Para julio el precio promedio de venta al público de la gasolina en el país se ajustará en $ 600, ubicándose en $ 12.964 por galón, aproximadamente.
Por su parte, el precio promedio de venta al público del ACPM a nivel nacional se mantiene sin ajustes.
“Colombia sigue teniendo uno de los precios de la gasolina y del ACPM más competitivos de América Latina debido a la operación del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc), el cual ha mitigado la presión inflacionaria de los incrementos de los precios del petróleo y sus derivados en los últimos meses”, asegura el Gobierno.
Es importante destacar que el déficit del Fepc en 2022 correspondió a $ 36,7 billones de pesos.
Las 13 ciudades que tendrán los primeros incrementos serán: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Montería, Bucaramanga, Villavicencio, Pereira, Cañizales, Ibagué, Pasto y Cúcuta.
Villavicencio: $13.473
Cali: $13.397
Bogotá: $13.373
Manizales: $13.357
Pereira: $13.340
Ibagué: $13.308
Medellín: $13.306
Montería: $13.253
Bucaramanga: $13.134
Barranquilla: $13.044
Cartagena: $13.003
Cúcuta: $11.425
Pasto: $11.116
“Es importante resaltar que, incluyendo este ajuste, Colombia sigue teniendo uno de los precios de la gasolina y del diésel más competitivos de América Latina debido a la operación del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC), el cual ha mitigado la presión inflacionaria de los incrementos de los precios del petróleo y sus derivados en los últimos meses”, señaló el ministerio de Hacienda.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, de igual manera, señaló en entrevista con SEMANA que la idea es cumplir con la regla fiscal y aprovechar al máximo los actuales contratos de hidrocarburos. Sin embargo, puntualizó que la gasolina seguirá subiendo.
De acuerdo con el economista, el gobierno del expresidente Iván Duque dejó un déficit bastante grande, por lo cual señaló que lo más probable es que el precio de este combustible supere los 15.000 pesos.
“El déficit del Fondo de Estabilización de Precios de la Gasolina (Fepec) hay que cubrirlo. Es un hueco muy grande y el que mayor impacta la Regla Fiscal (ley que obliga al país a llevar un manejo sostenible de las finanzas públicas). Si no existiera ese déficit uno podría hablar de la Regla Fiscal con mayor tranquilidad, pero con ese hueco no es fácil y el déficit hay que cubrirlo. La gasolina seguirá subiendo”, agregó.
Por último, le recalcó a este medio que el ACPM se mantiene igual: “Por ahora el ACPM no se va a incrementar. La razón es que impacta los precios de carga y de pasajeros, por lo cual, no sería bueno para la meta de bajar la inflación”.
Así mismo, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal dijo hace unos meses que considera apropiado que el Gobierno Nacional continúe “en su esfuerzo por reducir el diferencial entre el precio de referencia de la gasolina y su precio regulado”.
“Esto permitirá la reducción del déficit del FEPC de $ 36 billones en 2022, a cerca de $ 26 billones en 2023, cifra que sigue siendo muy elevada para las finanzas de la Nación y que debe seguir corrigiéndose. El Plan Financiero de 2023 tiene como supuesto el pago de la totalidad del déficit del FEPC pendiente de pago y causado en 2022, y la programación del pago en 2024 de lo que se cause en 2023, además de la reducción del diferencial en el precio de la gasolina corriente con aumentos mensuales del precio”, explica.
Así mismo, el informe del comité de expertos señala que se tiene previsto el inicio de la corrección de la brecha de precios en el ACPM hacia mediados de año.
Los subsidios a los combustibles fósiles son en la actualidad el programa de subsidios más costoso a cargo de la Nación y más que duplican la totalidad de las transferencias directas a los hogares en el país, además de ser regresivos. Reversar o suspender la política de corrección de precios no solo pone en riesgo el cumplimiento de las metas del plan financiero y el cumplimiento de la regla fiscal, sino que desviaría recursos fiscales desde otros programas sociales y de infraestructura al pago de estos subsidios.
Adicionalmente, afirma: “Ante la necesidad de acelerar la transición energética, los subsidios indiscriminados a los combustibles inhiben el efecto que deben ejercer los precios sobre el comportamiento de los agentes, para que así estos enfrenten los verdaderos costos sociales de sus decisiones”.