Salto uno, el clavadista

El campeón mundial de salto a gran altura Orlando Duque se encuentra por estos días en su Cali natal, disfrutando del clima y entrenándose. Alejado de los paisajes extremos en los que salta alrededor del mundo, Orlando contó acerca de sus inicios en su deporte, desde sus primeras competencias en el exterior, hasta relatar cómo llegó a convertirse en uno de los mejores clavadistas de la historia.

Sobre la gradería de las piscinas Hernando Botero O’byrne se dio la charla con 25 estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Autónoma de Occidente, que disfrutaron durante media hora de las historias que están detrás de la gloria deportiva de Orlando, y que hoy enmarcan el éxito de un ‘ingeniero eléctrico’ que no culminó el proceso formativo.

El ‘Duque’ llegó a las 9:00 de la mañana acompañado de su esposa Catalina, repartiendo saludos a los jóvenes que en ese momento se encontraban realizando actividades deportivas, las cuales se vieron suspendidas porque llegó el campeón.

Sin más preámbulos arrancó una charla profunda como las aguas que Orlando ha conquistado, una conversación muy familiar, ya que él transmite la misma confianza al hablar como lo hace al saltar.

En la página de Red Bull hay un escrito que dice que el deporte lo escogió a usted. ¿Cómo fue eso?

Cuando yo era niño, venía con mis amigos a este complejo deportivo a jugar fútbol; al terminar, nos sentábamos en estas graderías a ver el entrenamiento de clavados, lo hacíamos varias veces por semana y los entrenadores notaron que teníamos la edad adecuada y nos invitaron a practicar este deporte. Desde ese momento me inicié en los clavados.

¿Cómo fue el proceso de buscar oportunidades por fuera de Colombia y patrocinios para llegar a ser lo que es hoy en el mundo de los clavados?

o dejé mis estudios universitarios, firmé un contrato y me fui del país, y eso me daba tranquilidad en el exterior. Luego llegó el proceso de conseguir patrocinadores, lo cual no fue fácil porque ellos solo quieren a los mejores. En mi primera competencia quedé de segundo, a los meses tuve otra competencia y volví a quedar en la segunda posición y gracias a esto Red Bull me contactó y me dijeron que me querían patrocinar y desde ese día empecé a trabajar con ellos.

¿Qué siente antes de cada salto?

Antes de cada salto estoy pensando únicamente en lo que tengo que ejecutar, en la técnica. No me puedo distraer. Ahora, uno siente algo de miedo, no es el terror que podría sentir alguien que no está acostumbrado a saltar, pero sí se siente miedo y hay que relajarse para no perder la concentración en el salto.

¿Alguna vez ha dudado en saltar?

No. Porque la decisión de saltar la tomo desde el momento en que estoy abajo. Si antes de subir veo algo que no me gusta con respecto al clima, si siento alguna molestia o si tengo miedo, simplemente no subo. Si ya estoy arriba es porque estoy decidido a saltar.

¿Cuál fue la motivación para saltar en la Antártida?

Mi deporte tiene dos partes, la competencia y la aventura, y a mí siempre me ha gustado hacer saltos en sitios muy inesperados. Con un amigo quisimos saltar de un lugar nuevo para nosotros y decidimos que sería de un iceberg. Esa era la motivación, un lugar diferente, además me di cuenta de que ya había saltado en los cinco continentes y solo me faltaba la Antártida, así que también era completar el reto de saltar en todo el mundo.

¿Los clavados dan una buena posición económica, dan dinero?

Yo lo veo como una profesión más, el dinero que ganes depende de tu nivel de entrenamiento, como en todas las carreras. Además, hay muchos campos que explotar con los clavados, por ejemplo, en el Circo del Sol hay show de clavados, tengo amigos colombianos que trabajan en shows de clavados en los cruceros más grandes del mundo, entonces sí se puede vivir de los clavados. Obviamente no son los contratos multimillonarios de los futbolistas, pero sí te da para vivir cómodamente.

¿En algún momento pensó en dejar los clavados?

Sí, unas cuantas veces. Al principio yo salía del colegio y venía a entrenar, pero cuando ingresé a estudiar ingeniería eléctrica en la Universidad del Valle dije no más, ya que me quedaba todo el día en la universidad y no me quedaba tiempo de entrenar. Después tuve la oportunidad de ir a los Olímpicos de Barcelona 92 y no me llevaron, entonces uno dice “clasifico a la competencia que uno sueña y no voy”, ese era uno de los momentos en que uno se preguntaba ‘para qué sigo’. Pero afortunadamente seguí en y menos mal lo hice porque llegué hasta acá.

Salto dos, la persona

Acostumbrado a estar a 27 metros de altura, Orlando no siempre estuvo en la cima. Nació en una familia que, a pesar de ser humilde, siempre lo apoyó con los costos que requería para su entreno, siempre había pan en la mesa.

Orlando trabajó con su padre y hasta fue mensajero para poder conseguir dinero, el cual le serviría para culminar sus estudios, pues este era el plan que tenía su madre para él, ya que ella no tuvo educación superior. Pero Orlando no siguió el plan y gracias a esta ‘desobediencia’ fue que puedo dar los más grandes saltos en su vida.

¿Recibió apoyo de sus padres con respecto a los clavados?

Sí. Mientras yo cumpliera con mis deberes podía entrenar y me ayudaban con los recursos. Obviamente el irme del país no era lo que ellos querían, pero siempre me apoyaron.

¿Qué pensó su madre sobre dejar la universidad?

A ella no le gustó porque quería que yo hiciera una carrera, pero las condiciones en ese entonces no daban para yo sentarme a esperar para graduarme y conseguir empleo. Entonces yo me fui con la idea de intentar hacer algo más, y pensaba en luego volver a terminar mis estudios, pero afuera me empezó a ir bien, ganaba competencias, conseguía patrocinadores, entonces no podía parar los clavados por devolverme a estudiar.

Hoy mi madre ni se acuerda de que no terminé mi universidad, pero para ella eso era importante. Yo no seguí el camino que ella quería, me fui por otro y afortunadamente funcionó.

¿Por qué usa el pelo largo?

Cuando yo estaba en el colegio estábamos en la era del rock en español y no nos dejaban tener el cabello largo y pues era esa rebeldía de joven por dejárselo crecer. Cuando presté servicio militar estuve calvo, pero al salir volví a dejar que me creciera, porque me da pereza cortármelo. Me acostumbré a tenerlo así.

Salto tres, el retiro

Orlando Duque tiene claro que no siempre se logra estar a la altura para seguir en el top de los clavados. A los 44 años este caleño tiene planeado su retiro para el 2019, retiro de una carrera que deja en su palmarés todos los títulos posibles en su disciplina, pero queda faltando una competencia.

Los Juegos Olímpicos no se cruzaron con los saltos que da ‘El Duque’, pero aún cree que puede llevarse una medalla, que no es específicamente la de oro, es la medalla de crear oportunidades...

¿Por qué tomó la decisión de retirarse el próximo año?

Yo el próximo año me retiro, pero de la competencia. Yo el próximo año cumplo 45 años, muy pocos deportistas están rindiendo al nivel que estoy rindiendo con esta edad, no es fácil, mi deporte demanda mucho tiempo y debo de entrenar todos los días, y eso desgasta. Estar en el top 10 del mundo por más de 20 años no es fácil. Entonces es darle al cuerpo un poco más de descanso, pero seguiré saltando con un toque más de aventura que no requiere tener el nivel de entrenamiento que requiere la competencia.

Desde el 2007 viene pensando en el retiro ¿Qué lo ha mantenido para seguir saltando?

Y posiblemente hasta de pronto el próximo año no me retiro (risas). En el 2007 yo quería seguir con otros proyectos como la gerencia del deporte, pero ese año salió la idea de Red Bull de crear la serie mundial, que sería el evento más grande en mi deporte, entonces me dijeron que no me retirara, participé y gané la competencia, luego gané la copa del mundo y el campeonato mundial, entonces para qué me iba a retirar si estaba al mejor nivel posible y he venido ganando. Entonces al ver esos resultados uno quiere seguir. Pero ahora pienso en el retiro porque la última copa del mundo que gané fue en el 2015, al siguiente año quedé tercero, en el 2017 quedé sexto, entonces el rendimiento empieza a bajar, ya es tiempo de parar.

¿Cómo será su contribución, desde el retiro, para que este deporte sea más conocido y que los colombianos brillen como usted ?

Varias cosas. Yo estoy en el proceso de construir un centro de entrenamiento de mi deporte acá en Cali, eso en Colombia. Además, soy miembro del comité técnico de la Federación Internacional de Natación, y estamos trabajando para que el deporte sea incluido en los Juegos Olímpicos, y si se logra quiero que el equipo colombiano vaya y gane la medalla de oro.

Si todo se da, en el 2024 su deporte ya estaría incluidos en Olímpicos ¿dejaría el retiro para competir en esta competencia?

No. Tendría 50 años y no es tan fácil, yo podría competir, pero esa no la idea de la competencia, no es competir por competir. Preferiría vincularme con el equipo colombiano y ayudarlos. Yo siempre digo que cuando uno compite va es a ganar, no a participar, entonces por eso no participaría solo para decir que estuve en los Juegos Olímpicos, me retiro tranquilo sin haber competido en ellos.