Muchos de nosotros alguna vez hemos caído en la tentación de decir “hubiese” para sonar más sofisticados. Otros, además, han osado decir que “hubiera” es una incorrección o, en el peor de los casos, que no existe. Pues bien, tanto “hubiera” como “hubiese” son perfectamente sinónimos, ambos aceptados por la Real Academia, y del todo legítimos en el lenguaje formal.

En una frase como “Si hubiera sacado las llaves, ya estaría en mi casa”, “hubiera” se puede sustituir por “hubiese”, y viceversa, sin modificar ni un ápice el significado.

¿Cuál es el significado, entonces, de “hubiera” y “hubiese”?
Es un significado tan abstracto que por eso permite muchas variantes.
Se refiere a acciones o eventos pasados que alguna vez deseamos o esperamos que ocurrieran, pero que no ocurrieron. En el ejemplo de las llaves, el evento “sacar las llaves” no ocurrió, pero yo desearía que hubiera ocurrido.


La única diferencia entre “hubiera” y “hubiese” es que “hubiese” suena más bonito. Y esto ocurre porque “hubiese” se ha restringido casi que a la lengua escrita, y por esa vía tiene muchas posibilidades de desaparecer del idioma.

Lo que no se usa oralmente desaparece. Una búsqueda en Google muestra que “hubiera” se ha usado en Internet 77 millones de veces, mientras que “hubiese” mucho menos, 24 millones. La diferencia es bastante amplia como para decir que los usuarios de esos 24 millones son los propietarios exclusivos del idioma para determinar que los demás están equivocados.

¿Y cuál es más antiguo, más original? Pues “hubiese” es más antiguo que “hubiera”, eso hay que reconocerlo.

“Hubiese” proviene directamente del latín “habuisset”, mientras que “hubiera” fue una creación de los hablantes de castellano medieval en la península Ibérica. Estos hablantes tomaron la terminación “ra” de otros tiempos verbales y la pusieron al verbo “haber” para expresar esa idea de algo que no ocurrió.

Luego “hubiera” se volvió tan popular que “hubiese” fue desapareciendo del español hablado. Pero no por antigua una palabra es mejor que otra. De hecho, “mesmo”, “truje” y “dijistes” son palabras muy antiguas, y de todos modos se consideran errores.  “Vos” viene del latín, y a pesar de eso no lo usaríamos en una reunión formal.

La palabra “toballa” con “b” es más antigua que “toalla” y en todo caso se considera un error “toballa”. Una persona que vive muy aislada en un entorno rural puede decir a la vez “haiga” y “hubiese” naturalmente y no con la intención de parecer refinado. En español caribeño se usa todavía “hubiese” como parte de la forma hablada y espontánea, sin pretensiones de nada.

Decir “hubiese” es como decir “toballa”, “mesmo” o “dijistes” en su sentido de antigüedad. ¿Por qué, entonces, “hubiese” se considera mejor que “hubiera”? Porque el español estándar es arbitrario.
Lo que sí se puede considerar un error como tal es usar “hubiere” en lugar de “hubiera” o “hubiese”.

En castellano medieval “hubiere” es un futuro, y se usaría solo en contexto de futuro. Como en “Saldré de la casa en cuanto usted me hubiere llamado” o “Le pagaré apenas hubiere recibido mi dinero”.
“Hubiere” tiene relación con otras conjugaciones terminadas en “re” como “pagare” y “pudiere”, que se utilizan frecuentemente en el lenguaje jurídico, generalmente en la redacción de las leyes, como en “El que enajenare la cosa de otro como propia…, sufrirá un arresto de…”. Como se puede ver, el término “sufrirá” está en futuro y “enajenare” expresa, entonces, una condición futura.

La terminación “re” en “hubiere” también es una creación del castellano medieval, derivado de una mezcla de formas latinas. Desapareció del español hablado probablemente en el siglo XVII. Su equivalente en portugués, en cambio, tiene un uso muy dinámico inclusive en la lengua hablada.

De cualquier manera, “hubiere” no es intercambiable con “hubiera” ni “hubiese”, ni siquiera en castellano medieval.

El que diga “Si hubiere sacado las llaves, ya estaría en mi casa” está faltando a toda lógica temporal, pues “hubiere” no puede referirse al pasado. Sería como decir “ayer me bañaré” o “mañana me bañé”.
¿Por qué entonces la confusión? Porque “hubiera”, “hubiese” y “hubiere” son formas que se refieren al deseo, la conjetura y la probabilidad.
“Hubiera” y “hubiese” se refieren al pasado, mientras que “hubiere” al futuro. Pero el sentido de deseo y conjetura puede volverse más importante que el tiempo, y por esta razón el hablante tiende a confundir esos pequeños matices temporales.

La lengua española ha evolucionado muy sabiamente para simplificar la cuestión, y por eso hoy en día solamente usamos “hubiera”. No hay necesidad de sonar refinado o sofisticado. Es preferible transmitir el mensaje de la manera más clara posible.