El año pasado permitió que los residentes en las ciudades vieran la importancia del campo en la seguridad alimentaria. Aun así, todavía hay mucho trabajo para mejorar las condiciones de ese importante sector.
De allí que, según Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), los principales retos para el 2021 son en materia de vías terciarias, conectividad digital, apoyo a la mujer y seguridad jurídica de la propiedad rural, lo mismo que de posibles cambios en el régimen laboral y apoyos tributarios.
Para el dirigente, la coyuntura generada por el impacto del Covid-19 develó que el campo es un sector esencial para la seguridad alimentaria nacional porque fue el responsable de garantizar los alimentos aún con la pandemia. “El campo le cumplió a Colombia, ahora es momento de que el país le cumpla al campo”.
Recalca que la afectación a los ingresos de los consumidores también tocó al sector, pues se tradujo en una reducción de las ventas de los productores. Otro impacto fue el cierre del canal Horeca, o de venta a los hoteles, empresas y otro tipo de compañías que proveen servicios de alimentos.
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Frente a las expectativas en este año, Bedoya destaca que el sector espera una recuperación, “pero preocupa que no vamos ni a mitad de enero y las UCI están en su máximo nivel, y se dan restricciones nuevamente, lo que puede afectar la recuperación del empleo”.
Frente a la posibilidad de pedirle al Gobierno una reforma laboral basada en el pago por horas, el presidente de la SAC señala que para el último trimestre del año pasado la informalidad laboral fue de 52 %. En el campo la tasa de informalidad laboral es de 86 %.
“Desde 2017 venimos reclamando al Gobierno y al Congreso de la República que el campo debe tener un régimen laboral propio, donde se permita la contratación por hora, acorde a los ciclos de producción de los diferentes sectores”, indica.
Respecto a una nueva reforma tributaria, pone de manifiesto que es clave redoblar la lucha contra la evasión, que adelanta la Dian, pero que se puede hacer más. Y anota que el tema de expandir la base de contribuyentes para pago de impuestos de renta con personas naturales debe ser proporcional al ingreso.
Pone de presente que “Colombia puede hacer lo de Perú, fijar un impuesto de renta para el agro de 15 %, lo que podría dinamizar el sector, pero lo más importante es la discusión del IVA. Algunos teóricos han planteado gravar con 19 % los productos exentos como los de la canasta básica porque generarían ingresos por más de $6 billones. Esto sería nefasto para los consumidores y sobre todo, para los productores”.
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Resalta el dirigente que “eso afectaría a los hogares de bajos ingresos que ya han visto reducciones en sus recursos por la pandemia. Esperamos que no aparezca esta nueva iniciativa”.
Acerca de los retos del agro, indica que el país puede tener para los próximos dos años $2,5 billones para construcción de vías terciarias.
El campo, anota, tiene una frontera agrícola de 40 millones de hectáreas, pero de estas solo hay 175.000 kilómetros de vías, de las cuales solo el 10% está en buen estado. Además, por cada $100.000 millones de inversión, se pueden generar hasta 290 empleos directos e indirectos.
“Tenemos que aprovechar lo que nos queda en la presidencia pro tempore de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que se acaba en junio, para revisar el acuerdo y que el comercio agropecuario sea realmente bilateral, porque nuestra balanza comercial agropecuaria es deficitaria con los demás países miembros. Colombia tiene unos 12 millones de habitantes en el campo, de los cuales 5,8 millones son mujeres; buscamos que haya recursos para el emprendimiento de las mujeres rurales”, añade el presidente de la Sociedad de Agricultores.