El artífice de la derrota más contundente que le han propinado al petrismo en las elecciones territoriales de este domingo, Federico Andrés Gutiérrez Zuluaga, nació en Medellín un 28 de noviembre de 1974; casado con Margarita Gómez y padre de dos hijos, Pedro y Emilio.
El alcalde electo de la capital paisa, con 689.223 votos, con más del 99,96% escrutadas, por segunda vez regirá los destinos de la ciudad de la eterna primavera, es ingeniero civil de vocación, amante de las matemáticas y futbolista resignado, que saltó a la palestra nacional luego de haber sido concejal desde el año 2003 con los avales del Nuevo Partido y el Partido de la U hasta el 2015; fue en ese año que aspiró y conquistó por primera vez la Alcaldía de Medellín aspirando por el movimiento Creemos.
El único hijo varón de don Hernán Gutiérrez Isaza, reconocido ingeniero civil de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, y de doña Amparo Zuluaga Gómez, experta en decoración, es el segundo de tres hermanos que se criaron en las calles del barrio Belén, un sector de clase media que es curiosamente donde ha tenido más arraigo en su carrera política.
Una vocación que sintió desde muy niño y que casi se apaga a la edad de quince años, cuando una apendicitis desencadenó un oclusión intestinal que por poco le arrebata la vida. Era tan delicado su estado de salud, que al excandidato presidencial y dos veces alcalde de Medellín le consiguieron un sacerdote para que le aplicara los santos óleos ante lo que parecía un fallecimiento inminente.
De esa experiencia, ha asegurado Fico, y de todo lo que tuvo que vivir un joven en los años 80 en la ciudad de Medellín, cuando el narcotráfico sembraba el terror en la capital antioqueña y donde resultaron compañeros suyos siendo víctimas, nació ese deseo de servir y de cambiar las cosas.
Como mandatario de la capital antioqueña, Fico impregnó su propio estilo de gobernar; cercano a la gente, metido en los barrios y comunas, persiguiendo la delincuencia y solidario con las cusas sociales. Ese estilo le permitió no solo ser uno de los alcaldes mejor calificados del país, sino un dirigente político con proyección nacional.
Un hombre popular en el estricto sentido de la palabra que podía aparecerse un día cualquiera en alguna estación del Metro de para conocer de primera mano las angustias, problemas y necesidades más sentidas de los medellinenses. Una forma distinta que inspiró memes y decenas de chistes.
No obstante, el muchachito de los chistes y las bromas en el colegio Gimnasio Los Alcázares, terminó metido, quién lo creyera, en la baraja presidencial del llamado Equipo Colombia, donde fue elegido entre grandes electores de la política nacional como el candidato a enfrentar a Gustavo Petro en las elecciones Presidenciales del 2020.
Sin embargo, en medio de esa campaña anterior por la Presidencia de la República, en la que todas las encuestas lo mostraban como el adversario para enfrentar a Gustavo Petro en segunda vuelta, se impuso en último momento Rodolfo Hernández, el dirigente santandereano, y Fico tuvo que resignarse en segunda vuelta a ver la corrida desde la barrera.
Pero no todo estaba acabado y las habitantes de la capital antioqueña empezaron a reclamarlo de nuevo, advirtiendo que el gobierno de izquierda de Daniel Quintero, alfil del petrismo, realizaba uno de los peores gobiernos de las últimas décadas en Medellín.
La decisión no fue fácil, dijo en su momento Fico Gutiérrez, pero sin haber anunciado su decisión, ya las encuestas y sondeos de opinión lo mostraban con amplia ventaja para ser reelegido a la Alcaldía de Medellín en caso de que decidiera postular su nombre.