El Teatro Escritorio de Cali, de Alejandro Buenaventura, dejará que el público caleño imagine la obra de este viernes.

Teatro sin escenografía, sin vestuario, sin pantomima, con actores que leen delante del público, sentados frente a una mesa, dejando que cada quien imagine los personajes y las historias.Así es el teatro escritorio, una modalidad que el actor caleño Alejandro Buenaventura está imponiendo en la ciudad, desde su nueva sede, en San Antonio.Cada semana se lee una nueva obra. En la noche de este viernes, por ejemplo, el turno será para ‘Inventario de obras públicas’, que según su autor y director consiste en “una pelotera de matrimonio. Ella viene de la altísima clase social del altiplano y él es hijo de una campesina que fue violada en la época de la Violencia. Se casan y viven 25 años juntos. Al cabo de ese tiempo se encierran a hacer el inventario de sus culpas”, explica.El veterano actor lo denominó Teatro Escritorio de Cali, en claro homenaje al Teatro Escuela de su hermano Enrique Buenaventura.El nuevo TEC es considerado como una ‘fábrica’ de actores, pero Alejandro se apresura a explicar que “hay unos nuevos y otros que ya tienen experiencia con otros grupos. Incluso hay uno que trabajó con Enrique”.Y añade: “Esos muchachos son muy buenos, pero yo no los 'fabrico'. Cali tiene una cantera de artistas enorme y todavía inexplotada. Aquí hay más artistas que público, porque no tienen quién los vea”.Sobre esta modalidad teatral, el menor de los Buenaventura explica que “el teatro leído siempre ha sido considerado como un subgénero, como por mostrar. Yo pienso distinto, pues creo que el teatro debe ser así y debe eliminar todas las cosas que se le fueron añadiendo, como las escenografías, la utilería excesiva, los vestuarios”. Alejandro arguye que hoy “ya no se puede pretender que la gente crea que la historia está sucediendo en el escenario y que el actor es el personaje. Hay que poner de nuevo el público dentro del espectáculo. Nosotros lo dejamos quietico, pero su imaginación trabaja”.La supresión del movimiento permite que “cada espectador ponga el movimiento e imagine el personaje. El actor es un intermediario entre el texto y el oyente. El público se interesa tanto en lo que se hace, que la conversación posterior a la lectura dura más que la obra”, prosigue.Y termina Buenaventura: “Ésta es una opción del teatro para competir con el cine y la televisión”.Escuela de actoresAlejandro Buenaventura explica que con el teatro escritorio: “se forma a muy buenos actores, capaces de convertir la mentira en verdad”. “Si verbalmente lo hacen, a partir de allí cualquier gesto es un complemento. Si con la sola actuación verbal se convence a la gente, lo demás es prescindible”.El teatro escritorio “hace que el actor se multiplique, pues el cuerpo trabaja para emitir el tono adecuado de voz. Es una especie de radioteatro, pero en vivo”. Por eso, ”yo hago actores, no actuantes”.