Era la mamá de los humoristas, así han definido a Fabiola Posada los colegas y amigos de su gran familia Sábados Felices, aún incrédulos, ante la noticia de su muerte, un día después de que cumpliera 61 años, estando hospitalizada por complicaciones de salud, desde hacía unos días, en Bogotá.
Todos sus compañeros de elenco del programa del canal Caracol solicitaron permiso para hablar de ella con los medios a su amado esposo Nelson Polanía, ‘Polilla’, quien al concedérselo, les dijo: “No se ha ido la Gordita de Sábados Felices, se ha ido la Gordita de Colombia”.
Algunas amigas cercanas, como las también humoristas Patricia Silva y Alexandra Restrepo. La tristeza no les permitió musitar palabra. Otros, como Pedro González, Don Jediondo, la recordaron como una mujer sincera, genuina y altruista. La última prueba de su bondad, contó él, fue la colecta que hizo entre sus compañeros y que ella misma le llevó a Álvaro Lemmon, El Hombre Caimán a Santa Marta. “Para que vean el corazón tan grande que tenía La Gordita Fabiola. Ella sí que vivía por los demás”.
Carlos ‘El Mono’ Sánchez, en medio del dolor de la noticia, habló de “la dama que hacía el mejor pesebre de todo el elenco, que preparaba recetas de cocina únicas y tenía un humor infinito”, y agradeció a toda Colombia por “ese cariño, respeto y esa profunda admiración que le tienen y le tenemos todos en este país a una gran persona”.
Fabiola Emilia Posada Pinedo vivió en su natal Santa Marta hasta los 16 años, después viajó a Bogotá, para estudiar comunicación social en la Universidad Externado de Colombia. Ejerció el periodismo en el diario la República y en la revista Contigo.
El humor llegó a su vida por azares del destino. Corría el año 1985, cuando Fabiola caminaba por la calle 19 con carrera 4ta de la Capital, y fue abordada por un asistente del programa Sábados Felices, quien le comentó que necesitaba una mujer de talla grande para hacer un extra en un chiste actuado dentro del programa. Hizo el extra, le pidieron el teléfono y la siguieron llamando una semana, la siguiente y así sucesivamente, hasta que Jacqueline Enríquez renunció, y Alfonso Lizarazo llamó a La Gorda.
“Lizarazo tenía un ojo clínico para saber dónde había humor. Un defecto físico se convirtió en la fortaleza más grande al hacer humor; por eso él tenía un flaco, un feo, un mocho, un rabioso, un calvo, tenía la flaca, la bonita, la Boba Pía y al irse ella, entró la gorda, él me puso La Gorda Fabiola”, contó a La Opinión de Cúcuta, a Ruby Escamilla.
Pese a la negativa de su familia, al ver el éxito que fue cosechando, no se siguieron oponiendo a esa “locura” de quedarse en el programa, en el que permaneció desde 1998 hasta el presente año. En esta escuela del humor que lleva al aire 52 años, Fabiola conoció a Nelson Polanía, Polilla, un cuentachistes que recién iniciaba su carrera en Sábados Felices. Él le pidió permiso para contar chistes sobre ella, y desde entonces nació una química que culminó en una bella relación de 20 años, que dio su fruto, su hijo Nelson David Polanía. Ella tenía otros hijos: Alejandra y Juan Sebastián Valencia Posada.
Además de incursionar en la TV, el cine, el teatro y la moda con su marca de tallas Plus, fue concejala de Bogotá del 2002 al 2005. Gracias al humor, recorrió gran parte del mundo. Representó a Colombia en el ‘Duelo del humor’, del Show de Don Francisco y se convirtió en la primera mujer en ganar.
Acababa de cumplir sus 61 años
El pasado miércoles 18 de septiembre de 2024, ‘La Gorda’ cumplió 61 años de edad. Sus amigos y colegas intentaron contactarla para felicitarla, llamaron a su casa y a su esposo, Nelson Polanía, y se enteraron que desde el pasado lunes, la humorista se encontraba, en delicado estado de salud, hospitalizada en una clínica en el norte de Bogotá, sedada casi todo el tiempo; cuando era consciente, los dolores eran tan intensos que le suministraban morfina para calmarlos.
‘Polilla’ les pidió que le dejaran mensajes de voz en su Whatsapp, para que los pudiera escuchar una vez lograra tener conciencia. Pero no fue posible, un día después de su cumpleaños, ‘La Gordita’ se fue.
Había sobrevivido antes a la muerte. Su lucha contra sus quebrantos de salud se extendió por más de 25 años. En 1997 le diagnosticaron diabetes, tenía altos niveles de glucosa, desde entonces luchó contra el sobrepeso. Llegó a pesar 147 kilos, lo que le produjo problemas cardiacos, respiratorios y de movilidad. Aseguraba que vivía con mucho apetito, agotada. Mas, todo lo sorteaba con su carisma y alegría.
Hace 16 años se sometió a un bypass gástrico, procedimiento que le permitió bajar hasta 35 kilos, pero el daño en su cuerpo ya estaba hecho. La Gordita, que le sacaba chiste a cada situación, dijo entonces: “Con este bypass, ‘Polilla’ se quitó un peso de encima”, afirmaba.
En 2014 sufrió cuatro infartos, por lo que volvió al quirófano para realizarse una cirugía a corazón abierto. Y volvió a la vida, en medio de sus bromas: “Lo más extraño de este mundo es que la gente me dice: ‘Usted se ha puesto tan bonita, le sentaron los infartos’”. Contó que Dios le había dado otra oportunidad y desde entonces medía cada uno de sus actos para no equivocarse, para no lastimar a nadie, para no llenarse de rabia, ni de rencor, ni de ningún sentimiento que pudiera arrugar su corazón o su alma. “Ahora, trabajo para ganarme mi espacio en mi parcela del cielo, este episodio cambió mi vida. Yo me devolví con una misión y me la dijeron muy clara, oración, adoración, proteger y servir. Ahora vivo para eso, sigo haciendo humor, sigo acercándome a la gente y sirviendo a quien pueda ayudar, fundaciones, abuelos, familia. Todo ahora lo veo tan lindo”.
Tiempo después, pasaría cerca de un mes en estado de coma tras desmayarse en medio de las grabaciones de Sábados Felices. En 2019 regresó al quirófano, para realizarse una cirugía bariátrica con la que perdió 50 kilos de peso.
En los últimos años ingresó a urgencias por una descompensación a causa de una gastroenteritis y luego una falla renal que la llevó, en reiteradas ocasiones, a la Unidad de Cuidados Intensivos. Doliera lo que le doliera, no dejó de ir a grabar ‘Sábados Felices’, de actuar en cine y en sus shows, y de trabajar en su empresa de moda para mujeres de tallas grandes, a quienes dijo: “Ustedes son bellas, no deben sentir complejos. Busquen sus fortalezas y saquen provecho de ellas, llévense el mundo por delante, para nosotras también hay espacio”. Y aconsejó: “Reír pese a la adversidad, reír llorando es bello. Cuando estén tristes, deprimidos, agobiados, busquen de qué reírse y verán cómo cambia su vida con una sonrisa”. Hoy, su cuerpo estará en cámara ardiente en el Salón Comuneros del Concejo de Bogotá, de 8:00 a. m. a 1:00 p. m.
Algunos de sus papeles :
Series
N.N. (Monja), Las Aventuras de Eutimio (Leonsia), Yo Amo a Paquita Gallego (Séfira Forero), Mi Pequeña Mamá (Marcea), Casados con Hijos (Sandy Rubio), Juegos Prohibidos (Chela Baute), La Familia Cheveroni (Mónica), el documental El Culebro: La Historia de mi Papá.
Cine
Muertos de Susto, se nos Armó la Gorda y Se nos Armó la Gorda al Doble, Misión Las Vegas, ¿En Dónde Están los Ladrones?, Si Saben Cómo me Pongo ¿pa’ qué me Invitan?, Feo pero Sabroso, No me Echen ese Muerto.
Teatro
En Sexo con Mentiras y Videos, Ay Juepucha Dónde Están las Llaves, Hasta que tu Muerte nos Separe, Sin Peros en la Lengua, Enhumorados.