Caterine Ibargüen, la colombiana que se negaba a seguir creciendo en la escuela para no distinguirse sobre sus compañeras, ha experimentado en 2018 un nuevo impulso hacia la hegemonía del atletismo mundial que este martes precisa de ratificación en la Gala de la Federación Internacional (IAAF).

Por quinta vez el nombre de la multisaltadora antioqueña figura entre las finalistas del trofeo a la Mejor Atleta Mundial del Año. Fue aspirante en 2013, 2014, 2015 y 2016, y regresa ahora a la puja después de su ausencia en 2017, cuando en su camino se cruzó la venezolana Yulimar Rojas, discípula del cubano Iván Pedroso en Guadalajara, para alzarse con el título mundial en Londres.

Nacida en el barrio obrero de Apartadó, Caterine tuvo "una pobreza feliz", según sus palabras, y soñó con ser bailarina hasta que su físico poderoso le permitió sobresalir en deportes como el voleibol antes de recalar en el atletismo.

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Probó fortuna en carreras que iban de la velocidad al mediofondo, pero la entrenadora cubana Regla Sandrino la condujo en Medellín al salto en todas sus versiones: longitud, altura y triple.

Ibargüen pasó inadvertida en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 (eliminada en la calificación de altura con un salto de 1,85), no se clasificó para los de Pekín 2008 y amagó con dejar el atletismo con sólo 24 años.

Se graduó de enfermera en la Universidad Metropolitana de Puerto Rico, y allí, en 2008, fue recapturada para el atletismo por el entrenador cubano Ubaldo Duany, que la convirtió en la mejor saltadora de triple del universo y continúa rigiendo sus pasos.

La antioqueña pudo, al fin, propagar por el mundo su luminosa sonrisa que recuerda el semblante ganador del multicampeón olímpico estadounidense Carl Lewis.

Un salto de triple de 15,17 metros le dio el oro olímpico en Río 2016, cuatro años después de haber ganado la presea de plata en los de Londres.

Desde aquella final olímpica londinense, Caterine encadenó 33 victorias consecutivas en alta competición. Ganó la liga de Diamante de la especialidad de triple en 2013, 2014 y 2015, los títulos mundiales de Moscú 2013 y Pekín 2015, y alcanzó su actual récord personal (15,31) el 8 de julio de 2014 en Mónaco. Sólo perdió en Birmingham, el 5 de junio de 2016, otra vez ante la kazaja Olga Rypakova, la misma que le había privado del oro en Londres 2012.

Caterine, amante del vallenato, tiene un tipo privilegiado, por su combinación de potencia y agilidad, para los saltos: 70 kilos y 1,81 metros de estatura. Ahora, en plena madurez con 33 años, la colombiana vuelve a llamar a las puertas de la gloria.

El atletismo latinoamericano sólo ha sido distinguido una vez con el trofeo que reconoce la máxima excelencia mundial del año. Han transcurrido 29 años desde que la ochocentista cubana Ana Fidelia Quirot recibió en 1989 el premio en compañía del vallista estadounidense Roger Kingdom, en la segunda edición de los premios.

Sus argumentos: campeona de la Copa de Mundo, ganadora de la Diamond League tanto en triple como en longitud (con sólo 24 horas de diferencia), campeona centroamericana y del Caribe en ambos saltos, invicta en sus ocho competiciones del año en triple.

El brasileño Roberto Gesta de Melo, presidente de la Confederación Brasileña de Atletismo, y miembro del Consejo Directivo de la IAAF, señala a Caterine como "una de las mejores atletas del mundo, que ha ganado todo lo que ha disputado".

"Estamos muy orgullosos de que sea candidata al trofeo de la IAAF. Ya corresponde el premio a Latinoamérica, no sólo porque Caterine es una extraordinaria atleta de nuestra región, sino de todo el mundo. Es mi favorita", declaró el brasileño a EFE.

El español José María Odriozola, tesorero de la IAAF y miembro de su Consejo Directivo, también la prefiere: "Yo, desde luego, la he votado, aunque nuestro voto sólo pesa el 50 por ciento", comentó.

Compiten con Ibargüen por el galardón la mejor del año anterior, la belga Nafissatou Thiam, campeona de Europa de heptatlon -disciplina en la que termina el año invicta- y notable saltadora de altura (tercera del mundo).

Las otras finalistas son finalistas la británica Dina Asher-Smith, campeona de Europa y líder mundial del año en 100, 200 y 4x100; la keniana Beatrice Chepkoech, que batió por ocho segundos el récord mundial de 3.000 m obstáculos con 8:44.32; la velocista bahamesa Shaunae Miller-Uibo, invicta en 15 competiciones que abarcan cinco disciplinas.

La entrega de galardones se celebrará este martes en el Fórum Grimaldi durante la Gala del Atletismo Mundial.