Aunque tener un trabajo con buen sueldo, la herencia de una empresa o ganarse la lotería, pueden hacer que una persona ‘común’ se pueda ubicar dentro del pequeño grupo de los millonarios, esto no garantiza un promisorio futuro financiero.
Pero además de esto, tener unos buenos hábitos financieros también pueden ayudar con ese propósito, es más, la diferencia entre una vida de prosperidad y una con constante estrés económico, es el buen manejo de los recursos. Si una persona quiere controlar su dinero y hacer que este se multiplique, debe evitar los siguientes malos hábitos.
No hacer un seguimiento de los gastos
Aunque no lo parezcan, las compras diarias y los gastos inesperados se suman continuamente a las cuentas, es por ello que se necesita llevar un registro exacto de todas las fugas de dinero que se tengan.
En todo lo que haga, el dinero debe estar contabilizado, especialmente si se quiere dejar de ser comprador compulsivo.
Para no tener desfalcos en las cuentas, es necesario comenzar a analizar los hábitos de gasto de manera activa, ya que de esta manera se pueden determinar los gastos innecesarios y eliminarlos para a cambio, ahorrar e invertir.
Comprar café, snacks o almuerzos a diario.
Muchas veces es difícil dejar de gastar en cosas pequeñas debido a que se piensa que no se está gastando mucho. Aunque esos consumos parecen insignificantes, no lo son y cuando se comienzan a sacar las cuentas diarias de los gastos, es más fácil darse cuenta del dinero que se está desperdiciando. Una buena alternativa es invertir ese dinero en nuevas metas de ahorro.
Preparar los alimentos en casa, no comprar café todos los días o invertir en snacks más económicos pueden ser pequeñas acciones que ayudan a ahorrar y son hábitos que favorecen al bolsillo.
Hacer el pago mínimo en las tarjetas de crédito.
Aunque la oportunidad que dan los bancos de realizar un pago mínimo de las tarjetas de crédito en caso de tener un presupuesto ajustado y no poder pagar el balance mensual.
Esta es una forma de mostrar a las entidades bancarias que se están pagando las cuotas de manera puntual.
Sin embargo, cuando se realizan pagos mínimos innecesariamente es muy costoso para el usuario porque al utilizar esta modalidad de pago, los intereses se incrementan de forma considerable.
Para poder ahorrar dinero, es necesario pagar los productos con la menor cantidad de cuotas posibles y así los intereses no son tan altos.
Por otra parte, pagar después de las fechas establecidas puede afectar el historial crediticio y limitar la posibilidad de pedir préstamos en el futuro.
No tener una meta de ahorro.
Cuando una persona no tiene una meta de ahorro clara, puede gastar más dinero del necesario y tener problemas para llegar a fin de mes con buenas finanzas. Para evitar este desenlace, tomar un porcentaje del salario para ahorrar es una buena idea. Guardar el 10%, o más si es necesario, es importante debido a que después puede usarse para la inversión.
Gastar todo el sueldo
La regla número uno de los buenos hábitos financieros es: “gastar menos de lo que se gana”. Sin embargo, muchas personas viven llenas de deudas que tratan de cubrir con otras.
Cada vez que se recibe el salario es necesario que la persona haga una lista de los gastos necesarios y obligatorios de cada mes, como por ejemplo la comida, el transporte o las cosas del hogar. De esta manera, es más sencillo separar el dinero que se debe invertir en lo fundamental.
Por ello, cuando se recibe dinero extra como prima o comisiones, ese dinero se puede utilizar el dinero sabiamente en ahorro, ya que tener más dinero no significa gastar más.