arabia Saudita de celebrar este evento y ser más favorita que nunca.
“Hemos estudiado la posibilidad de presentar una candidatura para organizar el Mundial de la Fifa y, después de haber tenido en cuenta todos los factores, hemos decidido no hacerlo para la competición organizada en 2034″, escribe la federación Football Australia en un comunicado.
Después de haber anunciado estar en conversaciones con Australia para presentar una candidatura común a la organización del Mundial-2034, la Federación Indonesia de Fútbol apoyó, finalmente, la candidatura saudita, apoyada oficialmente por la Confederación Asiática de Fútbol.
La Federación Internacional de Fútbol fijó este 31 de octubre como fecha límite para el envío de candidaturas, y por el momento solo se tiene la de Arabia saudita.
Después de la designación a principios de octubre de España, Marruecos y Portugal como anfitriones del Mundial-2030, la Fifa lanzó una convocatoria de candidaturas para la edición 2034, limitada a las confederaciones asiática y oceánica, para garantizar el principio de rotación.
Con Australia fuera de competencia y sin un rival en el horizonte, solo será cuestión de meses para que la Fifa anuncie un ‘secreto a voces’: Arabia Saudita será la sede del Mundial de la Fifa en el 2034.
El anuncio se estaría dando el próximo año, para que un país rico en petróleo sea la sede de la máxima cita del fútbol internacional, tal como ya lo hizo el pasado mes de diciembre Catar, que se convirtió en un campeonato innovador con las millonarias inversiones que hizo el estado catarí, por lo que se espera que Arabia haga algo parecido.
Arabia anunció su candidatura a principios de este mes de octubre
Arabia Saudita anunció su candidatura oficial para organizar el Mundial el pasado 5 de octubre, un paso más en la campaña para transformar al reino en un peso pesado del deporte mundial.
La apuesta “pretende asegurar un torneo de clase mundial y se basará en la transformación social y económica en curso de Arabia Saudita, y en la enraizada pasión del país por el fútbol”, dijo en su momento el comunicado de la Federación Saudita de fútbol.
Poco después del torneo, Arabia Saudita fichó a Cristiano Ronaldo para su campeonato Saudi Pro League, primera firma de una lista de estrellas que llegaron con salarios estratosféricos para jugar en el mayor exportador de crudo del mundo.
El deporte es un elemento importante para el proyecto Vision 2030 del Príncipe Mohammed Bin Salman, una agenda de reforma que busca transformar Arabia Saudita en un centro de turismo y negocios, diversificando una economía centrada en combustibles fósiles.
La disposición de Riad a invertir cientos de millones de dólares en eventos deportivos le ha costado acusaciones de sportwashing, el uso del deporte para desviar la atención de sus criticados abusos en materia de derechos humanos.