Las parejas ‘Only weekend’ son el producto del aumento en los divorcios y las exigencias de la vida moderna, en la que la tecnología y la individualidad gobiernan con mano de hierro.
Las formas de relacionarse sentimentalmente reflejan un momento histórico desde que la especie humana caminó por la tierra. Los roles del hombre y la mujer han cambiado y lo que antes era normal ahora es una rareza. Hoy es extraña la pareja que no comparta las labores del hogar y la educación de los hijos, si se llegan a tener; así como se considera extraño que la mujer no salga de su casa al mundo laboral. Las parejas ‘Only weekend’ (únicamente fines de semana ) son cada vez más comunes y vienen en paralelo con la revolución sexual, el cambio de roles tradicionales y la explosión en las cifras de divorcios.
En la última década, según la Registraduría Nacional del Estado Civil, los divorcios en Colombia se incrementaron en un 43 % y según la superintendencia de notariado y registro entre enero de 2023 y enero de 2024 se registraron 32,567 separaciones frente a 88,069 matrimonios civiles, es decir que 37 de cada 100 matrimonios terminó en divorcio.
La cifra suena alarmante y ha cambiado la manera en que los colombianos conforman sus familias y parejas. El miedo a un nuevo divorcio y el enfoque en el desarrollo profesional luego de terminar una relación han hecho que las parejas de fin de semana y de casas aparte sean la alternativa que gana más espacio entre los adultos, principalmente mayores de 40 años.
Para Claudia Posso, abogada experta en familia y asesora certificada de parejas, hay una serie de ventajas en los ‘Only weekend’ como “la conservación de la autonomía al tomar cada uno sus decisiones sobre los espacios, los horarios y compromisos de la semana”.
Otro punto a favor que señala Posso, es la “invitación a la creatividad, a la sorpresa, todo lo contrario a la monotonía; el otro se vuelve paisaje y el hecho de convivir hace perder la sorpresa. En este tipo de pareja se planea mejor ese fin de semana y se espera más ese encuentro, eso hace que se mire la calidad del tiempo y no la cantidad”
La flexibilidad, el no estar comprometido fijamente hace que algunas personas maduras prefieran esta relación porque permite enfocarse en el crecimiento personal y profesional sin ataduras de tiempo y espacio.
Margarita Garzón, psicóloga de la Universidad Santo Tomás y asesora de familias en temas de bienestar mental y espiritual, considera que: “Las ventajas de tener una relación en la que cada uno vive en su espacio, es que se comparte una amistad, hay intimidad sin compromiso, se genera un respeto por la libertad de la pareja pero la conexión afectiva puede ser temporal, sin un objetivo concreto, por diversión, sin un proyecto de vida juntos”.
Las ventajas también generan retos y para Claudia Posso el mayor es “la cimentación de los valores de la relación porque hay un espacio muy grande y otro reto es como enfrentar una sociedad vertiginosa con la tecnología que llena espacios que antes eran de encuentro y de pareja”, en consecuencia con lo que dice la especialista las redes sociales, los celulares se han convertido en un nuevo causal de divorcio entre las parejas modernas.
María José García, de 46 años, abogada, divorciada y madre de un niño de 10 años, ve a su pareja varias veces a la semana pero solo comparte su espacio con ella cada 15 días porque ambos tienen fines de semana con sus hijos, considera que “en este tipo de relación estamos alejados de la rutinas domésticas que para las parejas son un reto muy grande, ya que a veces naufragan en la cotidianidad y esta relación está cimentada en la libertad y la confianza, así que tiene que ser una relación madura en la que no existe la angustia de hacer presencia y control permanente en el otro ni dependencia. Aquí se desarrolla una agenda propia según sus necesidades e intereses, así que tiene que haber una altísima dosis de confianza”.
Carlos Romero, de 52 años, pareja ‘Only weekend’, divorciado dos veces y padre de dos hijos considera que al tener una pareja de estas características “no se tiene un compromiso económico permanente y cada uno tiene sus gastos aparte, se vive más intensamente porque no hay tiempo para discutir y en los días en común se vive lo bonito. Yo decido cuándo ir y ella me dice cuándo va a disponer de su tiempo. Lo malo es que puede no haber seriedad en la relación y todo puede ser pasajero y sin futuro, pero en mi caso, a los 52 años, ya no quiero compromisos”.
Con respecto a tener una doble economía, Claudia Posso dice que esto puede jugar en contra porque cada uno sostiene económicamente su espacio y los fines de semana vienen los gastos compartidos, pero no se juntan los esfuerzos y no se da una sinergia en lo económico. “Una relación de pareja debe generar placer, prosperidad y paz; en la creatividad y en la sexualidad eso puede resultar fácil pero en los otros dos pilares donde las parejas se vuelven socios y coequiperos tienen un reto mayor por el poco tiempo compartido. “Es importante no confundirse y decir estoy soltero de lunes a viernes y hago lo que quiero y solo el fin de semana tengo pareja”.
María José ve un “peligro de enfriamiento si la relación no se alimenta con diálogo y con encuentros en esos intervalos, y no se construyen proyectos en común con una mirada de pareja y no individual”.
Concluye la psicóloga Margarita Garzón que “si se vive solo con una mentalidad que apoya el placer y lo pasajero, no se forjará una relación profunda donde se busque la felicidad verdadera de la pareja”.
Decálogo del ‘Only weekend’:
1. Te quiero, pero no te necesito.
2. No dependo de ti.
3. Eres mi elección.
4. Tenemos prioridades claras.
5. Respeto tu libertad.
6. Respeto tu espacio.
7. Puedo vivir sin ti.
8. Confío en ti.
9. Te doy lo mejor de mí.
10. Espero lo mejor de ti.