Con cultura ciudadana se espera, en el mediano y largo plazo, que episodios como la destrucción del Monumento a la Infancia sean solo un mal recuerdo. Esta fuente fue nuevamente puesta al servicio la semana pasada, cuando culminó la restauración de las figuras que la componían.
La secretaria de Cultura de Cali, Luz Adriana Betancourt, dijo que es imposible tener vigilancia en cada monumento y que solo la buena conducta permitirá que esta infraestructura, que embellece a la ciudad, permanezca en buen estado.
También habló del nuevo diagnóstico sobre las escuelas de salsa que funcionan en la ciudad, el cual será presentado el 8 de mayo próximo.
La funcionaria comentó sobre su preocupación por el deterioro de los bienes de interés cultural, cuya función de velar que se preserven quedó a cargo de su despacho con la reforma administrativa.
Después de seis meses se le entrega a la ciudad el Monumento a la Infancia ya recuperado, tras haber sido víctima de vándalos que lo desmantelaron. Ahora que esta labor está a cargo de la Secretaría de Cultura, ¿cómo van a hacer para preservarlo?
El presupuesto que tenemos apenas alcanza para hacerle limpieza a todos los monumentos y fuentes dos veces al año. Eso es realmente poco si se tiene en cuenta la caída de las hojas y la gente que le tira basura a las fuentes. Necesitamos más recursos, por eso pedimos una adición presupuestal que está en trámite, porque hasta ahora solo tenemos $400 millones.
El caso más notorio fue el del Monumento a la Infancia, pero el vandalismo está acabando con todos los monumentos. ¿Cuál será la estrategia para evitar tantos daños?
El Alcalde cree en la formación de cultura ciudadana, además es imposible poner un policía a cada monumento. Por eso se crea la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana y es una de las secretarías nuevas con una importante inversión. Yo sé que el resultado no se va a ver rápido, pero es necesario trabajar allí. Mire lo que nos pasó con el pedestal de Jovita en diciembre con la campaña de Cali Bonita, lo pintamos y al día siguiente ya tenía grafitis, no pasó un día en volverlo a rayar. Hay gente que no entiende el esfuerzo, parece muy fácil volver a pintar, pero hacerlo demanda recursos del Estado y necesariamente se le quita a otras cosas que también se necesitan. Otro monumento que tenemos que recuperar es la maceta de San Antonio, nos dicen que también intervinieron el pedestal.
¿En qué quedó el traslado y la recuperación del monumento de Efraín y María?
Se presentaron tres propuestas y fue elegida la del restaurador Gilberto Buitrago, de Bogotá. Él va a hacer el diagnóstico para la restauración y evalúa si la estatua se puede trasladar, si eso es viable, hay que definir en dónde sería adecuado ponerla.
Con la reforma administrativa, la Secretaría quedó a cargo de velar por la conservación de los bienes que son patrimonio. Solo con recorrer el centro se ven muchas casas antiguas deterioradas, a punto de caerse. ¿Cómo se evitará que se siga presentando esta situación?
La ley es muy clara, si es propiedad privada, el Estado no le puede invertir aunque tenga declaratoria. La ley dice que tiene que preservarla, si le parece costoso tendrá que venderla. Quien vive o alquila una casa antigua ama la historia, ama el patrimonio, quiere conservar ese valor que tiene, al que no le guste y piense en negocio debe invertir en un lote nuevo, es más barato construir algo nuevo que restaurar algo antiguo.
Muchas de esas casas son herencias y quienes quedan con ellas no le ven el valor y se les convierte en una carga, entonces las dejan caer...
Deberían venderlas.
¿Y si hay interesados en comprar un bien con tanta restricción, que para hacer cualquier intervención debe pedir permisos extras a los de cualquier otro predio?
Es que hay gente que ni raja ni presta el hacha, ni la usan ni la venden. Seguramente si la ofrecieran habría anticuarios, historiadores, gente que entiende su valor y se la compran. Yo estoy absolutamente segura que hay gente con el dinero suficiente, y que valora lo antiguo, que le daría el uso adecuado para un bien de ese tipo.
¿Cuándo estará lista la recuperación de la Hacienda Cañasgordas?
La Alcaldía ya invirtió $1200 millones y este año firmamos con Findeter, el Ministerio de Cultura y la Gobernación para aportar $225 millones más porque tocó reajustar el presupuesto por la demora en la restauración. La meta es que este año quede lista.
El Aristi y la Sagrada Familia son dos bienes patrimoniales que han generado mucho ruido por la forma como fueron intervenidos. ¿En qué van esos procesos?
De la Sagrada Familia no te puedo decir nada para evitar problemas judiciales. Con respecto al Aristi, por ser un predio cuyo patrimonio es de interés nacional, es el Ministerio de Cultura el que debe decidir. (El viernes ya autorizó la reactivación de las obras, con algunas modificaciones).
La encuesta de Cali Cómo Vamos dice que la gente consume cultura, pero cuando se evalúa lo que consume, es cine comercial. Otras manifestaciones tienen poco público, como el teatro. De hecho la gente siempre espera que los eventos culturales sean gratuitos para ir...
Nos preocupa esa situación, en el caso del teatro las salas que funcionan son las que tienen apoyo del Municipio y el Ministerio de Cultura. Espacio T logró volver gracias al apoyo estatal. El costo de una boleta de teatro no es muy alto, vale casi lo mismo que una entrada a cine. Yo creo que falta promoción y ojalá se publicitaran en conjunto, con un portal único.
¿Cómo va el Festival Petronio?
Ya las zonales arrancaron. El sábado de la semana pasada hicimos Cali, ayer fue Quibdó, ya están programadas las de Timbiquí, Bogotá, Tumaco. Ahí salen los 44 concursantes. En la programación de invitados tenemos un homenaje a la mujer pacífico y tenemos folcloristas de Valle, Chocó, Cauca y Nariño. Hay un ensamble que Hugo Candelario dirige con chicos y hay un grupo nacional de talla internacional con el que estamos en conversaciones, pero no te puedo dar el nombre hasta que no esté contratado. El invitado internacional es Perú.
¿Qué novedades hay para el Mundial de Salsa, del que ya abrieron inscripciones?
Tiene directora mujer, es Luz Aydé Moncayo, que es ingeniera industrial, bailarina profesional y que ha participado en muchos eventos internacionales. Ella lo primero que hizo fue revisar el reglamento del Mundial y ahora tenemos la posibilidad de que participen bailarines internacionales, porque antes la competencia era muy caleña.
¿Ahora sí será mundial?
Se supone, además le vamos a ofrecer a los participantes internacionales el transporte local, el alojamiento y la comida. Ellos deben encargarse de llegar a Cali.
¿En qué va el debate de las escuelas de salsa?
Creo que ni la ministra de Cultura ni yo queríamos entrar en un debate de si son 56 o 127 escuelas las que hay en Cali. Lo que hicimos fue definir el concepto de escuela: es una organización que debe tener maestros y alumnos, debe tener compañía de baile, debe estar formalizada (con registro de cámara de comercio), que tenga una sede para funcionar y una metodología de trabajo. El estudio lo vamos a presentar el 8 de mayo. Sin embargo eso no quiere decir que no vamos a apoyar a las que no cumplen con todos esos criterios, las chiquitas necesitan más ayuda porque hacen un inmenso trabajo social: ocupar a los niños y jóvenes en el baile, los alejan de los vicios y la delincuencia. A las más avanzadas se les quiere apoyar con emprendimientos culturales y eso se haría junto con el Ministerio y la Gobernación.
¿Se ha avanzado en esta materia?
Yo lo veo así: el Salsódromo es un evento que este año cumple diez años y que tiene tanta acogida, no solo en Cali sino que viene gente de otros lugares del país y del mundo a verlo. En el Mundial de Salsa vinieron productores de México, Puerto Rico y Los Ángeles a ver a los ganadores y los llevaron a concursar a eventos en esos países. Y Turquía se está llevando cada año cientos de bailarines a bailar. Hay un avance. Es cierto que las escuelas son las que aportan el mayor esfuerzo, pero no pueden negar la inversión del Estado. Yo sé que le queda pequeña para la cantidad de bailarines, son unos 10.000 en formación y 3000 profesionales. Este año vamos a poner $700 millones para fortalecerlos en desarrollo humano, emprendimiento cultural, administración, técnica de baile caleño (que incluso lo volvimos cartilla), les conseguimos giras en el Eje Cafetero y en los hoteles.
Año de Jorge Isaacs
Hablando de Efraín y María, estamos en el Año de Jorge Isaacs. ¿Cómo se vinculó la Secretaría a los homenajes?
Estamos haciendo lecturas con los chicos, pero especialmente de poesía, donde la obra de Isaacs es más prolífica y se presta para trabajarla con ellos. Estamos haciendo unas estaciones para usar los sentidos, es una manera atractiva para que los niños aborden la novela María y la vida del autor que muchos no conocen, como que fue un explorador de nuevas tierras. Ya hicimos la actividad en el Centro Cultural de Cali, pero vamos a llevar esta puesta en escena en las bibliotecas. También sacamos una edición de lujo, de Silvia Patiño, con la novela y fotos de la hacienda.