Serán $23,4 billones los que espera recaudar el Gobierno Nacional con la propuesta presentada esta semana al Congreso de la República, la cual centrará sus esfuerzos en tres aspectos principales: El IVA, la renta a las personas naturales y a las personas jurídicas.

El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, explicó que con el IVA no se busca llegar a niveles como los que presentan otros países de América Latina, sino tener un incremento del 4 %, para pasar del 39 % del valor total de la canasta de consumo de bienes y servicios gravados al 43 %.

Carrasquilla, en entrevista con Colprensa, explicó este y otros detalles que trae el proyecto, al que le auguran un fuerte debate en el Congreso de la República, por las voces a favor y en contra de la iniciativa del Gobierno Nacional.

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Los partidos políticos y los empresarios han hecho observaciones a puntos clave de la reforma, que parecen no tener los votos suficientes para pasar en el Congreso. ¿Le preocupa que el Congreso termine haciendo la reforma a su manera, como pasó con la primera que presentó este Gobierno?

Desde luego. Se trata de una reforma integral que busca dos objetivos inseparables.

El primero es aprovechar las lecciones aprendidas durante lo que va de la pandemia en materia de política social. Proponemos hacer permanente el programa de Ingreso Solidario, que se acaba en julio; ampliar tres meses el PAEF, que apoya el empleo formal en empresas afectadas por la crisis; volver política de Estado la gratuidad del programa Generación E; y asumir por dos años la parafiscalidad en muchas empresas para apoyar la generación de empleo.

Nada de eso se puede hacer sin reforma y una merma en el recaudo implica afectar la profundidad de esas iniciativas.

El segundo objetivo es mostrar con claridad y contundencia que los colombianos vamos a crear la arquitectura fiscal necesaria, para que el sustancial aumento del endeudamiento público que el país asumió, como consecuencia del Covid-19, no comprometa la sostenibilidad financiera del país. Lo uno no funciona bien sin lo otro. Sin la austeridad y los nuevos tributos, no hay ninguna posibilidad de financiar la política social de manera sostenible y seria.

Generó mucho revuelo su afirmación de que el país solo tiene caja para seis o siete semanas. ¿Qué puede pasar exactamente si no se aprueba la reforma?

Este año tendremos un déficit fiscal de $94 billones y tenemos que amortizar deuda externa e interna por aproximadamente $18 billones. Eso quiere decir que necesitamos plata prestada en magnitud importante y para que nos presten la plata que necesitamos, tenemos la obligación de mostrar, con gran claridad, que tenemos un plan de mediano plazo que garantiza el servicio adecuado y fluido de esas obligaciones.

Lo que yo dije fue exactamente eso. La caja que tenemos no es suficiente para financiar siquiera dos meses nuestro presupuesto. Tenemos que estar permanentemente en el mercado de deuda y ello se dificultará enormemente el día que quienes nos prestan la plata tengan razón para pensar que no vamos a ser serios en honrar las obligaciones.

Con los ajustes que haga el Congreso, ¿cuál es el mínimo recaudo adicional que espera el Gobierno de esta reforma, para que el país no tenga problemas?

Necesitamos que el ajuste total sea de 2,5 % del PIB de manera permanente. De ese ajuste total, 1,6 % debe provenir de la combinación de más austeridad y más impuestos; y 1,1 % de más éxitos en la lucha contra la evasión y la elusión. Cualquier cosa por debajo, compromete nuestra estabilidad futura y cualquier cosa por encima nos permite llevar a cabo la política social más ambiciosa que se ha visto en el país.

Se ha advertido que el impuesto a la riqueza y el aumento del impuesto a los dividendos puede espantar la inversión extranjera. ¿Existe ese riesgo?

El impuesto al patrimonio y el impuesto a los dividendos ya son parte del estatuto tributario colombiano. Proponemos una mejora técnica y una temporalidad de dos años en el primer caso y un aumento progresivo en los impuestos para flujos de dividendos superiores a $48 millones anuales en el segundo. No veo razón para pensar que la inversión se espante. La inversión se espanta el día que desconfíe de la voluntad del país de resolver el lío en que está metido, en virtud de un choque tan gigantesco.

Una de las grandes preocupaciones que ha generado esta reforma tiene que ver con el IVA a la canasta familiar. Aunque no se habla de gravar más productos, si está la propuesta de pasar algunos exentos a excluidos. ¿Qué se busca con esto?

Somos un país en el cual la base gravable del IVA es bajísimo. Está gravado el 39 % del valor total de la canasta de consumo de bienes y servicios. En América Latina el promedio es 58 % y en los países avanzados es 56 %, para que nos demos cuenta de lo diferentes que somos. Nuestra propuesta no es llevar esa cobertura a esos niveles, que implicaría recaudar unos $51 billones. Nuestra propuesta es llevarlo a 43 %, un modestísimo incremento de 4%.

En segundo lugar, nosotros proponemos compensar el pago del IVA efectuado por el 40 % de la población, entregándole a cada hogar $50.000 mensuales. Hoy día está muy claro que eso se puede hacer y lo estamos logrando para unos 2 millones de hogares, con una suma de 35.000 pesos.

En tercer lugar, quienes pagaremos un poquito más, 4 %, no es mayor cosa, somos el 60 % restante y empezaremos a hacerlo en 2022. Los mas perjudicados, si lo queremos leer así, somos los hogares del decil 10 de la distribución del ingreso, el 10% mas alto. Y eso, francamente, me parece muy bien.

La propuesta presentada al Congreso de la República también plantea un impuesto a las pensiones de los colombianos. ¿Cómo funciona y cuánto se espera recoger de este rubro?

La población pensionada del país, sumando todos los regímenes generales y especiales, son unos 2 millones. De ellos, unos 28.000 reciben mesadas de 7 salarios mínimos o más. Nuestra propuesta es gravar esas mesadas pensionales. Se recogerían unos $300.000 millones y el pensionado de 7 millones mensuales pagaría $14.000 anuales a partir de 2024.

En la discusión de equidad, hay que recordar que el ahorro que subyace las mesadas pensionales en Colombia se constituyó, en su momento, con base en ingresos que no pagaron impuestos. Los países que optan por eximir el ahorro pensional del impuesto de renta, gravan las mesadas pensionales como cualquier otro ingreso. Y los países que no gravan las mesadas pensionales, no eximen al ahorro pensional del pago del impuesto de renta. Es decir, unos países gravan el ahorro durante la vida laboral, pero no gravan las mesadas en la jubilación. Otros países gravan las mesadas, pero no gravan el ahorro. Colombia es peculiar en no gravar ni el ahorro a la entrada, ni la mesada a la salida. Yo creo que nuestra propuesta es un pequeño paso, gradual por lo demás, en la dirección correcta y justa.

Reparos del agro

Cinco entidades del agro colombiano coinciden en señalar que el proyecto de ley afecta en tres aspectos claves: El encarecimiento del costo de los alimentos de los colombianos; el crecimiento de la informalidad en el campo y la posición de desventaja del producto nacional frente a los importados.

Al eliminar la categoría de bienes exentos de los productos básicos de la canasta familiar y pasar a excluidos, significa que los insumos para la producción de alimentos como el arroz, la carne, el pollo, los huevos, el cerdo, la leche y el pescado, van a tener un sobrecosto.