Quién diría que antes de la famosa caricatura caleñísima Nieves, su creadora, Consuelo Lago, pensó en escribir una novela, pero en lugar de convertirse en la Corín Tellado colombiana, recreó a esta mujer afro, de grácil figura, y personalidad arrolladora, que lleva 55 años opinando de todo en el periódico El País y, en los últimos años, en El Espectador, y por encargo.
Ya son más de 30.000 Nieves que la caricaturista ha trazado en tinta china y a mano alzada. Un trazo que su propia autora describe como “llamativo, escueto y rápido”.
Ahora, Villegas Editores quiere rendirle homenaje a Nieves por sus más de cinco décadas brindando a los colombianos, y en especial a los vallecaucanos, innumerables momentos de alegría y reflexión. La obra recopila épocas memorables y frases sabias, ofreciendo un tributo a la vida y obra de la talentosa artista Consuelo Lago.
Es así como en ‘Nieves, 55 años’ se agrupan las frases memorables de la eterna Nieves y su amor mudo, Hétor, en una selección de temas que abarcan desde el baile hasta el medio ambiente. Este libro, bellamente ilustrado, ofrece consejos hilarantes y sabios que reflejan la esencia de Nieves, como “lo que no hay que dejar que se arrugue es el entusiasmo”. Hablamos con ambas homenajeadas, Consuelo Lago y Nieves.
¿Qué significa este gran homenaje que le hacen a usted y a su creación?
El libro me pareció muy divertido, me gustan mucho las manchas de colores negros sobre las páginas blancas, quedó muy bonito, muy bien diseñado.
Villegas ya hizo un libro de los 30 años de Nieves en el 98; otro: Nieves Impertinente y Coqueta y uno más, La Política Vista por Nieves, en 2015, ¿qué es lo más especial y único de esta nueva publicación?
Especial es el diseño de los dibujitos negros tirados en las páginas blancas de una manera distinta, sin cuadrículas y sin líneas rectas. Y es único porque toca todos los temas y es muy fácil de leer y de tener en la biblioteca (risas).
¿Tendrá frases memorables?
Sí, hay como 300 frases típicas de Nieves, habrá unas mejores que otras, claro (risas). Está, por ejemplo, “si quieres que te escuchen, quédate calladita”.
¿Todo este tiempo que ha pintado a Nieves, la ha soñado antes de plasmarla?
Claro y me parece emocionante que me pasen esas cosas, cuando pasan. Me gusta mucho que una Nieves surja por la presencia de un objeto o de un animal que pasa por la calle o de una persona que comenta algo, le da a uno ideas nuevas. Pero también vuelven a la cabeza las viejas ideas, que por algo será que se repiten. Es muy importante que no mueran.
¿Su caricatura tiene detractores?
Claro que sí, pero se fueron apagando solos. Y terminamos amiguísimos.
¿Por qué Nieves y Hétor no han tenido hijos?
Ni los van a tener.
¿Y no se van a casar?
No, Rodrigo Lloreda (director de El País en ese entonces. Ya murió), me dijo una vez “tiene que casar a Nieves” y yo le dije: “No, tú no me vas a casar a Nieves, déjala quieta. Ella nunca se va a casar ni a tener hijos”.
¿Pensó en dejar de pintar a Nieves?
No se me ha ocurrido. Uno sí se cansa, pero tiene que parar y descansar un rato. Dejarlo arrinconado, que no aparezca unos días, pero que no se muera.
¿Qué le admira a Nieves?
Que tiene un montón de personas como ustedes, siguiéndole los pasos.
Recientemente falleció su hermano, el arquitecto Manuel Lago, ¿cómo era su relación?
Fuimos muy cercanos, muy hermanos, nos dimos cuenta muy al final de la vida de que lo éramos tanto. Al final de su vida hablábamos mucho por teléfono. Me hace mucha falta, pero me parece maravilloso que ya haya terminado la parte dolorosa del final. Está todo muy bien, quedó muy nítido en la cabeza de todos, el recuerdo de Manolo.
¿Algún recuerdo en especial de don Manolo, de su buen humor?
Él tenía un humor divertidísimo, le sacaba jugo y filo a todo. Sabía mucho de trucos de palabras, imitaba las voces de los amigos. Llamaba por teléfono a alguno y le hablaba en italiano y le hacía creer que estaba hablando con uno de verdad. Le fascinaba hacer ese tipo de bromas. Era muy payaso.
Ambos han contribuido a la cultura de Cali, él a través de sus obras arquitectónicas y pictóricas, y usted con su caricatura. ¿Cuál fue su legado?
Manolo tiene unos cuadros maravillosos, representaba mucho a Popayán y Cartagena, y las cuestiones religiosas, que yo también evoco en mis trabajos. Ambos vivimos en Popayán y eso nos marcó una tendencia de santos y de iglesias, no por la religión sino por la estética. La arquitectura de Popayán para Manolo es importantísima.
¿Nieves, qué piensa del homenaje?
Estoy muy contenta, estoy bailando.
¿Qué le dice hoy en día a Petro, que comete tantas imprudencias?
No les voy a decir mucho, porque no quiero que Petro oiga. Cuando Petro no oiga, hablamos de él, ¿Bueno?. Mientras tenga la oreja parada, no.
¿Qué opinión tiene acerca de la apertura sexual que hay?
A todos nos tiene con mucha curiosidad esa cantidad de personajes nuevos que van a aparecer, me imagino que saldrán un montón de niños y niñas de distintos colores, peinados e intereses. Esa parte me parece demasiado intensa. Yo creo que es mucha mezcolanza, a mí me gustan los hombres hombres y las mujeres mujeres.
¿Y cómo le va con la IA?
Esa inteligencia debe ser muy artificial, porque no he podido entenderla.
¿El secreto para durar con Hétor?
Yo hablo mucho y él no dice ni mú.
¿Alejandro Eder cumple con que “todo buen alcalde debe ser como el chontaduro, cumplido y ejecutivo?
Preguntémosle a la esposa, a los amigos, dejemos que pasen unos días, aún no podemos contestar cosas tan serias.
Dice que “debe ser delicioso admirar a un presidente”, ¿a cuál admiró?
Casi, pero no lo dejaron, nuestro gran colombiano Galán, me hace mucha falta.
Frase
“Yo me he autocensurado toda la vida, todos los días, y al día siguiente también. Una característica
de Nieves es que nunca está segura de lo que dice”.
Consuelo Lago, caricaturista.
Blanca Nieves
Quién lo diría, pero Nieves casi no ve la luz, porque su creadora, Consuelo Lago, cuando le ofrecieron un espacio en el periódico El País pensó antes en convertirse en una especie de Corín Tellado colombiana, escribiendo un capítulo diario de una novela. Sin embargo, apenas los periodistas Eduardo Lozano y Beatriz López le enviaron una resma de papel a casa, cayó en cuenta de su error, “yo no sé escribir a máquina, por qué dije que iba a hacer una novela. Entonces nunca la hice, hubiera sido absurdo”.
En cambio, dice, “se me ocurrió hacer un libro que hablara”.
Recuerda Consuelo que en esa época trabajaba en un sitio que no le gustaba, desesperada por huir de su ingrata labor, pensó “tiene que haber una manera de ganarse la vida haciendo algo agradable”.
Lo que no entiende es por qué se le ocurrió escribir novelas. Al final, llamó de nuevo al periódico y aclaró: “Yo no sé escribir todos los días, pero sí sé dibujar todos los días, qué tal que les haga un personaje”. De la bocina salió la voz de Beatriz: “Pero tiene que ser muy femenino, porque es para la página femenina”.
Consuelo pensó que tenía que ser negra. Desde niña pintó negros. Su papá, Manuel Lago, un banquero español que llegó a Cali proveniente de Londres y formó un hogar con Clemencia Franco, le pedía a su pequeña que se las dibujara en las tarjetas de Navidad que le enviaba a sus amigos en Europa.
El nombre, Nieves, surgió del baúl de sus recuerdos, en especial, de evocar a Misia Nieves Zorrilla, una señora graciosa de la que solía hablarle su abuela, o de la muchacha negra de Popayán que llevaba los sahumerios en las procesiones y le decían Blanca Nieves.
Curiosamente, la primera Nieves salió blanca. La más sorprendida al ver la edición del 11 de marzo de 1968 de El País fue la propia autora. Aún hoy en día, no se perdona el equívoco y hace mea culpa: “Fue un error mío. Aunque es una cosa muy elemental, yo no había estudiado diseño gráfico y no sabía que Nieves se podía pintar en un papel blanco con tinta china; la hice en acuarela y salió blanca, porque la máquina del periódico, que era de daguerrotipo, no cogía ese color. Me di cuenta de que tenía que hacerla con pintura negra”. Cuenta que la tinta china la vino a usar años después, “cuando supo lo que debía usar”.
Una vez esculpió muchas Nieves en sueños. Al despertar, la negra se le fue repitiendo en cerámica, una y otra vez, en sus manos. Al final se quedó en el papel.
No se acuerda cuándo apareció Hétor. Él tampoco lo recuerda, el hecho fue que apareció al lado de Nieves y permaneció junto a ella hasta hoy. “Había unos muchachos que la pretendían a ella y le remedaban el caminado; eran jóvenes, bonitos, pero ninguno era Hétor. Él apareció así, sin más, no me acuerdo cómo, ni cuándo”.
La artista admite que a algunos afrocolombianos les gusta Nieves, a otros no. “Es igual que a los blancos, a algunos les gusta que les hagan caricaturas, a otros no”.
Y alguna vez la entutelaron por racismo. Corría el año de 1997 y comunidades negras la acusaron de transmitir un mensaje racista a través de Nieves, la que tantas veces se asomó en el papel como adalid de las campañas cívicas. “Un día un abogado negro llamó al periódico a exigir que Nieves saliera de las páginas para siempre. Pero un juez consideró improcedente la tutela”. A Nieves aquello no le hizo ni cosquillas, a quien afectó fue a Consuelo: “Nunca quise herir a nadie”. Sin embargo, se dio cuenta de que la molestia no era que Nieves fuera negra, sino que tuviera un oficio sencillo como el doméstico. Le quitó el delantal y la inscribió en la universidad, para que dijera “las mismas bobadas y cosas agudas de siempre, pero ya como una universitaria”.
Nieves, en frases
“No te reconocí, porque la cirugía te hace notar más joven, pero menos tú”.
La señora: “El tenedor a la izquierda”.
Nieves: “¿Aquí también tienen ese agüero?”.
“Si no quiere que sus niños lleguen a ser políticos no les celebre las mentiras”
“Nadie más sincero que un político mintiendo”.
“¿Por qué nos pagan menos a las mujeres que a los hombres. Será que ellos son más culinos?”.
“Colombia y Venezuela están peleadas porque son hermanas”.
“El presidente Correa está mal influenciado, no distingue entre el bien y el mal”.
“No al reclutamiento de niños campesinos”, “no al terror”, “no al secuestro”, “no a las minas”.
Nieves, en libro
María José Andrade, nieta de Consuelo Lago, dice que lo que más admira de ella es su curiosidad, “le encanta aprender y conocer mucho sobre los sitios, las palabras, la gente. Le fascinan los viajes en compañía de sus amigas, pero además quiere saber todo, se interesa muchísimo por todo tipo de temas. Ella si oye sobre un sitio y si no sabe dónde es, lo busca en el Atlas, igual sucede cuando no conoce una palabra, que busca siempre en el diccionario su significado”.
Cuenta María José sobre su abuela, que cuando se interesa por alguna persona “la invita a tomar café y le pregunta sobre su vida, tiene una energía interna por alimentarse de películas, de libros, de gente; es admirable e inspiradora. Así ha alimentado a
Nieves con mucha información”. “Uno siente que Nieves le está hablando a uno, y mucha gente me ha dicho que también le ocurre. En muchos momentos de mi vida he recurrido a Nieves a buscar sus consejos, y siempre tiene algo que resuena con uno. Mi favorita es una que dice ‘la memoria tiene mucha imaginación’”, agrega.
Otro detalle inédito es que cuando iba a salir a vacaciones, Consuelo hacía las Nieves con antelación y las mandaba a los periódicos. En realidad, el personaje nunca había tenido unas en sus 55 años de existencia. Pero hace un mes, Consuelo estuvo hospitalizada por una infección pulmonar y cuando su nieta María José llegó a la clínica le dijo: “Son las primeras vacaciones de Nieves”. Duraron poco, 10 días.
A sus 93 años, la artista vive sola. Tiene a su hermana Pilar —ya no está Manolo—, y sus sobrinas, que viven en Cali. Está pendiente de sus hermanos, sobrinos, hijos y sus nietas, Juliana, María José y Gabriela, y ellos de ella.
“Yo soñaba hacer un libro que recopilara muchas Nieves —dice María José—, y en febrero de este año le dije a mi abuela y a Benjamín Villegas y les encantó la idea. Mi abuela se estaba cambiando de apartamento y aprovechamos el trasteo para irlas descubriendo entre las cajas en que las guarda. Benjamín, Consuelo y yo seleccionamos los dibujos y las reunimos por temas. Fue un proceso muy lindo ver esa evolución de Nieves a lo largo de los años, y aunque se nota el cambio, permanece su esencia”.
Nieves es adalid de campañas de la Cruz Roja, del Instituto para Niños Ciegos y Sordos de Cali, de los ancianatos o Caminos, porque según Lago, “la caricatura no es solamente para criticar o burlarse de la gente, sino para ayudar”. Una vez, sor Sardi, monja de Cali, que acogía en una finca a los enfermos terminales, la conmovió contándole que cuando se deprimía ponía sus recortes de Nieves sobre la cama y mirándolos se levantaba el ánimo.
De acuerdo con Benjamín Villegas, “para Villegas Editores y para mí ha sido especialmente grato producir y publicar el libro ‘Nieves, 55 años’, de la artista y caricaturista caleña Consuelo Lago, toda la vida hemos seguido su trayectoria en la publicación diaria que realiza de estas caricaturas El País de Cali desde hace 55 años”.
Agrega: “Este libro es en formato mayor e incluye 306 caricaturas organizadas temáticamente, y un texto de presentación, estructurado sobre la información obtenida en una larga entrevista que para el libro realizó la periodista Isabel López Giraldo. Es un merecido homenaje que le hacemos, también, para celebrar sus 93 años de edad a pesar de los cuales sigue produciendo y publicando a diario sus caricaturas con la misma calidad y sutileza”.
Describe que tiene capítulos como Mujeres, Educación, Familia, Comida, Amor, Matrimonio, Democracia, Salud, Periodismo y Medio Ambiente, y “encontramos a un personaje rebelde, posesivo y generoso, independiente y celoso, sin sentido del humor que nos hace reír, inteligente. Su autora nos dice que no es hacendosa ni estudiosa, muy joven para ser resignada o egoísta pues tiene 20 años eternos, muy alegre pero históricamente susceptible, con muy mal genio y muy metida”.
Los personajes
Mamá de Nieves
“Mami, no te metas en lo que sí te importa”, le dijo una vez Nieves a su mamá y ella sacó a relucir su sapiencia: “A tu hija si no le das permiso hoy, tendrás que darle la absolución mañana”.
Hétor, el novio
“Muy bien plantado, silencioso y fiel. No me acuerdo en qué momento nació. Me he puesto a buscar cuándo fue, pero hace mucho tiempo que Nieves tiene ese novio. Ellos se pelean y se contentan”: Consuelo.
Watergato
Nació en la época de Watergate y también está Sindigato. Operativo surgió luego de la Operación Jaque, inspirado en el osito hormiguero con el que llegó uno de los rescatados. Da mensajes ecológicos.
La Vieja
Además de La Vieja, que da consejos del tipo: “Si no quiere que sus hijos oigan lo que usted dice, dígaselo a ellos”, está otra sabia, La Tía: “Si tu novio se te desconfigura, dale doble click”.
Pandeyuco
Un amigo grosero. “Cuando yo quiero decir algo muy fuerte, no lo pongo en boca de Nieves sino de este personaje con nombre muy
vallecaucano. Tiene grandes momentos de lucidez”.