En Buenaventura está la Reserva Natural de San Cipriano, ejemplo de ecoturismo y turismo de ciencia por la variedad de especies en flora y fauna. En este destino se implementa un modelo de economía biosostenible con el que minimizan el impacto ambiental e involucran a las comunidades en la preservación del ecosistema.

En una extensión de 47.094 hectáreas marinas se encuentra el Parque Nacional Natural Uramba Bahía Málaga, ejemplo de la conservación de ecosistemas marinos y costeros. Es destino de turismo para el avistamiento de ballenas entre junio y noviembre. Aquí comunidades indígenas y afros tejen la conexión cultual y apoyan los procesos de sabiduría ancestral. Está considerado como uno de los territorios en donde se trabaja en el equilibrio hídrico, la sostenibilidad en la pesca, la investigación y la conservación.

Una gran variedad de fauna se puede encontrar en los humedales del Valle del Cauca. | Foto: El País

Plan humedales

Conocer los humedales y las contribuciones que hacen a la mitigación del clima, la regulación hídrica y su aporte como ‘hogar’ de diversas especies está como uno de los planes imperdibles. En Buga, la Laguna de Sonso es ejemplo en la restauración, educación ambiental y monitoreo de aves.

Mientras que Cali, con más de 61 humedales, 18 de ellos públicos, son también un destino de interés para hacer el recorrido por los humedales urbanos. Entre los más conocidos: el humedal de la Babilla – Zanjón del Burro; el ecoparque Lago Las Garza, El Limonar y el Lago Panamericano.

Turismo educativo

En Palmira está el Centro de Educación Ambiental San Emigdio, un refugio de fauna y turismo educativo, así como la Reserva Natural Nirvana, con más de 120 hectáreas de bosque subandino, que son testigo del trabajo de conservación de fauna y flora.

Humedal Zanjón del Burro | Foto: El País

Otras ‘embajadoras’ de la biodiversidad recomendados por la CVC: navegar por el río Cauca, una experiencia fluvial educativa que se puede vivir entre Buga y Guacarí.