Una de las apuestas en las que trabaja en el Valle del Cauca para atraer más visitantes a la región es el denominado turismo industrial.

Se trata de iniciativas de empresas y de las mismas comunidades para generar una propuesta de valor dentro de un encadenamiento productivo con potencial atractivo.

Julián Franco, secretario de Turismo del Valle, señaló que el departamento es pionero en el país en este tipo de turismo y que ahora se promueve un proyecto con el que se busca dar visibilidad a las experiencias que en este campo ya existen y promover la creación de nuevas.

“Queremos replicar algunas casos exitosos como el tema de vinos en Mendoza, Argentina, y la ruta del tequila en Jalisco, México. Nosotros tenemos un componente que puede integrar nuestra oferta y es el sabor de cada municipio. Ya tenemos empresas anclas que están desarrollando este tipo de experiencias como el caso del Ingenio Providencia, Grajales y otras que están en proceso como el Agrícola Himalaya, Colombina y la Industria de Licores del Valle”.

Como parte del proyecto se ha encontrado que también las pequeñas empresas y comunidades ofrecen una serie de experiencias alrededor de productos como el cacao, el pandebono, el vino, el café y la miel, entre otros, completando una cadena de valor más amplia.

La familia Jaramillo en Santa Elena, a través de su empresa CavaJaramillo, creó la ruta del vino, donde les enseñan a los turistas desde cómo se cosecha la uva hasta la preparación del vino. Foto: Cortesía CavaJaramillo | Foto: El País

“Con esto logramos que la oferta turística del departamento se amplíe para que haya más actividades y más atracción de turistas y también que estas empresas tengan un modelo de negocio sostenible, que si bien no va a ser la principal actividad de su negocio, tengan una línea que genere empleo y un impacto económico positivo en diferentes zonas de la región”, añadió Julián Franco.

Experiencias en la región

En el Valle del Cauca las experiencias del turismo industrial se han ido fortaleciendo, de manera intuitiva. Una de las más conocidas es el Museo del Vino en la Unión, donde Grajales ha sabido integrar su negocio con el turismo.

Asimismo, está la ruta de la caña de azúcar con el Parque Ecológico Providencia. María Leonor Velásquez, directora del Parque, contó que esta iniciativa, que estuvo parada desde la pandemia, se retomó hace un año. Se trata una oferta que recorre la Hacienda Piedechinche y la ruta compuesta por un sendero de ranchos y trapiches que permiten que el visitante conozca la historia de la industria.

El Parque Ecológico del Ingenio Providencia ofrece la ruta de la caña que incluye recorrido por la Hacienda Piedechinche. Foto: Parque Ecológico Ingenio Providencia, cortesía para El País | Foto: El País

“También los visitantes disfrutan de un zafari vallecaucano, donde se recorre la hacienda en el calambuco, que es el medio tradicional de transporte entre los cultivos de caña”, explicó.

Estos recorridos se hacen a través de un operador que al final traslada a los visitantes al ingenio para conocer la fábrica de azúcar y todo el proceso de molienda y producción.

Y del dulce sabor de la caña, quien visita al Valle también puede disfrutar de la ruta del pandebono, un amasijo tradicional, que el año pasado fue reconocido como el mejor del mundo.

Carlos José Martín, representante de la empresa Mayoristas Receptivos del Valle del Cauca, ubicada en Buga, fue el encargado con su familia de darle vida a este proyecto. “En un hotel de la ciudad recibimos a los grupos de turistas que generalmente son de doce y allí con un panadero tradicional del municipio aprenden cómo prepararlo, desde la elaboración de la masa, la medida exacta de cada ingrediente hasta hornearlo”, contó Carlos, quien agregó que esta iniciativa, que genera 10 empleos directos, aporta a la cadena de valor del comercio bugueño. “Recibimos mensualmente 70 turistas y el 80% de ellos son extranjeros”, agregó.

Y las experiencias no paran allí. En Santa Elena, el municipio vallecaucano líder en la cosecha de uva isabella, está la familia Jaramillo y su empresa CavaJaramillo, que aunque fue creada desde hace 35 años, desde 2021 decidieron apostarle al turismo industrial con la creación de la ruta del vino.

En Buga la ruta del pandebono permite que los visitantes a la ciudad de Buga, aprendan a elaborar este tradicional amasijo. Foto: Cortesía MRV Mayoristas Receptivos del Valle | Foto: El País

“La idea de crear esta ruta nació de los viajes que hice a Chile y Argentina donde visité las bodegas de vino que ofrecían esa experiencia. Santa Elena es un territorio turístico y que mejor forma de atraer más visitantes que enseñándoles a preparar vino artesanal de uva isabella”, dijo Juliana Jaramillo, gerente propietaria de la empresa.

Explicó que los visitantes disfrutan de un recorrido por el viñedo, donde aprenden cómo se cosecha la uva isabella. Luego pasan a la bodega de producción y conocen todo sobre el proceso de fermentación y método de filtración del vino hasta embotellarlo.

“Cada persona se lleva la botella de vino que preparó, pero antes de irse pasa a la zona de cata, un espacio donde aprenden cómo coger la copa, cómo se toma el vino y cómo degustarlo, viviendo una experiencia aromática increíble”, explicó Juliana, quien señaló que mensualmente reciben 500 turistas.

“Nosotros cultivamos el 10% de las uvas y el resto las compramos a los cultivadores de la región. En todo este engranaje generamos 40 empleos directos y 15 indirectos”, sostuvo.

En Cartago las bordadoras y caladoras se organizaron para enseñar el arte de bordar y calar. Foto: Cortesía de Andrés Felipe Castaño de la agencia de viajes Wowco | Foto: El País

De otro lado, en Riofrío, una zona rica en paisajes naturales, un grupo de 10 familias campesinas decidieron unirse para convertir sus fincas en hospedajes y crear las rutas del café y las plantas aromáticas.

Tatiana Gaitán, representante de las comunidades, explicó que en las fincas los turistas no solo se hospedan, sino que aprenden cómo se siembra la semilla de café, cómo se recolecta, se trilla y todo el proceso hasta que queda listo para tomar. “Quienes tienen sembrados de plantas aromáticas también diseñaron su ruta y los turistas conocen el paso a paso para fines medicinales y de belleza”, contó.

Gaitán agregó que en los hospedajes reciben grupos de hasta doce visitantes y para brindar una buena atención, se capacitaron y recibieron certificación del Sena.

La creatividad de las bordadoras y caladoras de Cartago también son protagonistas con la Ruta de los Tejidos, una iniciativa liderada por 28 caladoras y 9 bordadoras.

Carolina Restrepo, líder de estas artesanas contó que la ruta no se trata de mostrar vestidos o camisas bordadas, sino los grafitis bordados que se han ubicado en diferentes muros del municipio. “El grafiti más grande mide 10 metros y cada uno de ellos representa la riqueza cultural del municipio”, explicó y agregó que el recorrido incluye una visita a la Casa de la Cultura donde están expuestas siete obras de arte hechas por las caladoras.

El recorrido termina con un taller de bordado y cada persona se lleva lo que bordó. Con este proyecto recibimos un reconocimiento de la Embajada del Japón”, dijo.

Andrés Felipe Castaño, operador de una agencia de viajes local, señaló que para visibilizar este trabajo, se están diseñando paquetes turíticos, tipo pasadías para que más turistas conozcan la historia del bordado cartagüeño.

Los turistas que llegan a hospedarse en las fincas de Riofrío no solo hacen los recorridos del café y las aromáticas, sino que se pueden bañar en las cascadas naturales que tiene la zona. Foto: Tatiana, líder de la comunidad y de Tagaqui Tours | Foto: El País

Avance del proyecto

La Secretaría de Turismo del Valle contrató los consultores que fueron los mismos que hicieron la ruta del tequila en México, y con ellos se está haciendo el máster plan que se esper esté listo en el mes de marzo. Este plan, explicó Julián Franco, sería el piloto de la ruta, que incluirá también las proyecciones de cuántos turistas llegarían a la región, cuánto sería el empleo generado y el inventario de las empresas que se van a vincular.

“La expectativa es muy alta creemos que esta tipología de turismo nos puede generar alrededor de US$500 millones en los próximos 10 años”, dijo Julián Franco. La idea es que el proyecto arranque en el primer semestre de este año.