En siete meses la tasa de interés del Banco de la República saltó de 1,75% a 5,0%, lo que muestra un aumento superior a tres veces (3,25 puntos porcentuales).

Esa es la tasa que sirve de referencia a la banca comercial para aprobarles créditos a los colombianos y a las empresas para sus planes de financiación. En otras palabras, quiere decir que los préstamos serán más costosos.

La decisión del Banco de la República pretende que haya una menor circulación de dinero y bajarle presión a los niveles de inflación para que disminuyan los precios de bienes y servicios, dicen analistas.

La inflación total continuó su tendencia al alza y registró en febrero una variación anual de 8,01%, dentro de la cual se destaca el rubro de los alimentos, cuyo incremento anual fue de 23,3%.

La invasión de Rusia a Ucrania podría intensificar las presiones alcistas sobre los precios internacionales de algunos bienes e insumos agrícolas, la energía y el petróleo. En este contexto, las diferentes medidas de expectativas de inflación han continuado en aumento. En el caso de los analistas económicos la encuesta mensual del Banco de la República mostró que esperan una inflación total de 6,4% para 2022 y de 3,8% para 2023.

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5,0 por ciento es la tasa de interés de referencia del Banco de la República que aprobó la Junta.

¿Pero cuáles son las consecuencias del aumento de la tasa de interés?
El crédito será más costoso, por lo que es factible, dicen analistas, que los usuarios no deseen comprar y posiblemente mermen la solicitud de recursos de préstamo para adquirir, por ejemplo, vivienda y vehículo, entre otros productos.

Según la Asobancaria, a través de su portal ‘Saber más, ser más’, para las empresas también será más costoso financiarse, lo que se puede traducir en menor rentabilidad.

Es de anotar que las modificaciones del nivel de la tasa de interés de intervención tienen como fin influir en el crecimiento de corto plazo y en la variación de los precios al consumidor.

Esto sucede mediante distintos canales de transmisión, los cuales se pueden definir de manera sencilla como la cadena de acontecimientos que inician con un cambio de la tasa de interés del Emisor y, con cierto rezago, afectan las tasas de interés del mercado a diferentes plazos, la tasa de cambio y las expectativas de inflación, variables que a su turno terminan influyendo en los precios.

El Banco de la República informó que el incremento en la tasa de interés de intervención también se traduce en un aumento de las tasas de interés a las que remunera los depósitos de los usuarios las entidades financieras.

8,01 por ciento fue la inflación anualizada en el país con corte en el mes de febrero de este año.

“Si el nivel de demanda es coherente con la capacidad de producción del país, es posible controlar las presiones que existan sobre la inflación”, agregó el Emisor.

Sobre el tiempo que podrá tardarse la transmisión de la tasa del Banco de la República, las entidades financieras tienen un efecto inmediato en las operaciones interbancarias, pero no así para los préstamos que aprobarán a los clientes.

“Por lo general, la política monetaria y su incidencia en los créditos tiene un rezago, los cuales se pueden retrasar hasta seis meses. En tarjetas de crédito no se nota mucho porque usualmente están relacionadas con la tasa de usura”, manifestó José Luis Hernández, analista de la firma Corficolombiana.

Para Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, la decisión de seguir aumentando la tasa de referencia del Emisor va en la dirección correcta para contrarrestar el incremento de la inflación.

Sin embargo, la medida afectará a algunos sectores en su proceso de recuperación, especialmente el comercio, toda vez que miles de usuarios toman créditos para pagar los productos que adquieren.