Recién iniciando el segundo tiempo, el técnico de la selección de Uruguay, Marcelo Bielsa, decidió poner en el campo al defensor Mathías Olivera, para conseguir seguridad y la pronta paridad. El sacrificado fue Joaquín Piquerez.
Y el movimiento le terminó sirviendo a la celeste, que en el primer minuto del complemento tuvo un tiro de esquina que ejecutó Nicolás De la Cruz.
Solo, ante la pobre marca del mediocampista Wilmar Barrios, Olivera, que juega en el Napoli, puso el 1-1 con un cabezazo frente a las barbas de Camilo Vargas.
Fue un golpe inesperado para una Colombia que hasta ahora no había recibido anotaciones en contra por el clasificatorio al Mundial de 2026.
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