Plantear otra reforma tributaria sería la salida para solucionar el desbalance fiscal de $12 billones, que tiene en apuros a las finanzas del Estado. Esta alternativa fue contemplada por el gabinete del presidente Gustavo Petro luego de tres días de cónclave.
Así lo ratificó Alexander López, director del Departamento Nacional de Planeación, DNP, al señalar que este año se espera “volver al Congreso de la República, bien sea con la presentación de una nueva reforma tributaria o con un proyecto de ley de financiamiento”.
“Es clave que el Legislativo entienda que se requieren esos recursos para la inversión pública, social, específicamente en educación, salud, deporte y cultura, que quedaron gravemente afectados con la decisión del Congreso de hundir la ley de financiamiento el año pasado”, dijo el director del DNP.
Agregó que al ser la primera vez que el Legislativo no le aprueba un presupuesto general a un Gobierno, “el trabajo para 2025 se centrará en el diálogo con las distintas bancadas sobre la necesidad de los recursos”.
Entre tanto, Jairo Bautista, director del presupuesto del Ministerio de Hacienda, ratificó la intensión diciendo que van a presentar al Congreso “una reforma de corto aliento, que nos permita algunos recursos este año”.
Es decir, que se podría buscar recaudar recursos por debajo de los $12 billones que buscaba la ley de financiamiento. “La idea del Gobierno es financiar parte del presupuesto que quedó desfinanciado”, ratificó.
¿Otra reforma es la solución?
Para la mayoría de los expertos en economía, pensar en una nueva reforma tributaria no es la salida a la crisis de las finanzas del Estado.
Carlos Sepúlveda, docente de Economía de la Universidad del Rosario, señaló que esta es una apuesta que lo más probable es que genere un desgaste adicional en el diálogo del Gobierno con el Congreso, porque “es muy poco probable que sea exitosa, además de que sigue enmarcada dentro de un presupuesto que no tuvo la aprobación del Congreso mismo.
Para el exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, insistir en una nueva reforma es políticamente imposible, porque no se puede olvidar que el Gobierno no tiene los votos y “económicamente no hay reforma que le permita conseguir este mismo año $12 billones sin modificar el impuesto de renta y cualquier modificación en este impuesto solo tiene efectos en el año siguiente”.
“Para mí esto tiene una mala intensión porque lo que quiere decir es que no se piensa en un recorte del gasto”, agregó.
Desde Anif, ven poco factible esa posibilidad. “Es de recordar que la ley de financiamiento no implicaba un recaudo adicional tan alto. En nuestros cálculos no superaba los $5 billones. Creo que la salida que tiene que buscar el Gobierno es priorización de gasto y ajustar el presupuesto de este año con la realidad fiscal del país, que probablemente en estos primeros meses empiece a mejorar”, explicó José Ignacio López, presidente de Anif.
Contrario a estas opiniones, para Wilson Rodríguez, docente del departamento de Finanzas de la Universidad de La Sabana, una reforma tributaria sí es necesaria, porque “no se puede negar el hecho de que se necesitan recursos para no afectar los proyectos de inversión”.
Sin embargo, agregó, que si el Gobierno quiere que se le apruebe esta iniciativa tendrá que entrar en un diálogo con el Congreso, además de “presentar una propuesta que sea poco sensible a los intereses de la población. Hay que recordar que este es un año pre-electoral donde los candidatos buscan aprobación y hablar de nuevos impuestos para la población va a generar cierta reticencia”.