Qué es la terapia de pareja, para qué sirve y para qué no, cuándo acudir a ella, cómo elegir al terapista, cuánto tarda y qué riesgo cabe.
Imagine esta situación: está casado hace 30 años, y hace cuatro años usted y su pareja no tienen sexo, no se abrazan, no duermen juntos, ni hay siquiera un beso de despedida antes de salir al trabajo... Pero si ese no es su caso, tal vez sea unos de estos: el primero, está casado hace un año, si habla con su pareja es para hacerle reclamos airados y si hay sexo es después de un forcejeo intenso. Dos: está a punto de casarse con el amor de su vida, pero hay cosas que a usted no le cuadran... y no sabe si seguir o parar. Si encaja en uno de los tres, el diagnóstico no tiene vuelta: usted es firme candidato a una terapia de pareja. A una terapia de pareja pueden llegar parejas jóvenes, adultas, de homosexuales o que están a punto de casarse. Hoy hay más apertura a buscar estos espacios no solo cuando la pareja está en una crisis muy grave sino cuando ven que hay situaciones que generan dificultad, explica Gloria Cecilia Ramírez, sicóloga y directora de Escuela de Vida.Al margen de qué tipo de relación tenga usted, la decisión de buscar ayuda profesional debe contar con el mutuo consentimiento. A veces el uno arrastra al otro, lo obliga o lo lleva con engaños y eso no funciona, agrega Ramírez.Desde su experiencia en la Clínica del Amor, en Medellín, Chiquinquirá Blandón también ha observado que muchas parejas buscan como escampadero la terapia para despedirse de su pareja. Una terapia se busca inmediatamente empiezan los problemas, pero hay otros que llegan para decir de manera elegante adiós, porque ya uno de los dos tiene tomada la decisión del divorcio, no hay que dejar que tomen ventaja los pequeños problemas, dice. Y es que una terapia de pareja no empeora las cosas, lo que puede hacer es que la gente sea más consciente de las dificultades y tome decisiones. A veces es más barato una terapia de pareja que un divorcio, sostiene Luis Eduardo Peña, sicólogo clínico que atiende parejas caleñas. Aunque hoy tanto hombres como mujeres están dispuestos a salvar su relación, aún hay dudas en torno a qué es una terapia de pareja y aquí le explicamos cuándo el amor debe ir al diván.¿Qué es la terapia de pareja? La terapia de pareja está orientada a dos personas que han tomado la decisión de venir a revisar su relación, descubrir qué es lo que no está funcionando y mirar la forma responsable como cada uno está contribuyendo a que ese aspecto no funcione, explica Chiquinquirá Blandón, directora de la Clínica del Amor. Gloria Cecilia Ramírez, de Escuela de Vida, afirma que además da herramientas a la pareja para que pueda estar en paz y con equilibrio emocional y pueden generarse dos desenlaces: 1. Que la pareja logre comunicarse, perdonar, afianzarse en situaciones que están generando cargas. 2. Cuando hay situaciones que han lastimado tanto la relación, con la terapia se da un cierre con más tranquilidad, con más perdón, con más paz. En ambos puntos, hay que buscar siempre el crecimiento para los dos.A través de la terapia la pareja puede conocer herramientas para tener una comunicación más abierta, más clara, más asertiva.¿Quién será el terapeuta?Lo mejor es elegir una persona que no sea ni amigo ni conocido de alguno de los dos. Es mejor una persona neutra que no los conoce a ninguno de los dos, que no tenga un vínculo emocional porque puede generar cierta inclinación hacia la posición de uno. Además, debe conocer bien el tema y ante todo, en su vida personal, aplicar esos principios que promulga de las relaciones de pareja, explica Ramírez.A un terapeuta se puede llegar por sugerencia de otros profesionales de la salud, por amigos que conozcan uno o incluso, por sugerencia de un sacerdote o un consejero matrimonial. Se sugiere acudir a sicólogos especializados en parejas. Recuerde que el terapeuta no es un árbitro que decide quién gana o pierde, es un facilitador para que la pareja encuentre sus propias respuestas. Y el resultado no depende de él. A veces lo ven como el salvador de la relación, pero es la pareja la que hace el proceso, expresa Ramírez.¿Pueden salvar relaciones?Claro que salva las relaciones de pareja, pero se requiere que los cónyuges estén dispuestos a cambiar, sin perder identidad. Lo que hay que cambiar es peliagudo: nada menos que la forma de pensar, hábitos y costumbres. No se puede seguir siendo como nos criaron en familia, explica Harold Estrada, del Centro Médico Imbanaco. Cuando se llega a la vida de pareja cada uno cree que el problema es del otro, y así es difícil avanzar. Pero cuando cada uno asume la responsabilidad de la justa contribución a la problemática, ahí ya se ha ganado un terreno importante, dice Peña. La terapia permite encontrar respuestas a las dificultades.¿Cuándo acudir a terapia?Entre las situaciones que más motivan que las parejas caleñas busquen terapia están la infidelidad, el maltrato físico, problemas en la sexualidad o cuando están a punto de tomar una decisión de separarse y sienten que ya no se conectan a nivel emocional , físico o espiritual, anota Ramírez. El sicólogo clínico Luis Eduardo Peña argumenta que la mayoría de las dificultades se generan por patrones inapropiados de comunicación y los problemas sicológicos que cada uno trae a la relación. Agrega que el mejor indicador para salir en busca de ayuda profesional es cuando se percibe insatisfacción. A veces una pareja no es capaz de encontrar una solución adecuada y equitativa para ambos. Esos problemas no resueltos causan malestar en uno o en otro. Para Harold Estrada, siquiatra especialista en terapia de pareja, del Centro Médico Imbanaco, la terapia puede, en algunos casos, descubrir en la falta de comunicación, una de las grandes amenazas y generadora de crisis. Recuperado este canal, vienen cosas buenas para la relación. Y explica que quienes van a terapia lo hacen para mantener en buen estado la empresa de pareja; así como novios prometidos en matrimonio. Hoy con mayor conciencia buscan ilustración para lograr una convivencia funcional.¿Para qué hay que estar preparados? Lo primordial es estar en una actitud abierta, dispuesta al cambio, a reconocer sus equivocaciones, estar abiertos a mejorarlas, hablar de situaciones que de momento no se hablan porque muchas veces se sabe que algo pasa pero no se dice. Además estar dispuesto a usar todo lo que suceda como una opción de crecimiento y fortalecerse en el perdón, la sanación y la resolución de las situaciones, explica Ramírez. Chiquinquirá Blandón, de la Clínica del Amor, agrega que hay que estar preparados para escucharse mutua y respetuosamente, permitirse expresar lo que sienten. En las terapias habrá sesiones en las que se presentan confrontaciones cara a cara en las que salen a flote verdades nunca dichas y molestias guardadas.Tome notaEl primer requisito para casarse es el saber separarse de los apegos de la soltería y el cordón umbilical de papá y mamá. Desarrollar el amor-respeto como un comportamiento y ser capaz de respetar al otro como un legítimo otro en la convivencia, sugiere Harold Estrada, de Imbanaco.Hay parejas que van a terapia como apoyo a situaciones que perciben delicadas para que no deriven en una crisis. Cuando hay diferencias irreconciliables o no hay voluntad de uno de los dos. El terapeuta debe invitar a la pareja a tomar decisiones.La terapia no funciona cuando uno de los dos tiene secretos (como tener una amante o un hijo por fuera del matrimonio) y no está dispuesto a revelarlo todo. A veces las parejas se dicen cosas que pueden ser ofensivas. Eso sucede porque se remueven hechos pasados dolorosos y ahí nacen las discordias.