La primera atajada de Luis Delgado sucedió cuando tenía 8 años. Del rival apenas recuerda que era un equipo de camiseta verde. Y del delantero, que tiró tan fuerte hacia su cara, que por instinto levantó su mano para protegerse. El balón continuó rebotando lentamente hacia la red, pero Luis se dio media vuelta y lo atrapó. Desde entonces lo comenzaron a llamar ‘El loco’

– Me le tiraba a todo. Yo comencé como lateral derecho, pero en ese tiempo había muchas canchas de arenilla y en vez de jugar, me sentaba a jugar con la arena. En vista de que me quedaba sentado jugando, me metieron al arco.

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Luis nació en Bucaramanga, y de ahí su afición por el equipo ‘Leopardo’. Sin embargo, los hinchas del fútbol lo recuerdan sobre todo en Millonarios, donde vivió una buena parte de sus mejores momentos de su carrera. Ganó dos títulos, disputó las semifinales de la Copa Suramericana y anotó algunos goles.

Delgado es un arquero con ADN de delantero, por lo que acostumbra a introducir la pelota en el arco contrario, sobre todo en jugadas de balón parado. Hasta el momento lleva seis goles en su carrera, cinco de ellos de tiro libre.

El más reciente lo anotó en la jornada 17 de la liga Águila, frente a Nacional. El reloj marcaba el minuto 92, cuando Luis se puso delante del balón. Impactó de pierna derecha en un disparo tan potente, que le dobló las manos al portero José Fernando Cuadrado.

El gol lo cantó con fuerza, un sostenido como de narrador de fútbol —gooooooollllll— y cuando empezaba a correr, sus compañeros se le echaron encima. Una montonera para decirle: estamos contigo.

No solo porque con ese gol vencieron 2-1 a Nacional, sino también por lo que ha vivido Luis en los últimos dos años: una lesión de rodilla, una investigación por dopaje debido a un producto natural que consumió, la muerte, el 2 de junio de 2018, de su esposa Tatiana García, víctima no solo del cáncer de seno, sino también de las EPS que posponen o niegan los tratamientos prioritarios.

– La sensación con el gol ante Nacional fue de mucha felicidad después de haber vivido tantos momentos difíciles. En apenas segundos se vinieron a mi mente mi esposa, mis hijos, y todo lo que pasamos. Un ‘recorderis’ de tantas cosas que la efusividad en la celebración fue como un desahogo.  En este proceso nunca bajé la guardia, siempre quise seguir trabajando, entrenándome aparte, aprovechando las oportunidades que me daban algunos equipos en Bucaramanga para trabajar y para mantenerme en forma — dice Luis en la sala de espera del aeropuerto Jose María Córdova de Rionegro, justo antes de tomar un avión para disputar un nuevo juego.

¿Cómo se reconstruye la vida tras lo vivido en el último año?

Es una reconstrucción que se hace día a día con mis dos hijos, Franco y Matías, una lucha constante con nuestros sentimientos, con nuestras emociones, acoplarnos a situaciones que no habíamos vivido. Junto a Tati, mi esposa, teníamos una familia normal, con las diferentes situaciones que se viven en un hogar, con dificultades, con anhelos, con los hijos tratando de sacarlos adelante, y en el momento en que ocurre una situación de estas, en el momento en el que muere la persona que amas, pues no es fácil.

Estoy tratando de levantar a mis hijos, animarlos, tratar de que cuando se depriman, darles esa fuerza que necesitan. Sobre todo en al noche, cuando tenemos que acostarnos y llegan los recuerdos, el recuerdo de mamá. Todas esas situaciones las he venido manejando, y en lo personal también luché con tantas cosas en mi mente, el no tener equipo en algún momento, lesionarme de la rodilla cuando estaba a una semana de comenzar el torneo con Bucaramanga, en fin, situaciones que me llevaron a dar un paso al costado en mi carrera, pero quise aferrarme a tener de nuevo una posibilidad, y gracias a Dios se dio con Águilas Doradas.

¿Qué ha significado el fútbol para reinventar la vida?

Tomé la decisión de no dejarme vencer por lo que estaba pasando. Obviamente había días en que sentía que no podía más y pensaba y analizaba y lloraba, pero la fuerza siempre fueron mis hijos, pensaba en ellos y pensaba en que a Tatiana no le gustaría que nuestros hijos me vieran derrumbado, entonces cambiaba mi manera de pensar y me levantaba y buscaba alguna actividad para hacer.

El fútbol fue una terapia importante. A Bucaramanga le agradezco mucho la oportunidad que me dio porque me permitió concentrarme en un alto porcentaje en el fútbol, la recuperación de rodilla, no tenía que estar encerrado en un apartamento pensando en tantas cosas que se me presentaron.

Los momentos difíciles son, sin embargo, los que nos transforman. ¿En qué cambió Luis Delgado?

En algunas semanas se cumple apenas el año del fallecimiento de Tati. Todo aún es muy reciente. Pero en este año he aprendido a valorar lo simple. Nos volvemos a veces tan obsesionados con las cosas materiales. A mi esposa no le gustaba estar comparando, si salíamos a un centro comercial, buscaba la manera de invertir en otras cosas que beneficiaran a nuestros hijos.

Esas son las enseñanzas que me quedan de ella, aprender a valorar todo, valorar a todas las personas, respetarlas, entender que todos somos mundos distintos y que cada persona en su interior algún problema debe tener y debemos estar dispuestos a escuchar para ayudar, si en nuestras manos está, con un buen consejo.

En Colombia hay decenas de pacientes con enfermedades graves a los que les están retardando los tratamientos debido a la crisis de las EPS. Después de haber dado esa batalla, ¿qué decirles?

Existen medios como la tutela para agilizar los procedimientos. Pero ante todo tener paciencia, mucha fe, confiar en Dios. Tristemente en nuestro país muchas de las cosas importantes, entre ellas la salud, está al alcance de quien tiene la posibilidad de pagarla de forma independiente. Lamentablemente hay gente en el Gobierno que tal vez no les presta atención a estos temas porque afortunadamente no han pasado situaciones de salud difíciles, pero aquellas personas que sí tienen que vivir esto ven la realidad de un país en el que tenés que hacer una cola de horas para que te atiendan, esperar días para una autorización, estar en hospitales que no están en condiciones. Es una situación muy lamentable.

Otro episodio fue la investigación por el dopaje. ¿Qué sucedió?

El dopaje se debió a un producto natural que me había tomado y que traía una sustancia prohibida, entonces infortunadamente debí pasar por eso. Pero todo terminó, se cumplió la sanción, casi un año y medio. Lo más importante ahora es que siento de nuevo esa felicidad de estar en una cancha haciendo lo que más me gusta.

¿Cuáles son los planes a futuro?

Soy técnico Atfa (Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino). También he realizado estudios en gerencia deportiva, y en este momento estoy haciendo un diplomado en alta gerencia deportiva. Tengo, además, mi empresa que comencé a sacarla adelante, una empresa de ropa deportiva que funciona a través de las redes sociales. Se llama thirty-one (31). Es el número que siempre he utilizado. Un homenaje a la fecha de nacimiento de mi esposa: 31 de mayo de 1983.


En su brazo izquierdo, Luis lleva tatuado el rostro de Tatiana.