La concentración de la selección de Italia se vio perturbada el jueves por la presencia de policías para interrogar a dos jugadores en el marco de una investigación sobre apuestas deportivas ilícitas que amenaza con desatar una nueva tormenta en el ‘calcio’.
Al aceptar poner fin a su temporada sabática para suceder en agosto a Roberto Mancini, el seleccionador italiano Luciano Spalletti probablemente contemplaría varios escenarios, pero en ninguno de ellos se vería en la tesitura actual.
El antiguo entrenador del Nápoles ha enderezado el rumbo de Italia después de sus dos primeros partidos al frente del equipo, 2º en el grupo C de clasificación a la Eurocopa-2024 con 7 puntos, pero este nuevo caso extradeportivo ensombrece la mejoría sobre el césped.
El ambiente en el seno de la Nazionale dista de ser el mejor para preparar los próximos partidos, contra Malta el viernes y, sobre todo, frente a Inglaterra en Wembley el próximo martes.
Alrededor de las 18h00 locales del jueves, recién terminada la sesión de entrenamiento, varios policías se presentaron en el centro nacional de Coverciano, cerca de Florencia.
Enviados por la fiscalía de Turín, los investigadores notificaron a Sandro Tonali, de 24 años, y a Nicolo Zaniolo, de 23 años, que estaban siendo objeto de una investigación por apuestas deportivas ilícitas.
Acompañados por Gianluigi Buffon, nuevo responsable de la delegación italiana, los dos jugadores de la Nazionale fueron conducidos a una estancia en el centro de entrenamiento, en la que fueron interrogados durante dos horas.
Tres años de suspensión
Ambos futbolistas son sospechosos de haber utilizado plataformas clandestinas de apuestas deportivas, algo prohibido por el artículo 24 del código de justicia deportiva de la FIGC. Uno de ellos habría incluso apostado a un partido de su equipo en el que fue suplente.
Les fueron confiscados sus teléfonos celulares y una tableta. Tras declarar ante los investigadores, Tonali, que pasó del AC Milan al Newcastle el pasado verano boreal, y Zaniolo, que llegó al Aston Villa en julio procedente de la Roma, abandonaron la concentración.
“Los dos jugadores no están en condiciones de afrontar los compromisos de los próximos días”, escribió la Federación Italiana (FIGC).
Aún impactados por la situación, sus compañeros, a los que se unió este viernes el delantero de la Roma Stephan El Shaarawy, prosiguieron su preparación para el partido ante Malta el sábado en Bari y para el duelo en la cumbre contra Inglaterra el martes en Wembley, en lo que será una reedición de la final de la Eurocopa-2021 ganada en los penales en ese mismo estadio por la Nazionale.
“La noche fue difícil”, reconoció Spalletti ante el micrófono de la cadena Sky Sport. “Todo el mundo aprecia a esos dos jugadores. La justicia debe hacer su trabajo”, agregó.
“Nos duele de corazón perder a dos chicos que pueden aportarnos mucho. Estamos creando un buen grupo, pero seguimos cerca de ellos”, indicó, por su parte, el arquero Gianluigi Donnarumma.
El caso se hizo público el miércoles cuando la FIGC anunció que había abierto una investigación en agosto contra Nicolo Fagioli, gran esperanza de 21 años de la Juve y una vez internacional con Italia.
Fagioli, de 21 años, es también sospechoso de haber realizado apuestas en plataformas clandestinas, lo que le expone a una suspensión de tres años y a una multa de 25.000 euros.
Antiguo rey de los paparazzi
Sus abogados revelaron que él mismo acudió ante las autoridades, mostrando “preocupación por la máxima transparencia y cooperación con las justicias deportiva y ordinaria”.
Pero lo cierto es que su nombre circulaba desde hacía varios días en las redes sociales desde las revelaciones del controvertido Fabrizio Corona.
El antiguo “rey de los paparazzi”, que pasó diez años en prisión por extorsión, especialmente al exjugador francés David Trézéguet, ha propagado informaciones sobre la presunta adicción de algunos futbolistas a las apuestas deportivas.
“Fagioli no es el único”, avisó, apuntando a otros jugadores de la Serie A, entre ellos uno de la Roma, según Corona.
En un país que se ve recurrentemente sacudido por los escándalos, la preocupación por estas revelaciones llega hasta al ministro del Deportes.
“La adicción a los juegos no es un problema del fútbol, es una patología social”, afirmó Andrea Abodi.
Con información de AFP