En Estados Unidos son varias las empresas que a partir de la pandemia tuvieron que cerrar sus operaciones, debido a las altas tasas de interés y al crecimiento de la inflación.
Una de las más afectadas han sido las marcas de la industria alimenticia, como la empresa Pure Prairie Poultry, la cual se dedicaba a la producción de pollo fresco. Hoy la compañía planea cerrar más de 300 tiendas en todo el país.
Sus directivos tomaron la decisión de cerrar sus operaciones el 2 de octubre, luego de que un juez de quiebras desestimara el 27 de septiembre su caso de quiebra. Ese miércoles, de un momento a otro, los empleados de la planta fueron despedidos.
Según The Streer, en septiembre, la empresa presentó una moción en el Tribunal de Quiebras, para el Distrito de Minessota, la cual buscaba desestimar su caso luego de que su acreedor, Community Bank and Trust, objetara la propuesta de financiamiento de 15 millones de dólares de la compañía avícola Standton Capital Solutions.
La República, señala que la supervivencia de los negocios, y en especial el mantener la liquidez, se ha convertido en uno de los mayores retos para muchos empresarios.
Más que un reto
En su libro El pez muere por su boca, Luis Zarruk, economista y MBA, señala que muchas quiebras empresariales podrían evitarse si se administrara mejor “la caja”, en lugar de centrarse solo en las utilidades contables.
Según explica, la “caja”, o liquidez de una empresa, es el dinero que se tiene disponible en efectivo o en cuentas bancarias, el cual entra y sale a diario.
Y aunque las utilidades contables son importantes, no representan la salud financiera de una empresa. Para el economista, muchos empresarios priorizan las utilidades contables por encima de la caja, lo que puede llevar a decisiones peligrosas y a poner en riesgo la estabilidad financiera de las compañías.