Luego de varios incidentes durante la pasada edición, el Tour de Francia desplegará más zonas acordonadas en los puertos en 2024 para contener el fervor de un público, más joven, más festivo y en ocasiones menos disciplinado, anunció su director Christian Prudhomme a la AFP.
“Las zonas acordonadas existen desde hace mucho, vamos a multiplicarlas. Es el precio del éxito”, explicó el patrón del Tour durante la presentación el miércoles del recorrido 2024.
Durante la última edición, algunos corredores fueron retardados en varias etapas de montaña por las motos o los coches guía, bloqueados a su vez por “un público muy entusiasta, pero menos al corriente de las reglas necesarias de seguridad”, según Prudhomme.
“Estos grupos jóvenes vienen principalmente para compartir un momento de felicidad. Están llenos de entusiasmo, es magnífico, pero un poco menos disciplinados. Así que hace falta que nos adaptemos”, señaló.
Esa adaptación pasa primero por “más zonas acordonadas”, una medida “menos intrusiva que las barreras”, sobre todo en las cimas de los puertos donde hay bonificaciones. “Si pones bonificaciones, es necesario que los últimos 300, 400 o 500 metros estén más protegidos para que los campeones puedan hacer sus esprints”.
Para asegurarse que esas zonas acordonadas se mantengan en su lugar, la organización del Tour cuenta con movilizar a personal adicional. “No tendremos más servicios del Estado. Además de los 28.000 policías, gendarmes y bomberos, no tendremos más. Podrán ser voluntarios, gente de clubes, de aquí (la sociedad organizadora ASO), seguridad privada”, señaló.
“También es necesario un enorme trabajo de comunicación, en especial a través de las redes sociales”, añadió Prudhomme, que criticó también el aumento del uso de los fumígenos.
“No puedo entender que permitamos fumígenos cuando sabemos muy bien que a un atleta en pleno esfuerzo le cuesta respirar y se encuentra frente a un muro sin visibilidad. No es posible. Que se alejen. Si están a 15 metros al borde de la carretera, no hay problema”, denunció.
Al respecto de las motos, que impidieron en especial a Tadej Pogacar atacar en lo alto del puerto de Joux Plane este año, el Tour prevé también poner en marcha un “super pool en las situaciones más delicadas” en las que tan solo esté “la moto de la emisión en directo”.
“Me parece absolutamente evidente. La gestión de la columna de la carrera tiene que evolucionar. La carrera es cada vez más rápida y los equipos apenas dejan espacio con los escapados”, insistió Prudhomme.
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Por 26ª vez en su historia y tercera consecutiva, el Tour partirá desde el extranjero, tras Copenhague en 2022 y Bilbao este año.
Una elección más que nunca “asumida y reivindicada” por el director de la carrera Christian Prudhomme, con el fin de no cargar con más trabajo a las fuerzas de seguridad, movilizadas para los Juegos.
Será también el fin de una “anomalía histórica”, ya que Italia, una de las tradicionales potencias del ciclismo, nunca organizó el ‘Grand Départ’. Y lo hará además coincidiendo con el centenario del triunfo de Ottavio Bottecchia, primer italiano que ganó el Tour (1904).
Se disputarán tres etapas completas en territorio italiano, una de ellas ya con un perfil montañoso, antes de entrar en suelo francés para una primera y breve incursión en los Alpes, que volverán a ser protagonistas al final de una carrera que acabará en Niza el 21 de julio.
Será la primera vez en la centenaria historia del Tour que la carrera no acabe en París, pero la celebración de los Juegos Olímpicos en la capital francesa han llevado a tomar esta decisión.
Para una revolución total, la última etapa será además una contrarreloj individual entre Mónaco y Niza, 35 años después de la victoria por solo ocho segundos de Greg Lemond frente a Laurent Fignon en la última ocasión que el Tour acabó con una ‘crono’ (1989).
Esta ‘crono’ se anuncia como el juez de paz de la carrera, ya que contará con la subida a la Turbie y al Col d’Eze antes de la llegada a la plaza Massena de Niza, luego de recorrer 35,2 km.
La víspera también se correrá una etapa muy accidentada, de solo 132 km, pero con 4.400 metros de desnivel y final en lo alto del Col de la Couillole.
Y en la antepenúltima etapa, los corredores acabarán en la estación de esquí de Isola 2000, tal como anunció recientemente el alcalde de Niza Christian Estrosi.
*Con información de la AFP.