“Estoy bien mamá, estoy feliz”. Esas fueron las primeras palabras de Jéssica Paola Caicedo al bajarse del ring de boxeo en la India, cuando logró una medalla histórica para Colombia en la rama femenina de este deporte.

La primera llamada de la mañana del sábado, luego de bañarse de plata al caer ante la china Lina Wang en el Mundial de su disciplina (categoría 81 kilos), como todos los días durante su estadía en Nueva Delhi, fue a su madre, Rubi Sinisterra, quien se mostró orgullosa por lo logrado por su hija.

“Sinceramente, el Mundial lo vivimos con muchos nervios, pero estamos muy orgullosos de ella. Madrugábamos cuando peleaba para poderla ver por una página que ella nos envió. Gracias a Dios le fue muy bien”, contó Rubi, a quien en un comienzo no le gustaba mucho la idea de que su hija se dedicara al boxeo.

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Su primer deporte fue el fútbol
Aunque su carrera deportiva como pugilista la inició a temprana edad, ‘Paolita’, como es conocida en el mundo del boxeo, primero incursionó en otras disciplinas.

“Cuando estaba en el colegio le gustaba mucho el deporte. Ella entrenaba fútbol y baloncesto, pero a los 14 años inició en el boxeo y ahí se quedó”, añadió su mamá.

A esa edad, Jaime Cuéllar, presidente de la Liga de Boxeo del Valle, la recibió con los brazos abiertos y la ha impulsado para alcanzar sus sueños.

“Jéssica Paola llegó siendo una niña al boxeo. Empezó en el coliseo de su ciudad natal, Palmira, con el profesor Leyton. Ahí comenzó a mostrarse como una muchacha con condiciones para este deporte y por eso llegó a la Selección Valle. Ahora ya se ven los resultados”, señaló Cuéllar.

Como en todos los deportes, Jéssica ha pasado por situaciones que la han puesto a pensar en retirarse. Sin embargo, su amor por los puños y la ganas de sacar adelante a su familia han sido mucho más fuertes.

“Cuando llegó Carlos López a la gerencia de Indervalle, ella estaba inactiva. Fuimos a su casa a visitarla y nos dijo que ya estaba aburrida, que no contaba con apoyo. Entonces decidimos ayudarla y ahora los resultados avalan esa decisión de continuar peleando por alcanzar sus metas”, continuó Cuéllar.

“Uno de los momentos más difíciles de ella fue cuando se fue de la casa —hace tres años vive en Bogotá por cuestiones del deporte—, y cuando tiene que viajar lejos. Jéssica ha sido muy casera, entonces ha sido lo más crítico para ella”, complementó su madre.

Ahora, lo que viene para la pugilista palmirana es lograr su cupo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el cual va muy avanzado, pues ya ganó el oro en los Juegos Bolivarianos, plata en los Suramericanos y fue segunda en los Centroamericanos y del Caribe. Los tres metales en los 75 kilos.

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Le espera una gran bienvenida
Jéssica llega a Colombia entre martes y el miércoles, y los dirigentes deportivos de su ciudad están organizando una gran bienvenida.

“Están preparando un comité para la llegada de mi hija. Esperamos saber a qué hora llega y poder hacerle el recibimiento”.

“El apoyo por parte del Imder de Palmira y el alcalde, Jairo Ortega, ha sido muy bueno gracias a Dios. Nos habían dado un auxilio para remodelar la vivienda y ahora nos darán una casa nueva”, concluyó Sinisterra.