La inflación o el Índice de Precios al Consumidor (IPC) continúa su camino al ascenso y en septiembre se ubicó en niveles máximos: 11,4% en los últimos doce meses y en 10,08% en los primeros nueve meses del 2022.

En la práctica, de poco ha servido el alza en las tasas de interés que ha dispuesto, mes a mes, el Banco de la República, para tratar de quitarle presión a los precios.

De acuerdo con el Dane, la variación que reportan los precios de los alimentos, el grupo de bienes que más ha impulsado la inflación, fue de 26,62% en los últimos doces, con corte en septiembre. En el caso de Cali, la variación es un poco más alta, de 28,65%.

De hecho, en la capital del Valle del Cauca, la inflación anualizada fue de 11,73% (con corte en septiembre).

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En lo corrido del año, enero - septiembre, el IPC mostró una variación de 10,49% en Cali (ver gráficos).

Es una alerta

El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, dijo que el aumento de la inflación en septiembre, que alcanzó la cifra más alta de este siglo, es un campanazo de alerta que indica que no se puede seguir afectando el precio de los alimentos y el bolsillo de los colombianos.

Según el Dane, los precios al consumidor tuvieron un incremento del 0,93% en septiembre, que se explica por la variación mensual de las divisiones de alimentos y bebidas no alcohólicas y alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles.

Cabal insistió en que en esta difícil coyuntura inflacionaria y ante las sombras que se ciernen sobre el crecimiento de la economía colombiana el próximo año, estimado por el Banco de la República en sólo 0,7%; “sería francamente inconveniente que el Congreso de la República apruebe la creación de nuevos impuestos para las bebidas azucaradas y los llamados alimentos ultraprocesados”.

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“Eso sería echarle más leña a la hoguera de la inflación, con el agravante de que quienes más sufrirán los efectos de esos impuestos serían los hogares pertenecientes a los estratos populares y los pequeños empresarios del comercio representados por los tenderos”, expresó Cabal.

Calificó como preocupante que la inflación anualizada del grupo alimentos alcanzó 26,62%, más del doble que el aumento de la inflación total. Artículos como el arroz han sufrido un incremento del 33,6%, la leche 36,8% y la carne de res 25,17%.

También aseguró que es inaceptable el continuo y pronunciado aumento en el precio de la energía eléctrica, en especial en las ciudades de la Costa Atlántica.

En Santa Marta el aumento anual es del 46% y algo parecido ocurre en Cartagena, Barranquilla y Valledupar.
Por su parte, la economista Jackeline Piraján, de Scotiabank Colpatria, recalcó que nuevamente fueron los alimentos y los gastos relacionados con la vivienda los que más se incrementaron durante el mes de septiembre.

“En términos de alimentos, vimos incrementos asociados a frutas frescas, pero nuevamente vemos presiones en términos de la carne de cerdo y de res, incluso el pescado y a esto también se está sumando el hecho de que varios elementos procesado están exhibiendo nuevas presiones al alza, ese es el caso por ejemplo del pan”.

En lo relacionado con las viviendas “vemos que la mayor contribución la da la situación del incremento en los precios de la energía, particularmente por lo evidenciado en Santa Marta, pero también hemos visto que en otras ciudades como, por ejemplo, Bogotá, estas tarifas de cobros se siguen incrementando”, dijo.

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En cuanto a los gastos de alojamiento también estamos viendo que los arrendamientos están creciendo más de lo que lo hacían en un septiembre normal previo a la pandemia.

“Con todo lo expuesto, podemos seguir viendo que esas presiones al concentrarse en alimentos y también en alojamiento, están impactando sobre todo más a las personas de bajos ingresos y de condición vulnerable, así mismo, lo que podemos destacar es que si bien en el promedio nacional la inflación está sobre el 11,44 %, para las personas más vulnerables esa inflación supera el 13 %”. agregó la analista.

Y complementó: “entramos en la recta final del año en la que esperamos que la inflación se mantenga cerca del 11.5 % o 12 % y eso genera un piso para las negociaciones del salario mínimo. De cara a 2023 estamos esperando que las presiones inflacionarias se mantengan altas en la primera parte del año y que posteriormente en el segundo semestre empecemos a ver algo de moderaciones en estas tasas de inflación. Por el momento este resultado implica que el Banco de la República debe seguir subiendo sus tasas de interés, probablemente vamos a volver a ver algún movimiento en la reunión de octubre y esto se transmitiría hacia futuro a mayores costos en el endeudamiento de los hogares, pero talvez, eventualmente también a mayores”.

44,3
por ciento fue la variación de los precios del café en los últimos doce meses, con corte en septiembre.