A partir del 2025 Colombia empezaría a importar gas desde Venezuela. Así lo ratificaron los gobiernos de ambos países en la última reunión sostenida el pasado martes entre los mandatarios Gustavo Petro y Nicolás Maduro.
El Presidente venezolano propuso reactivar la operación del gasoducto binacional Antonio Ricaurte, que está fuera de servicio desde 2015, para venderle gas a Colombia. De hecho señaló que estaría dispuesto a pagar la deuda con los acreedores que están estimadas en $29.000 millones y dio a conocer que actualmente prepara una filial de la empresa de gas venezolana Pdvsa en Colombia y financiar la reactivación del gasoducto que conecta a los dos países.
Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, el gremio que agrupa a las empresas de gas del país, ante estos anuncios señaló que lo que tiene que hacer Colombia es darle prioridad al potencial de gas que se tiene en tierra firme y costa afuera, pero también hay que habilitar las fuentes externas de gas con el propósito de mantener el suministro, brindar seguridad energética y ofrecer tranquilidad en el suministro de energía y de gas.
“Cuando revisamos esas fuentes externas y los proyectos que en el corto, mediano y largo plazo vemos que tenemos la capacidad y los proyectos para poder cubrir 100% la demanda no térmica, industrial, comerciantes, vehículos y hogares y también la demanda térmica con gas local y como ha funcionado en el sector de energía eléctrica con gas importado para el respaldo de eventos como el del Fenómeno de El Niño”, aseguró.
Sin embargo, señaló que todas las fuentes externas que sean viables desde el punto de vista jurídico, económico y operativo, son bienvenidas para mantener seguridad energética.
Frente a la posibilidad de traer gas desde Venezuela, la Presidenta de Naturgas, dijo que hay dudas jurídicas, especialmente sobre las sanciones de Estados Unidos al régimen de Nicolás Maduro.
Hablan los expertos
Para Julio César Vera, Presidente de la Fundación Xua Energy, es clave y estratégico para el país promover que el gas tenga como fuente el abastecimiento interno, teniendo en cuenta el potencial existente en cuencas como el Valle Inferior del Magdalena, Sinú, San Jacinto, César Ranchería, el piedemonte Llanero y el Caribe.
“También es claro que en el escenario de corto plazo el país tiene un déficit del orden de 100 millones de pies cúbicos que debe atender y donde las importaciones son una alternativa a revisar incluida Venezuela, aunque aún tiene muchas incertidumbres sobre la realidad y efectividad de utilizar dicha fuente en el año 2025″, sostuvo.
De otro lado, Milton Montoya, dictor del Departamento de Derecho Minero-Energético de la Universidad Externado de Colombia, aseguró que para importar gas de Venezuela se deben definir dos aspectos: la capacidad del gasoducto, la viabilidad técnica para que entre en operación en el corto plazo y conocer cuál sería el valor de ese gas importado traducido a pesos colombianos y constatar si efectivamente va a ser más económico que el gas que se produce en Colombia. Agregó que también habría que evaluar la efectividad energética.
“Colombia entraría a depender del suministro de gas de un país con una inestabilidad política grande, lo que haría difícil asegurar el suministro”, dijo y enfatizó que cualquier país que tenga la oportunidad de aprovechar sus recursos energéticos debería aprovecharlos de una manera responsable y sostenible, para evitar la dependencia de terceros.