Los indicadores que muestran el tamaño de la desigualdad que existe entre hombres y mujeres en el mercado laboral en Colombia, ya están claros.
Los tiene el Dane: que ha dicho que en el último trimestre de 2019, aunque había más mujeres que hombres en edad de trabajar, su participación en el mercado laboral era menor; y su desempleo, mayor: 12,6% para ellas, 7,2% para ellos.
También tiene datos la Secretaría de Desarrollo Económico de Cali, que en un estudio con la Universidad Icesi, estableció que las mujeres ganan en promedio 26% menos que los hombres por cumplir las mismas ocupaciones.
Y más datos tiene el informe Ranking Par, que el año pasado encuestó a 348 firmas a nivel nacional. Se encontró que solamente el 27,2% de las entidades contaban con una mujer como líder de la organización; y solo el 24,6% de los asientos en las juntas directivas eran ocupados por ellas.
¿Los datos son negativos? Sí. Pero también invitan a pensar que hay mucho por hacer, piensa Isabella Echeverry, una de las ejecutivas más ‘duras’ de la Cámara de Comercio de Cali, y quien lidera todos los programas de emprendimiento e innovación con las empresas de la ciudad.
“Simplemente señalar todos estos datos no es suficiente - dice - Tenemos que convencernos de que hay que hacer cosas al respecto”.
Por ello, cuenta Isabella, desde la Cámara se han liderado programas para empoderar a emprendedoras caleñas, “para que levanten la mano y se crean el cuento”.
Lea también: 'Mujeres tienen más cargos directivos en empresas, pero de segundo nivel, revela estudio'.
“En los salones con emprendedores, uno ve que la mitad de los equipos de las empresas son mujeres. Pero se pide que levanten la mano los fundadores y usualmente son los hombres los que se autoreconocen como tal. Y uno se pregunta: ¿el resto de las mujeres qué son? Hay un trabajo de empoderamiento que hay que trabajar”, dice.
Justamente en los programas de emprendimiento de la Cámara hay indicadores positivos respecto a la brecha de género: el porcentaje de mujeres líderes de empresas que participaron en estas iniciativas de aceleración y escalamiento, pasó de 6% en 2015 a 30% en 2019. La traducción: en Cali ahora hay más mujeres líderes en las empresas.
Eso, para Lina Sinisterra, gerente regional de la Andi, muestra que los esfuerzos de las grandes empresarias han permitido ir cerrando la brecha de género para las nuevas generaciones.
“Es fundamental que haya ciertos modelos a seguir”, dice Lina, quien se enorgullece de hacer una lista de empresarias que hoy lideran organizaciones en la ciudad.
“Cuando en un escenario público o privado encuentras cada vez más mujeres liderando, se empieza a volver natural, se vuelve parte de la narrativa, y eso motiva a que las generaciones que vienen creciendo vayan siendo más conscientes de que simplemente tienen el mismo derecho que un hombre a recorrer una carrera profesional y llegar a los niveles a los que quiera llegar”, dice Sinisterra, al frente de uno de los gremios de mayor peso en la región.
El aumento de líderes empresarias en Cali también lo reconoce desde Bogotá, Natalia Cortina, presidenta de Ranking Par en Colombia: “El tema de equidad de género en Cali ha estado avanzando mucho en los últimos años”, dice, pero asegura que aún hay mucho por hacer para llegar a niveles de paridad.
Una extensa lista de mujeres que son ejemplo de liderazgo empresarial en la ciudad no cabría en esta página. En ella tendría que mencionarse la labor de Beatriz Manrique en la Clínica de Otorrinolaringología; de Liliana Vallecilla al frente de Carval; de Marcela Londoño en Eficacia; y de decenas más.
Aún así decidimos hablar con cuatro líderes que generan empleo en la región, aportan a la economía y naturalmente despiertan orgullo a las mujeres en su día.
Líder ‘de acero’
Marcela Mejía es la gerente general de una empresa que genera más de 5200 empleos en la región, 750 de ellos de manera directa.
Se trata de la Siderúrgica de Occidente, Sidoc, compañía a la que llegó hace 30 años como practicante, cuando terminaba su carrera en la Universidad Javeriana de Cali.
Ha escalado cada puesto de la compañía, y hace diez años es la líder de este emporio del acero.
Nació en Popayán, pero vino a Cali porque tenía muy claro que sería Ingeniera en Sistemas. Con la misma determinación hoy está al frente de una de las 50 empresas que más vende en la región.
“Este es un sector que es visto como muy masculino, por ser un sector industrial. Entonces no hay muchas mujeres. En las reuniones, en los congresos y en todo, me ha tocado acostumbrarme a hablar siempre entre hombres”, cuenta Marcela, quien es la única mujer liderando una siderúrgica en Latinoamérica.
“Avanzar en equidad es importante porque hay evidencia en que la diversidad en las juntas directivas y en las empresas realmente enriquece mucho, porque el pensamiento estratégico de las mujeres es diferente al de los hombres. Y el complemento es necesario”, dice.
Una ‘dura’ del software
Una aerolínea multilatina, una compañía estatal petrolera y varias entidades bancarias de primer nivel hacen parte de los clientes de la empresa fundada por Liliana Gómez, una caqueteña radicada en Cali desde que egresó de la universidad como Ingeniera en Sistemas.
Su empresa, Green SQA, realiza pruebas de calidad a productos de software de otras compañías, para hacerles ahorrar enormes cantidades de dinero encontrando errores en su funcionamiento.
Liliana tuvo su exitosa idea de negocio hace 17 años, durante un laboratorio de investigación en la Universidad del Valle. Hoy su emprendimiento es una empresa que genera más de 200 empleos directos y tiene sedes en Cali, Bogotá y Medellín.
“Esta generación ha logrado transformar cada vez más el rol de la mujer y ha logrado mostrar que tenemos atributos muy propios de nuestro género que agregan y complementan el perfil directivo de cualquier organización”, dice con orgullo.
En su labor, particularmente en las juntas con otras empresas de software, dice sentir que no actúa solo por ella misma “sino con una consciencia de género” pensando en su representación como mujer.
Bióloga y emprendedora
La palmirana Érika Jaramillo dice que tiene una familia de sangre emprendedora. Y seguramente es verdad, pues su carrera en otras empresas como bióloga y especialista en genética fue muy corta. Al cabo de un tiempo de haberse graduado se dio cuenta de que para llegar a donde quería debía iniciar su propio negocio.
Así nació Klaxen, una empresa de nombre holandés de productos de desinfección y limpieza, que son biodegradables y amigables con el medio ambiente.
Sus más de 340 clientes son empresas del sector hospitalario, de alimentos, de hotelería, entre otros.
Hoy su idea de negocio emplea a 44 personas, y piensa sumar más, pues la firma crece a un ritmo acelerado y ya está ajustando detalles para empezar a exportar a EE.UU., Panamá y Guatemala.
Sobre la clave para que más mujeres puedan llegar a cargos de liderazgo como el suyo, Érika dice: “es necesario sentir que no tiene que haber diferencia de género, que estamos con las mismas capacidades y el profesionalismo para ser iguales o mejores; y que merecemos la misma remuneración”.
Talento en el sector automotriz
El concesionario Motores del Valle, MotoValle, que comercializa las marcas Ford, Mazda y Massey Ferguson en el suoroccidente del país, cumple este año 65 años.
Es uno de los concesionarios más tradicionales de la región y hoy es una empresa de más de 400 empleados directos con sucursales en Cali, Bogotá, Villavicencio, Bucaramanga e Itagüí.
De ese tamaño es la responsabilidad que lleva con mucho talento y disciplina María Camila Urrea, la gerente general de la compañía.
Según cuenta la joven ejecutiva, su llegada a la Gerencia se dio con una ‘ola’ de transformación que viene cerrando las brechas de género en la compañía.
“Si ves nuestra empresa, hay una mezcla ya entre hombres y mujeres. Antes los gerentes y directivos eran todos hombres, ahora hay más cargos ocupados por ellas. Ha sido un reto poder empezar a atraer gerentes mujeres en este tipo de empresa”, señala.
Y dice incluso que ha visto mejores resultados en algunos concesionarios con la llegada de mujeres a las gerencias.