El mercado aéreo colombiano es uno de los más apetecidos y competitivos de la región: hay nueve aerolíneas operando, cifra que, según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, Iata, es superior al promedio de la zona.

Paula Bernal, gerente de la Iata en Colombia, señaló que esta competitividad se hizo evidente desde el 2012 cuando se liberaron las tarifas y empezaron a llegar varias compañías a participar de este mercado, que hoy día moviliza 48 millones de pasajeros al año dentro del territorio nacional y genera 665.000 empleos.

Esta industria, que fue una de las más golpeadas con la llegada de la pandemia, mostró su recuperación en el año 2022. Según los datos manejados por la Aerocivil, viajaron por las aerolíneas 33 millones de personas desde y hacia aeropuertos nacionales y 15 millones desde y hacia terminales de todo el mundo.

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Esto representó un incremento del 57,2 % de las personas movilizadas en 2021, es decir, 17,4 millones más que el año anterior cuando se movilizaron 30,5 millones. De esta forma, el transporte aéreo en el país superó las cifras manejadas antes de pandemia, incrementando 23,8%, frente a 2019.

Las terminales aéreas que más movilizan pasajeros son las de Bogotá, Rionegro y Palmira (que sirve a Cali), seguidas de las de Cartagena, Santa Marta, San Andrés, Barranquilla, Bucaramanga y Montería. “Colombia fue uno de los países que más rápido reaccionó después de la pandemia, primero porque abrió sus fronteras rápidamente y segundo, se tomaron las medidas acertadas desde el punto de vista tributario, pues durante el covid Colombia decidió reducir el IVA de los tiquetes aéreos y del combustible de aviación del 19% a 5%”, sostuvo la Directora de la Iata.

Una industria frágil

Pese a la positiva recuperación, la industria aérea nacional también es muy vulnerable ante condiciones internas y externas del mercado. Por ejemplo, en 2017 cuando ocurrió el paro de pilotos de Avianca se generó caos en el transporte por la posición dominante de esta aerolínea. Ahora, con la suspensión de operaciones de Viva Air, desde el pasado 27 de febrero, también se impactó el sector, y en especial los 500 mil pasajeros que habían comprado tiquetes con esa empresa.

Avianca, con el 38 % del mercado, según datos de la Aeronáutica Civil del 2022, y Viva con el 15 % de participación, avanzan en una integración, que aún no avalan las autoridades.

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Esta semana la congresista Katy Juvinao cuestionó dicha propuesta de integración y afirmó que esto no es más que un engaño de parte de las dos aerolíneas que buscan quedar con el 60% del mercado y una posición dominante.

Agregó que “según la resolución de la Superintendencia todo este entramado estaba hecho para aparentar. La SIC dice que tanto funcionarios y altos ejecutivos de Avianca como los de Viva eran conscientes de lo que estaban haciendo sin el permiso de las autoridades”.

Agregó que como congresista le hizo al Gobierno dos peticiones: una, que promueva el mejoramiento de las condiciones del mercado aéreo para que puedan llegar más competidores, y dos, “no podemos permitir que ninguna empresa crea que ante la ley colombiana es mejor pedir perdón que pedir permiso”.

Similar apreciación tuvo Alejandro Useche, economista y docente de la Universidad del Rosario, al explicar que las aerolíneas de bajo costo siempre serán atractivas para el mercado, pero a la vez, al ser empresas pequeñas, son más susceptibles a entrar en crisis por situaciones como la pandemia, por el aumento de la inflación y los altos costos en los precios de los combustibles, por lo cual terminan siendo absorbidas por aerolíneas grandes.

“Ahí es cuando se abre el debate en el país y Avianca anuncia su interés en Viva Air y al parecer es una jugada estratégica, pues si no se logra el negocio, Viva sale del mercado y Avianca ejercería una posición dominante”, dijo el docente de la Universidad del Rosario.

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Añadió que lo que deja en claro lo que está ocurriendo con el mercado de las aerolíneas de bajo costo es que dada la dificultad de continuar terminan fortaleciendo los monopolios en este sector, es decir, un espacio donde hay muchos demandantes, pero pocas empresas que ofrecen este servicio, lo que “para mi es muy peligroso porque tiende a generar un escenario en el que los pocos grupos que ofrecen el transporte aéreo pueden hacer sentir su posición dominante e imponer condiciones para su conveniencia”.

Estas apreciaciones las desvirtuó Adrian Neuhauser, gerente de Avianca, en sesión extraordinaria del Congreso de la República, quien dijo que la crisis de Viva se veía venir. “Las líneas aéreas somos negocios frágiles porque tendemos a tener muchas deudas por alquiler de aviones, combustible y en esa fragilidad Viva hace un año hizo una búsqueda de capital, en la que Avianca participó y tomó derechos económicos, no políticos”.

Por eso, agregó, “solicitamos el permiso de integración hace siete meses, tiempo en el que hemos planteado soluciones y propuestas que ninguna otra aerolínea ha hecho, pero si han salido a bloquear la transacción y negar la existencia de la crisis. Nuestra intención siempre ha sido ayudar, por eso usar la palabra monopolio aquí no cabe, porque hay cerca de 10 actores en el mercado nacional”.

En los últimos cuatro años han llegado nuevas aerolíneas a Colombia, como es el caso de Wingo y Ultra Air, que a dos años de su aterrizaje ya tiene el 3% de participación y prevé crecer este año, abriendo rutas internacionales a varios destinos de América Latina.

Siguen operando Latam con el 17,55% de participación en el país, Satena y, en los últimos días, se autorizó a Jet Smart 27 rutas en el mercado nacional, empresa que viene a competir en el segmento de low cost.

48

millones de pasajeros se movilizan anualmente por el territorio nacional vía aérea.

Un año de crecimiento y retos

El 2022 fue el mejor año para la industria aérea del país que reportó ventas por US$7368 millones, lo que significó un crecimiento del 8,6% comparado con el 2019, de acuerdo con el Banco de la República.

Esto gracias a la llegada de visitantes no residentes que alcanzó en 2022 los 4,6 millones, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, lo que significó un gasto promedio de US$1599 por viajero, es decir un 7% más a los US$1498 de 2019.

Este año la industria del turismo ha pedido reducir nuevamente el IVA de los tiquetes al 5% para incentivar el sector, pues el según la Iata, el IVA del 19% ha provocado una reducción en venta de tiquetes del 26%.