El sector energético del país atraviesa por uno de los momentos más álgidos y delicados de los últimos años: hay una alerta de los gremios por la posibilidad de que en el corto plazo no exista la energía suficiente para cubrir la demanda, esto porque muchos proyectos de generación están retrasados.
Asimismo, hay una alarma por la extensa sequía que tiene los embalses con bajo volumen, lo que constituye una alerta en la prestación del servicio en el corto plazo. Esto sin contar también los poco alentadores reportes sobre que el país no tendría, hacia el año 2026, suficiente gas para atender la demanda creciente.
Actualmente en la Unidad de Planeación Minero Energética, Upme, hay inscritos más de 200 proyectos de generación de energía en las diferentes tecnologías: eólica (21), solar (205), pequeñas centrales hidráulicas, PCH (41), biomasa (3) y proyectos térmicos, con capacidades que superan los 15.000 megavatios, con los que se podría llegar a pensar que Colombia tendría, en el mediano plazo, la energía de sobra para su abastecimiento.
Incluso en la página web de XM, que opera el Sistema Interconectado Nacional, SIN, aparecen listados 408 proyectos, la mayoría de generación solar que significarían un importante aporte.
Sin embargo, según explicó Julio César Vera, director de la Fundación Xua Energy, del total de los proyectos que están inscritos en la Upme, “realmente los que tienen un compromiso de energía firme son los que están asociados a las recientes subastas del 2019, 2021 y 2024″.
El directivo agregó que al revisar los proyectos que realmente han avanzado a etapa de construcción y que tienen obligaciones -que tendrían que cumplir muy pronto-, son solo 14, de los cuales 10 son eólicos, 3 fotovoltáicos y uno térmico y “de estos 14, realmente los solares y el de Termo Caribe 2, son los que han entrado en funcionamiento, el resto están atrasados”.
Asimismo, según información de XM, que fue presentada por Acolgen (Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica), en 2021 entró solo el 7% de la nueva energía esperada; en 2022, el 28%, y en 2023 ingresó apenas el 17% de lo esperado.
“Para lo que queda del año 2024, se espera la entrada de 103 nuevos proyectos, pero de esos, tan solo 47 (918 MW) tienen una garantía con el sistema, es decir, menos de la mitad son proyectos que realmente tienen un compromiso de entregar energía. No es un número despreciable, pero la realidad es que no es el ritmo que necesita el país para atender el crecimiento de la demanda de hoy. Este es un panorama que nos debe preocupar”, comentó recientemente Natalia Gutiérrez, presidente del gremio.
Pero, ¿a qué se debe el retraso? Pasan varias cosas que el país no ha podido superar. Alejandro Castañeda, director de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras, Andeg, señaló que antes de 2020, 6 de cada 10 proyectos eran una realidad, hoy en día solo llegan a término 3 o 4 de cada 10.
“La tasa de mortalidad de los proyectos está sobre el 70%, debido a conflictos sociales, demoras en licenciamiento, problemas en la autorización de la conexión, financiamiento y obviamente el riesgo país. El plan del Gobierno era que entraran 6 gigas, es decir, 6000 megavatios de energía en el cuatrienio, pero a la fecha solo han entrado 1000 megavatios, prácticamente nada”, afirmó.
Asimismo, agregó que la cantidad de generación renovable que se está usando y que aporta en el día a día está más o menos en el 5%.
“Un ejemplo claro de lo que está sucediendo es la Guajira, que se esperaba que entrara en el 2022 cerca de 2200 megas y hasta el momento no han entrado más de 500 megas eólicas. Son mil y un problemas de licencias, de seguridad, de inversión, que no dejan que esto avance”, reiteró el Director de Andeg.
Aseguró, además, que el año pasado (2023) al país entraron 700 megas de energía y este año va por los 500 megas. Cantidad que resulta muy baja, teniendo en cuenta que para 2028 se necesitan entre 1500 a 2000 megas de energías no renovables, de acuerdo con los cálculos hechos por Andeg.
Las causas
Para Clara Inés Pardo, economista y docente de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, experta en temas de energía, el retraso en los proyectos de generación de energía se ha dado principalmente por los inconvenientes presentados en las consultas con las comunidades.
La docente retomó el tema de lo que ocurre en La Guajira, donde no se ha podido llegar a un acuerdo con las comunidades indígenas. “Son cerca de 200 comunidades con las que no se ha podido concertar, entre otras cosas porque muchas de las peticiones que hacen son prácticamente imposibles de cumplir”, afirmó.
Agregó que estudios del Banco Interamericano de Desarrollo, han demostrado que si Colombia no logra desarrollar proyectos de energía en La Guajira como quedó establecido, podría perder el 35% de su competitividad.
Por su parte, Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen, señaló que los balances de energía firme en el corto plazo muestran cifras preocupantes y “que inevitablemente nos deben llamar a la acción”.
Incluso, manifestó que, con la entrada esperada de los proyectos que hoy se encuentran en desarrollo, no se tendría la suficiente energía firme a partir de 2026.
“Estos números no podemos ignorarlos, porque también los han mostrado estudios de la Universidad Nacional y la misma UPME. Y es que el 2026 está a la vuelta de la esquina”, subrayó.
Por ejemplo, según un informe de la Upme, el parque eólico Alpha en la Guajira debía estar al 100% de ejecución y va al 44%. Igualmente, el proyecto Beta, también en la Guajira, debía ir al 100% y avanza al 46,86%; el proyecto de Windpeshi, entre la Uribia y Maicao tiene un retraso del 35% y las Camelias presenta un retraso de 114 días, entre muchos otros.
La compañía Celsia tiene en construcción en Colombia 11 proyectos solares de más de 8 MW en Tolima, Valle del Cauca y César, pero también tiene eólicos en La Guajira que aportarían 330 MW.
“Estos tienen retrasos, especialmente por temas asociados a las consultas previas y a la obtención de algunas licencias ambientales necesarias para su desarrollo. La compañía está trabajando para obtener dichas autorizaciones, y tendrá abiertas todas las posibilidades frente al desarrollo de estos”, informaron.
Inclusive Ecopetrol hizo esta semana un llamado para acelerar la entrada de los proyectos de generación de energía, a partir de fuentes renovables, “de tal forma que alivien la presión que el sector eléctrico está imponiendo al sector de gas natural, y que permitan sustituir gradualmente el uso de combustibles líquidos en la producción de electricidad. Es urgente implementar medidas que posibiliten superar las dificultades, en los ámbitos social y ambiental”.
¿Qué pasa con el gas?
En la última semana volvió a ponerse en evidencia el déficit de gas natural que tendría el país en el mediano plazo. De hecho, Ecopetrol informó que son necesarias varias medidas, como la flexibilización de la regulación para que la empresa ponga a disposición del mercado la totalidad de su gas en cualquier momento y aseguraron que “la importación seguirá siendo la mejor opción de respaldo de garantía de suministro”.
Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas, advirtió de un posible déficit de gas en Colombia para 2025, que representaría el 7,5% de la demanda nacional y para 2026 ese déficit aumentaría al 16%.
“Debemos recuperar nuestra seguridad energética y cumplir con los planes de expansión. Es esencial explorar nuestros recursos para restaurar nuestra soberanía energética, ya que esta se encuentra comprometida”, aseguró.