Ecuador y Venezuela disputaron este viernes, 21 de marzo, el cuarto partido de la fecha 13 de las eliminatorias sudamericanas al Mundial de 2026.

A estas alturas de la competencia hay alta tensión porque cada punto cuenta en el sueño mundialista, sin embargo, siempre hay tiempo para las imágenes pintorescas que deja el fútbol en este lado del mundo.

Y es que el estadio Rodrigo Paz Delgado de Quito vivió un curioso momento cuando un carrito de helados entró hasta el borde de la cancha e hizo parte del espectáculo antes del pitazo inicial.

El árbitro brasileño Ramón Abatti recibió el balón del partido y de paso un helado para refresacarse por el intenso calor que hacía en la capital ecuatoriana.

Ecuador vs. Venezuela

La estrategia publicitaria sirvió para darle la vuelta al mundo y calmar los ánimos de un compromiso en el que ambas selecciones se juegan más que tres puntos.

Venezuela, por su parte, necesita cosechar puntos para meterse en la pelea por el puesto de repechaje que continúa sin un dueño claro.

El mediocampista ecuatoriano #21 Alan Franco y el defensa venezolano #02 Nahuel Ferraresi luchan por el balón durante el partido de fútbol de las eliminatorias sudamericanas para la Copa Mundial de la FIFA 2026 entre Ecuador y Venezuela | Foto: AFP or licensors

Sin ganar en sus últimas ocho presentaciones (cinco empates y tres derrotas), el horizonte no es alentador para la vinotinto.

Pero sus jugadores mantienen la moral arriba. “Nuestras posibilidades todavía están intactas y tenemos fe de que, si hacemos el trabajo que tenemos que hacer, si retomamos el nivel, la confianza que teníamos al comienzo de la eliminatoria, vamos a clasificar”, afirmó el arquero Rafael Romo.

Romo sostuvo que el regular arranque del equipo en 2023, al cosechar nueve de los 18 puntos disputados, “hizo aumentar las expectativas de todo” y confió en que “este 2025 va a ser diferente”.

Parte de la esperanza de Venezuela está depositada en Yeferson Soteldo, quien lidera el escalafón de asistencias en el clasificatorio sudamericano, y es el faro sobre el que se construye la ilusión de asistir a su primer Mundial.