De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el 14.4% de la población del país está conformada por personas mayores de 60 años. En otras palabras, se calcula que actualmente en Colombia hay 7.412.407 hombres y mujeres en este rango de edad, una cifra que podría superar los 10 millones en 2031.
Los números evidencian que esta población sigue creciendo, es cada día más representativa en términos demográficos y continúa siendo productiva. Sumado a que, gracias a su estabilidad económica, debido a que reciben su pensión mensual, son un actor activo y estratégico para el comercio y los mercados.
En cifras, según el estudio “Características generales del adulto mayor en Colombia”, realizado por Dane, el 43% de las personas mayores de 60 años (4 de cada de 10) genera ingresos diferentes a la mesada: 62,5% trabaja por cuenta propia y 37,5% continúa siendo empleado formal. Estos indicadores confirman que esta población sigue siendo uno de los actores más importantes en términos económicos, sobre todo si se tiene en cuenta su capacidad de gasto.
Sin embargo, más allá de lo que muestran las cifras, esta población hoy enfrenta un problema que afecta de forma considerable su salud mental, y pese a que no tiene directamente un impacto financiero, a la larga si pone en riesgo su estabilidad emocional: se trata de la soledad, una condición que afecta a más del 30 % de los hombres y mujeres mayares de 60 años en Colombia, en otras palabras, aproximadamente a 2 millones 223 mil ciudadanos que viven en hogares unipersonales.
De hecho, de acuerdo con el estudio “El sentimiento de soledad en personas mayores”, elaborado por la Universidad Javeriana, la ausencia o falta de una compañía en este grupo de edad es el detonante principal de la depresión (60%), ansiedad (25%) y el miedo (15%), tres alteraciones de la salud mental que se agravan si se tiene en cuenta que por lo menos el 80% de estas personas no tiene acceso a un psicólogo, ni a actividades de bienestar emocional que impacten y dignifiquen su calidad de vida, más allá del acceso a los servicios que les ofrecen las EPS, con un alcance muy limitado en términos de salud física; y los que ofertan las Cajas de Compensación Familiar, en el marco de la Política Pública de Envejecimiento y Vejez, con programas que no cuentan con una cobertura suficiente.
Teniendo en cuenta esta realidad y con base en el aumento de la expectativa de vida en Colombia, que según la última actualización del Banco Mundial es de 79 años para 2050, la empresa privada viene desarrollando diferentes estrategias con el objetivo de generar alternativas que mejoren y dignifiquen la calidad de vida de los hombres y mujeres mayores de 60 años en el país.
Entre las más notables, sobresale Senior’s Club, una apuesta de empresarios colombianos que ha invertido más de 100 millones de dólares en la creación de una alternativa diferente para que los adultos activos e independientes mayores de 50 años disfruten de un producto inmobiliario donde tienen diferentes comodidades, seguridad, libertad, bienestar y, lo más importante, socialización.
Este concepto está presente actualmente en Bogotá, Medellín y Envigado, Bucaramanga, Pereira, Armenia y Cali, y su propósito es mejorar el estilo de vida de esta población, ofreciéndoles una mezcla entre un producto inmobiliario y una serie de servicios hoteleros y actividades diarias que les permiten disfrutar de bienestar, confort, tranquilidad y una muy agradable vida en comunidad.
Según Catalina Arango, gerente de la compañía, esta idea surgió como el resultado de una profunda investigación sobre las necesidades identificadas y no atendidas de los adultos activos en Colombia. “Se trata de un concepto novedoso en el cual personas activas, independientes y con todas sus capacidades viven rodeadas de otras de su misma edad. Cuentan con gimnasio, restaurante, room service, zona húmeda, salón de juego, cinema y oratorio. Tienen, además, servicio de primeros auxilios, bienestar, mantenimiento, conserje, actividades deportivas y de entretenimiento, y mucama”.