Este fue el último perfil realizado en El País sobre el cantante José José. Fue publicado en abril de 2017, poco después de que se conociera la noticia de que luchaba contra un cáncer de páncreas. Se publica nuevamente a propósito de su fallecimiento este sábado en Florida, Estados Unidos
La canción ‘Seré’, en su voz, parece un presagio de lo que años después viviría: “Un día llegará que ya, de tanto que canté, de tanto, mi voz ya no será mi voz, mi canto no será mi canto”.
José José fue el primer artista latino en hacer videos de sus canciones. Vendió 120 millones de discos y en toda Hispanoamérica fue considerado el cantante más importante de la música romántica. Encabezó la lista Billboard, fue nominado a muchos Grammy. Llegó a Arabia Saudita, Japón, Israel, Egipto y Rusia. Fue galán de películas y de telenovelas.
Su voz era su mayor tesoro, con ella pedía aplausos para el amor que a él había llegado, era preso, era payaso, gavilán o paloma, se volvía tormenta, se volvía tornado, prodigaba amores de 40 y 20, las llenaba de besos y caricias mustias.
Sin haber pisado un conservatorio, el mexicano José Rómulo Sosa Ortiz, José José, “tenía una voz única y la capacidad de expresar lo que decían las canciones con las tonalidades especiales que le daba. No era muy expresivo corporalmente, porque todo lo transmitía con sus cuerdas vocales. Hacía que viviéramos lo que él estaba cantando”, dice Pilar Hung, periodista y directora del espacio de música romántica, Generación R, del Canal Cali TV.
Tenía manejo de la respiración, una capacidad pulmonar para sostener las notas por largo tiempo sin desafinar ni perder la potencia, lo que le dio el título de ‘El Príncipe de la Canción’, el de ‘El rey’ se lo dejó a Sinatra.
No contaba el intérprete de éxitos como La Nave del Olvido, Gavilán o Paloma, Lo Pasado Pasado, con que en 1972 tendría un caso grave de neumonía y su diafragma torácico sufriera una parálisis, que por poco deteriora su voz, su carrera y su vida. Se recuperó tras meses de un tratamiento basado en ejercicios de respiración, pero uno de sus pulmones se averió permanentemente.
A finales de 1980 fue sometido a varias operaciones en sus cuerdas vocales debido a la utilización excesiva de cortisol, alcohol y la falta de descanso después de sus conciertos.
Como si hubiera cumplido al pie de la letra eso que cantaba en ‘Amnesia’: “Que anduve por ahí de bar en bar, llorando sin podérmela olvidar, gastándome la piel en recordar su juramento”, bebió más de la cuenta. Esa adicción al alcohol y al cigarrillo le pasó factura en los años 90, desarrolló diabetes y en 2001 tuvo un enfisema. El abuso del licor, de cortisol y su hernia de hiato afectaron su capacidad para cantar y para hablar.
Seis años después sufrió parálisis de Bell o de los músculos faciales. Lo operaron por retinopatía diabética en uno de sus ojos. “Le tocó practicarse procedimientos con electricidad para restaurar los movimientos de su cara. Hasta los músculos interiores de la faringe y la laringe se vieron afectados, por lo que tuvo que llegar a cantar 24 horas seguidas para poder volver a hablar. No podía pronunciar ni la “o” ni la “u”. Le costaba mucho trabajo vocalizar”, cuenta Hung.
Su amigo músico, Mario Gil, le dijo a El País que “hasta Gilberto Santa Rosa le pidió a José José ‘vé y arréglate la voz con el doctor más caro que hay en el mundo, yo lo pago’. Pero no hay cura. A veces en el escenario se le salía un gallo, y la gente, en ves de hacerle ¡Buu! lo aplaudía. Pero a prensa decía que ya no cantaba y los promotores no lo contrataban”.
Cuando sus fans creían que José José lo había vivido todo, él mismo, el pasado 24 de marzo, a través de un video en su Twitter, les comunicó que se está tratando un cáncer de páncreas.
Lo cantaba en ‘El Triste’, el tema de Roberto Cantoral que se hizo famoso en su voz: “hoy quiero saborear mi dolor, no pido compasión ni piedad, la historia de este amor se escribió para la eternidad. No saben que pensando en tu amor, en tu amor, he podido ayudarme a vivir”. Y ahora, con varios kilos menos y la voz delgada, lo dijo en un mensaje en el que solo pide que sus fans lo sigan acogiendo en sus brazos.
De una figura lánguida, pero cálida y cercana, salen las palabras lúcidas de un hombre de 69 años, que según él mismo, su familia y sus amigos, está de la mano de Dios y de sus seguidores: “A mi pueblo de México, que tanto amo y a quien le debo lo que soy, dedico este pequeño video para, como siempre, informarles, como lo he hecho toda mi vida, en boca propia, qué sucede con mi vida y con mi carrera. Hoy, en este día maravilloso que estamos viviendo aquí en nuestro México, quiero platicarles que estuve muy pendiente de mi salud, y al ver que no ganaba peso con nada me hice unos estudios en Estados Unidos y no logré obtener una respuesta de por qué estoy tan flaquito y año con año, en estos tres últimos años, me iba haciendo más chiquito”.
Agradece la atención que le brindaron en el Instituto Nacional de Nutrición su director, David Kershenobich, y su equipo. “me arroparon de una manera sensacional, me encontraron un tumorcito chiquito en la cabeza del páncreas, que es lo que ha motivado que yo esté tan delgado”.
Afirma que Kershenobich le dijo: ‘tú has recibido tántas cosas negativas que te han mandado, traiciones sobre todo, las más dolorosas, las mentiras, lo que inventan, las agresiones, todo eso lo van recibiendo los órganos, y por lógica, tu páncreas recibió una agresión gigantesca y fue desarrollando eso negativo ahí. No te preocupes, es muy pequeño, lo vamos a sacar adelante con un tratamiento de quimioterapia para irlo reduciendo o retirarlo’”.
Precisamente, su amigo Mario Gil dice que “José es una persona tan buena, tan dada a la gente, que muchos se han aprovechado de él. Su excuñado le quitó mucho dinero, sus ‘ex’ vendían sus casas sin que lo supiera, falsificaban su firma y él nunca hizo nada porque decía ‘no le voy a quitar la casa a la mamá de mis hijos’. Un promotor en Colombia le quedó mal y él le dió una segunda oportunidad.
En su conmovedor mensaje, ‘El Príncipe’ dice estar dispuesto a emprender su nueva aventura. “Siempre me he sentido, mi familia querida, en sus brazos y hoy más que nunca. Gracias por ser mis amigos, mis hermanos, mi gente. Gracias por ayudarme a tener otra extensión de vida, Dios los bendiga, los amo, ¡gracias!”, finaliza.
Secretos de José
Hijo de José Sosa Esquivel, tenor de ópera y de la concertista de piano Margarita Ortiz Pensado, José Romúlo empezó su carrera como cantante a comienzos de los años 50 en el coro de su colegio, en festivales escolares y aprendió a tocar guitarra.
Su padre no permitía que en su casa se tocara música popular, soñaba con que sus hijos se educaran en el bell canto, lejos de las canciones de Chuck Berry y de los Beatles, “pésimos artistas “ que, según él, “pervertían a la juventud con su rebeldía desaforada”.
Cuando aquel abandonó el hogar, en marzo de 1963, José formó un trío musical con su primo Francisco Ortiz y su amigo Alfredo Benítez, y a sus 15 años inició su carrera como cantante. Luego se unió a Los Peg, trío de jazz y bossa nova en el que cantaba y tocaba el bajo y contrabajo.
En un centro nocturno donde se presentaba, lo escuchó cantar el compositor y productor discográfico Rubén Fuentes, quien para darle el contrato con la filial mexicana del sello mundial RCA Víctor (hoy Sony-BMG), le pidió dejar de presentarse en sitios nocturnos. Siendo el sustento de su familia, para él era imposible, pero su madre abrió un restaurante para apoyarlo.
Cambió su nombre al de José José, el primero por su nombre y el segundo por su padre quien murió en 1968, víctima del alcoholismo. De él heredó el gusto por el licor y su táctica antes de un concierto, dormir 16 horas la noche previa y entrenar por un mes, como boxeador, para expandir los pulmones.
En 1970 representó a México en el II Festival de la Canción Latina (predecesor de OTI). Ocupó el tercer lugar, pero su tema ‘El Triste’ impactó tanto que se editó en Rusia, Japón e Israel.
El apelativo de ‘El Príncipe de la Canción’ lo adquirió en los años 70 por el tema ‘Vive el Príncipe’ y recibió su primer Disco de Oro. Fue la rápida llegada de la fama y del éxito lo que lo llevó al alcoholismo y a la cocaína. Después de que terminaban las giras, José José se quitaba su esmoquin y llenaba su vacío con botellas de whisky, ron y tequila.
Su primera esposa, Natalia Herrera Calles, con quien se casó en 1970 lo motivó a desintoxicarse. Se recluyó en un hotel de una playa cercana a Acapulco. Intentaron enseñarle a jugar golf, caminar los 18 hoyos frente al mar, pero tras una semana, regresó a México y duró seis días pegado a una botella. Su matrimonio se acabó a los dos años.
Su mamá lo internó en un centro de adicciones y un año después retomó su carrera. Llegarían después temas como Gavilán o Paloma, Buenos Días Amor, El Amar y el Querer, Volcán, Lo Pasado, Pasado, Almohada, Si me Dejas Ahora, Insaciable Amante (de Camilo Sexto), Amor Amor, La Nave del Olvido.
Su álbum ‘Secretos’ fue el más exitoso, según el periodista Gustavo Pérez, estuvo más de 40 semanas en el Hit Parade de Billboard, tuvo más de 15 millones de copias vendidas desde 1983.
Dicha producción contiene más éxitos: Lo Dudo, El Amor Acaba, Voy a Llenarte Toda, Cuando Vayas Conmigo, He Renunciado a Ti, Lágrimas, A Esa, entre otras. Hizo duetos, uno de ellos con José Feliciano: Por Ella. Actuó, en la película autobiográfica Gavilán o Paloma. Con su álbum En las Buenas y en Las Malas, rompió récords y su tema, Amnesia, ocupó primeros lugares en Billboard.
En 1992 recayó en el alcoholismo. Dice que su fe en Dios lo salvó. Es consciente de que los excesos dañaron su salud. “Siente que si se entrega a Él se va a recuperar”, dice Pilar Hung. “Yo le pregunté cuál era el secreto para saltar a la otra orilla y no dejarse hundir, dijo que en cualquier dificultad la solución es aferrarse a la voluntad de Dios. En Alcohólicos Anónimos le enseñaron 12 pasos y en siete hablaban de la presencia de Dios en los seres humanos. Cada mañana que se levanta dice: ‘Padre, yo pongo mi vida en tus manos y en la de los demás’”.
Esa oración la hizo el 27 de de octubre de 2010 cuando se presentó en el Teatro Jorge Isaacs, de Cali. Ese fue su último concierto en la ciudad. “No es un artista intocable sino cordial, amable, caballeroso, decente”, cuenta Hung, quien condujo el evento con Jaime Echeverry Loaiza. Esa vez les pidieron que se retiraran del camerino, que iban a ponerle al artista una inyección de cortisol, para mejorar sus cuerdas vocales. Pero cuando salió al escenario se le sentía la voz mal. Y aunque el público se dio cuenta de que no estaba en óptimas condiciones, lo aplaudió, le hicieron los coros y cantaron por él cuando no daba su voz.
Tras la segunda canción, pasó a un segundo plano el nivel de dificultad que tenía su voz y todos aplaudieron al artista que por años les regaló canciones tan bonitas. Él sonreía, contento con la respuesta de la gente. Al principio fue un choque, al final sus fans entendieron que libraba una batalla. El público se levantó a ovacionarlo.
Él decía que seguía cantando porque cuando su tercera esposa, Sara, sufrió una hemorragia cerebral, perdió mucho dinero, en clínicas y médicos. Sus amigos, el cantante Cristian Castro y el actor Jaime Camil (padre), entre otros, le ayudaron a pagar varias cuentas.
José José, descrito por sus cercanos, es tranquilo, nunca está en plan de pelea, transmite paz, confianza, no se le ve un mal gesto, sonríe siempre.
Predijo que las nuevas tecnologías acabarían con el disco físico. Para él lo importante es que su mensaje llegue a su destino final, el corazón de las personas “no importa cómo sea, comprado, regalado, bajado del Internet”. Una vez vio en México que en las estaciones del metro estaban vendiendo a 10 pesos un mp3 con 200 canciones de él. “Habían podido meter mis 400 grabaciones, que igual las hubieran vendido por 10 pesos”.
De los artistas de hoy dice que “ya no se piensa en una carrera duradera” como él y los de su generación, se están haciendo artistas a vapor, con una o dos canciones y luego desaparecen”.
Hijo del alma
Como lo decía en su éxito de los años 90: “Me he enredado tanto en amores, he querido sin medida, siempre he sido loco por ellas, las mujeres de mi vida”, José José fue un ‘Mujeriego’.
Además le cayó como anillo al dedo y por pura casualidad, ‘40 y 20’, el tema compuesto por Roberto Livi, porque en 1971, cuando él tenía 23 años, se casó con una dama de 43. Su primera esposa, Natalia ‘Kiki’ Herrera Calles, con quien duró dos años. Con la segunda, Ana Elena ‘Anel’ Noreña estuvo de 1974 a 1991 y tuvo a sus hijos José Francisco (José Joel) y Marysol Estrella, cantantes como él. Y con Sara Salazar inició en 1995 una unión de la que nació Sarita y que perdura hasta hoy. Residen entre México y Miami.
En noviembre de 2010, José José conoció en Colombia a un muchacho de 20 años llamado Manuel José, nacido en Supía, Caldas, residente en el Valle del Cauca, participante del concurso musical Yo me Llamo, del Canal Caracol, quien aseguró en el programa que era hijo del artista mexicano.
El cantante aceptó someterse a una prueba de ADN “por la buena voluntad y disposición que mostró el joven”, al acercarse a él, pues siempre le manifestó que solo buscaba su cariño. “Debido a mi alcoholismo de ese entonces no recuerdo lo que viví, pero con los brazos abiertos lo recibo después de hacernos la prueba de ADN”, dijo ‘El Príncipe de la Canción’ sobre el romance con la madre de quien, gracias a su impresionante parecido físico y artístico, resultó ganador del reality.
Y aunque la prueba de paternidad salió negativa, hoy en día Manuel José, quien está triunfando en México, donde reside actualmente, dice: “Dentro de mi corazón, él siempre será mi padre, el cariño hacia él nunca ha cambiado, al contrario, se ha nutrido con el tiempo, el respeto, la prudencia con la que siempre he manejado las cosas”.
Él creció escuchando toda la música romántica: “cuando descubrí las canciones de don José José descubrí un clic especial con ellas, sentí desde el fondo de mi corazón que debía interpretarlas y me he dedicado a eso, a hacerlas con el debido respeto porque ya son obras maestras, que se han quedado dentro de la cultura colectiva del pueblo latinoamericano”. Para él todos los temas de este artista son joyas de la corona, “el que me toque interpretar del maestro, es para mí un gran reto, todos son muy exigentes”.
Manuel José se radicó en México hace unos meses para desarrollar su carrera porque dice que “es la plataforma más importante a nivel musical, de toda Hispanoamérica. Aquí han surgido los artistas más reconocidos y están las grandes compañías”.
La disquera Universal Music lo firmó en noviembre pasado como artista exclusivo, para dos trabajos que ya tenía y cinco más. “Grabamos un disco sinfónico en homenaje a José José, ‘Dos generaciones, el mismo sentimiento’. Contiene diez temas, los más reconocidos de José José. El otro es Herencia Romántica, de canciones inéditas de Carlos Fenix como ‘Deja ya ese hombre’ y ‘Sigo siendo el triste’”.
El viernes pasado se presentó en el Teatro Roberto Cantoral en un concierto sinfónico, el cual fue grabado en vivo por la disquera Universal con el objetivo de editar el disco+dvd de ‘Dos generaciones, el mismo sentimiento’. “El recibimiento en México ha sido muy bonito. Nos quedamos gratamente sorprendidos que al comenzar aquí con una serie de shows con las canciones de don José José, me han recibido como si yo fuera un mexicano más y les ha gustado la interpretación”.
Además este martes empezará a grabar una bioserie de Lupita D’Alessio, con Televisa, en la que hará el papel de José José joven, ya que tuvo una gran amistad con ella. “En una de las escenas estaré cantando como José José en el programa Siempre en Domingo”.
Sobre los difíciles momentos por los que pasa José José destaca: “Su fe inquebrantable, el respeto que tiene por su público, por su profesión, su honestidad, su sencillez, su caballerosidad. Nos da ejemplo de superación, de calma, que es como se deben afrontar las situaciones adversas. Ha sido claro y directo con su público y este lo ha sabido acompañar en las buenas y en las malas, gracias a ese amor ha podido superar tantas dificultades en su vida. Nos da un parte de tranquilidad el saber que está fuerte, en las mejores manos, médicas y científicas, nos da ejemplo de fortaleza, de esperanza. Debemos unirnos con él en oración, en el cariño de siempre, para que pueda superar esta prueba que le ha dado la vida”.
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