Es uno de los pocos críticos que mantiene su posición sobre la equivocación del actual modelo económico de Colombia.

Eduardo Sarmiento Palacio, a sus 77 años, ya tiene callo como se dice popularmente y está acostumbrado a que se le tilde de irreverente, por decir lo menos.

Recuerda que siempre ha generado amores y odios. Por ejemplo, fue decano de la Facultad de Economía en la Universidad de los Andes, pero sus ideas en contra de la apertura económica lo sacaron de esa institución.

“Decir la verdad en este mundo es difícil”, comenta. Inclusive al interior de su familia tenía grandes diferencias de pensamiento con sus dos hijos, pero destaca que “con el tiempo hemos tenido una aproximación mayor, a ellos les parecía que mis posiciones eran extremas, pero el tiempo me ha dado la razón”.

Para Sarmiento, quien acaba de presentar su libro número 18 en la Feria de Libro de Bogotá, la economía colombiana va mal, pero tiene salidas, “lo que pasa es que no se puede salir adelante haciendo las mismas cosas y con los mismos funcionarios que han generado esta situación”, afirma.

Es un ingeniero civil, economista y con estudios doctorales en esta última materia, pasó por cargos públicos en dependencias como Planeación Nacional, fue asesor de la Junta Monetaria, también estuvo vinculado a entidades como la Cepal, el BID, ha sido consultor e investigador económico, además de docente en diversas universidades.
Ahora pertenece al Centro de Estudios Económicos de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y es columnista del Espectador.

¿Por qué cree que la economía no va bien?
El Ministro de Hacienda viene diciendo hace dos años y medio que a la economía colombiana no le ha pasado nada y hoy las proyecciones de crecimiento del PIB han ido bajando y están en menos de 2,0 % para este 2017 y creo que tampoco se va a acertar.

La economía viene en un proceso sistemático de caída generada por factores estructurales que no se han arreglado. Hay un desbalance de la cuenta corriente generado por la devaluación de varios años y por la caída de los precios del petróleo.

Mire las cifras, en el año 94 se crecía al 5 %, luego al 4 % y ahora vamos en 2 %. Usted tiene una situación en que el empleo sube, la pobreza se mantiene y las acciones para corregir el problema, el déficit de cuenta corriente, no se resuelven.

Pero el Gobierno siempre sale a decir que todo está controlado y que la economía se ajustó...
El Gobierno dice mentiras, que aquí no ha pasado nada. Tenemos un daño sistémico, eso viene de tiempo atrás y tiene su origen en la alta dependencia en el petróleo, lo que causó desastres. Primero, la revaluación prolongada, luego la destorcida de los precios del crudo, porque se depende del modelo petrolero, del carbón y de los
commodities y eso que golpeó la macroeconomía sigue vigente.

Ahora el Gobierno dice que reemplazará la locomotora minera por la infraestructura, pero eso no ha funcionado. Hoy caen los indicadores de construcción, obras civiles y los cierres financieros de las vías de Cuarta Generación (4G) se han hecho en un 20 %, de manera que ese propósito no funcionó.

¿No hay que darle espera a ese tema de la infraestructura?
Eso no ha arrancado, llevamos 6 años anunciando que ahora sí, primero 2G, 3G y 4G, y los cierres financieros no se han hecho. Además, estos escándalos de los sobornos van a generar gran temor y dificultad en las cosas. Tenemos un sistema en donde todos los proyectos salen valiendo el doble, eso se da casi en todas las obras, Reficar, Autopista del Sol, transportes masivos, etc.

Ahora estos escándalos obligan al Gobierno a ser más cuidadoso y eso generara cierto temor en los contratistas que ya no van a conseguir ciertos favores. La infraestructura venía frenada y creo que continuará así.

¿Pero debe haber una forma de recuperar la economía colombiana?
Todo se puede arreglar, pero usted no puede arreglar los problemas con las mismas personas que lo causaron. Tenemos un Ministro de Hacienda que ha hecho 3 reformas tributarias y puede hacer 4 o 5 que no pasará nada. Usted no puede arreglar los problemas sino los reconoce

El modelo económico del Gobierno, el de los commodities y de las reformas tributarias fracasó. Pero las mismas personas insisten en las mismas determinaciones.

Hace un año o año y medio habían dudas, hoy la opinión pública no tiene dudas de que la economía fue mal manejada, está postrada. Tampoco tiene dudas de que el Gobierno no cuenta con las condiciones para superar la crisis.

Entonces ¿cuáles son las salidas?
Cuando no funcionó la minería y la infraestructura, el Gobierno debió reconocer que la salida para el país está en la industria y la agricultura y allí no se ha hecho nada sino una serie de manifestaciones y de promesas que no se han cumplido. Ya se dieron las últimas cifras de exportaciones que muestran una recuperación, pero por las ventas de petróleo, pero las de agricultura y la industria caen 10 %. Hoy, las exportaciones industriales y agrícolas son la mitad de lo que teníamos antes.

La única forma de ajustar la economía es fortaleciendo la industria y el agro, reduciendo la dependencia de la minería.

Estos temas son algo en lo que viene trabajando el Gobierno, ¿no ha sido suficiente?
Se necesita cambiar todo el tema en una visión que le de prioridad a la industria y a la agricultura. Hay que estar en el desarrollo de alta tecnología y aquí no se ha hecho nada. En la agricultura se necesita producir grano, carne, lácteos eso es lo que tiene demanda mundial y eso no lo tiene el país.

La única área moderna y que ha evolucionado es la palma africana, ojalá que ahora en el posconflicto se pueda explorar el tema agrícola a mayor profundidad, pero tampoco se ve, el planteamiento de los acuerdos es muy general.

Usted no puede resolver los males con los elementos y las personas que los causaron. La solución es un poco la que plantea mi libro “Producción, Capital y Salario: Bases para una nueva teoría”, revisar las teorías que en cierta manera fallaron y sobre un buen diagnóstico entrar a construir un sistema coherente, que impulse la industria y el agro y arregle la falla monumental del sector externo, mejore el gasto público que en Colombia es ineficiente y no llega a los sectores más necesitados, por que tenemos un problema sistémico. Hay que cambiar el sistema.

Pero debe existir algo positivo...
Claro que tiene que existir, pero estamos hablando del estado de la economía y esta va mal. Mire las cifras de diciembre, el PIB creció
2,0 %, pero si quitamos los datos de construcción, que están medio infladas en el Dane, nos resulta un crecimiento de -1,0 %.

Mire hacia atrás, el Ministro de Hacienda lleva 3 reformas, la primera bajó los impuestos, la segundo los subió y la tercera no se sabe. Lo que está es improvisando, usando la reforma para arreglar los errores de las anteriores. Este es el único país, en el mundo, en el que el Ministro de Hacienda tiene poderes para hacer reformas, equivocarse y volver a cambiar y nadie dice nada.

El Gobierno debe dedicarse, en lugar de hacer reformas sin sentido, a organizar la economía donde falla y orientarse en impulsar la industria y la agricultura.

¿Cómo explica que el Ministro de Hacienda haya sido distinguido varias veces como el mejor ministro de la región?
Lo que pasa es que los que le dan los premios son los que aconsejan al Ministro. Lo que le está pasando a la economía colombiana es la acción conjunta entre Fondo Monetario Internacional (FMI) y las firmas calificadoras de riesgos. Todas ellas coincidieron en las reformas tributarias fracasadas, en el alza de las tasas de interés y en el programa de infraestructura que no funciona.

Con todos estos índices malos de la economía, las calificadoras dan una nota aceptable porque ellos aplaudieron en su momento esas decisiones como la revaluación del peso, la reforma tributaria, todos están montados en un modelo fracasado y que el mundo reconoce que no funciona.

Por ejemplo, los malos manejos de la economía de los Estados Unidos llevaron a la elección de un Presidente incompetente, arbitrario y antidemocrático, pero él llega ahí por el mal manejo de la economía y de los gobierno demócratas.

18 libros

El primer libro de Eduardo Sarmiento se publicó en 1972, pero considera que su trabajo más influyente lo hizo en el año 1984: “Funcionamiento y control de una economía en desequilibrio”.

En 1988 presentó “Los nuevos desafíos del desafío”, en el que sugería el camino a seguir en materia económica, “pero se hizo todo lo contrario que fue la apertura económica”, dice.


Su libro 18 es “Producción, Capital y Salario: Bases para una nueva teoría”, donde muestra la historia de los desequilibrios económicos que tocan el comercio internacional, la industria y la agricultura, el mercado laboral y la distribución del ingreso.