El 2019 ha estado marcado por factores que incidirían en el comportamiento de la economía, uno de ellos es el fenómeno de El Niño que ha afectado directamente al sector agricultor.

Sin embargo, un hecho que generó un duro impacto para la dinámica económica al cierre del primer trimestre fue la minga indígena, que duró casi un mes y generó serias afectaciones al sector agropecuario y de transporte, como a miles de ciudadanos que no pudieron movilizarse por la vía Panamericana.

En medio de este panorama, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, habló sobre el crecimiento que podría tener el sector en los tres primeros meses del año y su aporte a la economía del país, entre otros temas.

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¿El sector agropecuario podría ser de los jalonadores del PIB en el primer trimestre?

No le apuesto al tema del crecimiento del PIB como una variable de tranquilidad del sector porque en 2017 tuvimos un crecimiento de más del 5 %, pero teníamos a miles de productores perdiendo plata y sin canales de comercialización. Además, tenemos unas dinámicas diferenciales de siembras y climatológicas, por eso no me atrevería a decir que el sector va a jalonar la economía del país, lo cierto es que para nuestros afiliados es más importante tener rentabilidad para el productor

¿Es decir que esperan un crecimiento moderado?

Sí, siempre hemos visto que las actividades agropecuarias tienen un crecimiento por encima del 4 % y esto pesa bastante en el PIB del sector, pero dependerá del comportamiento de los productos exportables y algo de productos como arroz, papa, panela y cacao, que viene teniendo una gran aproximación del mercado internacional. Productos como el café, la palma y el azúcar que dependen de los precios internacionales están en un escenario bastante complejo.

¿Qué opinión tiene frente al aumento del desempleo, teniendo en cuenta que volvimos a cifras de dos dígitos?

Estás cifras empiezan a generar preocupación, no obstante, tenemos que analizar si se están presentando por el desplazamiento de la mano de obra colombiana debido al fenómeno migratorio venezolano. Además, debemos analizar el crecimiento de la industria, del comercio y si este ha tenido un impacto en dichos sectores. Es claro que cualquier cifra de desempleo que se incremente nos debe preocupar y debe implicar una revisión del régimen laboral, porque no solo estamos hablando del desempleo sino un tema que puede ser más grave, como la informalidad laboral con una tasa de más de 47 %.

Y el tema laboral en el sector rural...

Nosotros tenemos una discusión pendiente con el Dane porque miramos lo que viene pasando con los diferentes sectores de la producción y no se evidencia una pérdida significativa del empleo en la ruralidad colombiana. Las cifras nos muestran que no necesariamente se ha perdido empleo, sino que ha caído el número de trabajadores independientes y esto lo podríamos interpretar como un cambio en la contratación.

Encontramos que para algunos productos no hay suficiente mano de obra, por ejemplo, con el café, en algunos momentos se ha tenido que recurrir a trabajadores venezolanos para recolectar la cosecha. Es claro que se está presentando un envejecimiento de la población rural, una reducción de la mano de obra de los jóvenes y una tasa de informalidad laboral extremadamente alta, que superaría el 86 % en el sector rural.

¿Qué hacer para reducir esa informalidad?

El trabajador rural es estacional y por horas, depende de la finca en la que trabaja, de la cosecha, del número de empleados, y esto hace que la situación sea difícil frente a un régimen laboral de ciudad. Hemos propuesto al Gobierno, en el Plan Nacional de Desarrollo y en un proyecto de ley que va para tercer debate en el Congreso, que se cree el jornal diario integral, abriendo la posibilidad de que el salario mensual se pague en proporción a los días trabajados y se pueda acceder a los beneficios en salud y ahorro pensional, para reducir las cifras de informalidad del campo.

¿Cómo ve el trámite que ha tenido el Plan Nacional de Desarrollo?

Para la SAC es relevante que el Gobierno invierta hasta un billón de pesos al año para vías terciarias y que los proyectos que se hagan con esos recursos se prioricen en función de la vocación de las regiones. Tenemos 147.000 kilómetros de vías terciarias y solo el 10 % está en buen estado.

Esperamos que después de Semana Santa empecemos a hablar sobre el tema de tierras, por ejemplo, lo relacionado con los ocupantes históricos de buena fe que no tienen título, pero que por generaciones han estado en esas propiedades y que es necesario regularizar.

¿Qué balance hace del paro indígena en el suroccidente del país?

Creo que fue una vagabundería, desafortunadamente las vías de hecho, los bloqueos y la vulneración de los derechos a la alimentación, la movilidad y al acceso a medicamentos por parte de los que estuvieron detrás de estas manifestaciones no tiene una razón de ser.

¿Van a tomar acciones legales por el impacto económico de estos hechos?

Nosotros estamos viendo la posibilidad de tomar una acción de responsabilidad civil y extracontractual, o similar, por el daño económico generado, que en el caso del sector agropecuario afectó a miles de productores de papa, leche, trucha, pollo, cerdo, entre otros productos, de los departamento de Nariño y Cauca.

A esto tenemos que sumarle la afectación a las exportaciones, el comercio, la construcción, el transporte, que dan muestra de una pérdida económica que supera los $80.000 millones. Más allá de un valor, tenemos que pensar en la limitación de recuperación, porque productos como la papa y los 5 millones de litros de leche se perdieron, sumado a los incumplimientos en la entrega de otros productos.

Es decir, la protesta sobrepasó los límites constitucionales...

No hay razón para que una protesta, por la razón que sea, vulnere los derechos de miles de colombianos de Nariño y Cauca, que son muchos más que quienes se estaban manifestando y buscando ordeñar al Gobierno por la vía de la presión. Esto deja un precedente y no se puede volver a repetir, por eso esperamos que esta vulneración de los derechos y violación del código penal no quede en la impunidad.

¿Cree que se está generando un pesimismo en el país que puede afectar a la economía?

Lo que veo es que hay un grado de ansiedad en la población ante tantos hechos que inundan el panorama de las noticias del país como Venezuela, Estados Unidos, la minga indígena, las objeciones a la JEP, el aumento de los cultivos, etc., que tristemente generan cierta preocupación.

Pareciera que esto tuviera visos de politización, tenemos que recordar que estamos en año de elecciones regionales.

Sin embargo, no creo que se esté generando un pesimismo similar a los que tuvimos en otro momento, hemos estado en situaciones mucho más complejas pero los colombianos tenemos mucha madera para resolver las adversidades.

Han anunciado que se realizarían nuevos paros después de Semana Santa...

Muchos sectores han hablado de nuevos bloqueos, paros y protestas pacíficas, por eso es necesario tener como precedente lo que pasó en el Cauca, porque el Estado tiene las herramientas para anticiparse a estos hechos y garantizar el principio de autoridad para impedir que las vías de hecho se conviertan en un objeto de extorsión. Es claro que como sociedad debemos apoyar y aceptar la protesta pacífica, pero tenemos que unirnos para rechazar la vulneración de derechos y los daños económicos.

"Desde la SAC vemos una situación bastante preocupante, porque el mercado internacional del café le está jugando una muy mala pasada a los productores del grano". 

"En el paro indígena se perdieron más de 5 millones de litros de leche, con esta cantidad hubiéramos alimentado a 300.000 niños durante un mes".