Por: Sergio Villamizar, Colprensa.
Después de cada una de las más de 1500 funciones que ha realizado de ‘La Pelota de Letras’ desde su estreno en 2004, el comediante Andrés López Forero suele salir a encontrarse con el público, tomarse fotos, dar autógrafos e intercambiar palabras. Es en esos momentos de retroalimentación que el bogotano se da cuenta de la magnitud del impacto que ha logrado con una obra que no pierde vigencia, y que a través del humor toca algunas de las raíces más profundas de las familias colombianas.
No es usual que una puesta en escena supere las barreras del tiempo como lo ha logrado López con ‘La Pelota de Letras’, que a inicios de 2004 presentó, por primera vez, a un pequeño público en el extinto Hard Rock Café de Bogotá, con una puesta en escena que sabía que gustaría, pero jamás se imaginó el alcance que tuvo.
‘La Pelota de Letras’ con la que López ha logrado presentar en varios escenarios del país y la ha llevado por distintos países logrando más de 2.7 millones de espectadores, siendo pionera en el país de formato stand up comedy, que tan común es hoy en día.
Para festejar los 20 años del inicio de esta travesía, el artista llega con el ‘López Tour 2024′, para llevar de nuevo a escena, a manera de celebración la icónica comedia La Pelota de Letras, con la que recorrerá América y Europa, iniciando en el Teatro Cafam.
Desde el debut de esta obra en el año 2004, ha dejado una marca imborrable en el corazón de miles de espectadores, convirtiéndose en un referente de la comedia latinoamericana para grandes y pequeños. Con esta ha recorrido 18 países, entre otros: España, Estados Unidos, México, Reino Unido, Canadá, Argentina, Australia e Inglaterra, siendo vista alrededor del mundo por más de 2.7 millones de personas.
Un balón de caucho usado en la década de los años 70, 80 y 90, fue el elegido por Andrés para relatar cada una de las ‘hazañas’ de nuestra vida en sociedad clasificadas en la ‘Generación W’, la ‘Generación de la Guayaba’, la ‘Generación X’, la ‘Generación Y’, la ‘Generación Z’ y la ‘Generación AA’, con las que muchos se identifican.
La celebración ya comenzó con una nueva temporada en Bogotá, alternando funciones de ‘La Pelota de Letras’ con otra de sus obras: ‘Llegar a Marte’, que continuará en Barranquilla el 22 de agosto y el 29 del mismo mes la cita será en Popayán.
El 3 de octubre llegará a Cali, el 4 en Pasto y el 10 de noviembre en Bucaramanga y el 1 estará en Pereira.
Son 20 años ya de ‘La pelota de letras’, una obra clave en la historia de la comedia en el teatro colombiano...
Este forajido se metió en todo tipo de discotecas por allá en el año 1996 y venía contando cuentos desde 1990, por lo que han sido 34 años parado en las tablas, en el concreto, en lo que salga, contando cuentos.
Yo ante todo, cuentero, siempre cuentero, entonces lo que hice fue combinar los cuentos, y siempre, a esos cuentos, les ocurría la comedia, porque la gente siempre se reía de los cuentos que yo contaba. Fui parte del movimiento que fundó la cuentería en Colombia, como un forajido, como un llanero solitario que va de plaza en plaza con su mochila, pidiendo que le presten un micrófono y que le dejen contar cuentos, y sólo con el tiempo me di cuenta que esto eras un monólogo de comedia moderna. Así sucedieron las cosas, por pura pasión. No había más carta de navegación que la intención de pararme a que la gente escuchara cuentos.
Ese tipo de pasiones requieren de una buena dosis de terquedad...
Eso me caracteriza, soy muy terco, pero terco gourmet. Eso me hizo serpentiar las distintas situaciones y tumbar murallas, por lo que uno hace es lo que dice Kike Santander en la canción de Gloria Estefan: “Abriendo puertas, cerrando heridas”.
¿Por qué ‘La pelota de letras’ no ha perdido vigencia en 20 años?
Tanto ‘La pelota de letras’ como ‘Llegar a Marte’ son obras que se hacen con amor y rigor. Una de las frases de Octavio Paz es que a los latinoamericanos nos hace falta rigor, y esa frase me llegó hondo, en verdad hay que tener rigor y ver el verdadero origen de las cosas. Siempre esperamos que en otro país inventen las cosas para que nosotros hagamos la versión colombiana, y la verdad pensé en por qué no empezar desde el origen, desde la hoja en blanco.
Yo realmente no pretendía hacer o traer el stand up comedy a Colombia, que en Estados Unidos no es considerado un género académico, simplemente es una manera de pararse y hacer las cosas dentro del ecosistema de los actores de teatro y sus circuitos. Yo sólo esperaba hacer cosas nuevas, narraciones nuevas. Sentarme, escribir, recoger lo que decían en las fiestas mis amigos, las películas que veíamos, lo que pensábamos de la vida, lo que nos decían los papás, los abuelos.
Me ha parecido maravilloso que con ‘La pelota de letras’ se acompaña a parientes que están en hospitales y se están despidiendo. Una familia se acercó a decirme que en los últimos días de la mamá, la familia se reunía alrededor de ella para ver ‘La pelota de letras’ que tiene las frases de toda la familia colombiana, por lo que se sentía acompañada de un pariente más. Yo soy como un pariente más que la gente vuelve a visitar, lo que es el sentido de la creación artística, porque yo antes de pretender ser comediante, me estaba formando como artista, y en esa formación me encontré con la comedia.
Primero me formé como artista, como un coleccionista de asombros que va por la calle y no da por sentadas las cosas, que todo le parece extraordinario, ese algo que te golpea la percepción y no lo puedes dejar por sentado y tienes que preguntar todo sobre ello. Ese ha sido el éxito de 20 años de temporada de la misma comedia cambiante, es una estructura que constantemente saca ramas, cuando la escribí no había internet público en 1993, ni redes sociales, todo eso hay que hablarlo.
¿Cómo ha sido esa constante actualización de ‘La Pelota de Letras’?
Nadie se baña dos veces en la misma comedia. Fue el mismo ejercicio de las obras de William Shakespeare, no creo que él se hubiese sentado a escribir todas las obras que conocemos y luego enviárselas a los actores. Fue como una especie de bola de nieve para ver las cosas que funcionan en un escenario y sustentan la estructura de una obra de teatro.
Por eso, las obras de Shakespeare son tan largas porque son una colección de todo lo que funcionaba en un escenario.
‘La Pelota de Letras’ es la colección de mis asombros, de lo que puedo comunicar y construir un diálogo, una comedia no es un monólogo, el público actúa con el actor. A mí me tocó estudiar todo esto, yo no llegué a esto por oportunismo, llegué porque me formé, hice la tarea, y ese ha sido el secreto detrás de todo esto, con un compromiso de que la narrativa que se da le sirva a la gente y estemos todos en la misma página, disfrutando de lo mismo y que exista buena onda.