A menos de un mes de que empiecen las negociaciones que darán lugar al aumento del salario mínimo para el próximo año, el Banco de la República pidió que se tenga prudencia a la hora de llegar a un acuerdo, puesto que un aumento muy significativo podría complicar el manejo de la inflación.
Todos los miembros de la junta directiva de la entidad adhirieron, reconociendo que el incremento debe ser de consideración por las cifras actuales de inflación, que se ubicó en septiembre en el 10,9 %.
“A este respecto señalaron que la reducción de la inflación entre 2022 y 2023 conlleva a que en el transcurso del año que termina haya habido un aumento significativo del salario real, el cual se reforzará con el proceso de reducción de la inflación previsto para 2024″, indica la minuta de la reciente reunión de la Junta Directiva.
De este modo, reforzaron la idea de que un aumento prudente puede verse mejorado durante el próximo año a medida de que la inflación vaya cediendo.
Similar petición han venido realizando diferentes gremios y empresarios de cara al inicio de la mesa de negociación, la cual fue citada para el próximo 28 de noviembre por parte del Ministerio de Trabajo y reunirá, además de la entidad del Gobierno, a las tres centrales obreras del país y los cinco gremios de la Comisión de Concertación de Políticas Laborales y Salariales.
Se espera que las conversaciones sobre el incremento salarial arranquen como punto bajo con la inflación proyectada para el final del año, que estaría en 9,8 %. A partir de allí, aumentaría con base en la expectativa de inflación para el 2024, que seguirá siendo alta pese a la disminución esperada.
El año pasado, la concertación llevó a que las centrales, gremios y el Gobierno acordaran en buenas vías un aumento del 16 % en el mínimo, por lo que se pretende llegar a un buen acuerdo por igual en este año, valorando los pedidos de los trabajadores, pero también del empresariado y la junta del BanRep.
Los comentarios y el pedido de mesura por parte del Banco de la República surgen en medio de la preocupación de la entidad ante un posible aumento muy alto. De hecho, eso los llevó a mantener las tasas de interés pese a las reducciones que ha venido pidiendo el Gobierno Nacional como respuesta al clamor de los colombianos.
Cabe señalar que las tasas están en sus puntos más altos de todo el siglo actual. Si bien los directores votaron por mantener las tasas, dieron a entender que las disminuciones no tardarán en llegar, pues dijeron que estas empezarán tan pronto como sea prudente.
Ahora bien, las apuestas del Gobierno y de los trabajadores están por un incremento de dos dígitos. Esto sobre la base de que el IPC terminará cerca del 10 %, más un punto por cuenta de la productividad laboral.
Así las cosas, el incremento del salario mínimo en Colombia para el 2024 entraría a moverse en un porcentaje entre el 9% y el 11%.
Entre tanto, para los trabajadores, el incremento debería estar más por el lado del 11 % entendiendo que, a ojos de organizaciones como la Central Unitaria de Trabajadores, hay una suerte de deuda para que los trabajadores puedan mejorar sus oportunidades de poder adquisitivo.
Aunque los gremios aún no han dado a conocer cuál es su postura frente al tema, han dado a conocer que el incremento salarial para los trabajadores debería de ser de un solo dígito, pues consideran que un aumento mayor volvería a ser un problema para la generación de puestos de trabajo en el país.
“Nuestra recomendación es que el aumento del salario mínimo sea lo más cercano posible a la inflación de este año. A diferencia de los dos años anteriores, en los que el salario mínimo aumentó bastante por encima de la inflación, en este no existe mucho espacio desde el punto de vista de la capacidad de generación de empleo porque este año el crecimiento es mucho más bajo y tampoco hay mucho espacio en materia de inflación”, dijo Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.