Las autoridades lograron la captura de 40 personas señaladas de integrar una estructura delictiva con alcances internacionales.
Según la Policía, esta banda se dedicaba al tráfico se estupefacientes en Europa, Centro y Suramérica, con impacto directo en la ciudad Cali.
La organización criminal usaba a la capital del valle como centro de acopio de estupefacientes para abastecer las redes de microtráfico en la ciudad y enviar droga a través de diferentes medios a otros países del mundo.
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La mayoría de las sustancias provenían del Cauca y eran almacenadas en Cali mientras se distribuían localmente y se adecuaban caletas que permitieran su transporte hacia diferentes lugares en Colombia.
La Fiscalía, por su parte, señaló que las acciones operativas permitieron, en varios procedimientos, incautar cerca de 10 toneladas de estupefacientes.
Los capturados contaban con 2 equipos de socios: el primero encargado de la coordinación para el envío de la marihuana en vehículos de carga hacia centros de acopio y otras ciudades. El segundo era responsable de las gestiones para el envío a través de encomiendas, vinculando a empleados de estas empresas.
Además, las autoridades manifestaron que bajo el liderazgo de los cabecillas se encontraban varias personas que fungían como cultivadores y coordinadores para el transporte desde las zonas de cultivo hasta los lugares donde se acondicionaban los automotores.
Los líderes se vinculaban de manera directa con el grupo armado organizado Residual Dagoberto Ramos, a quien le pagaban por el cuidado de varios cultivos en los municipios de Toribio y Corinto.
Esta banda se caracterizaba por el transporte de grandes cantidades directamente desde las zonas de producción; de esta forma, en diferentes procedimientos se identificaron caletas en vehículos de carga, furgones y camionetas, donde podrían llegar a transportar hasta tonelada y media de sustancias ilícitas, las cuales eran ocultas en equipos médicos, materiales químicos, sal, alimentos y tuberías.
Así mismo, vincularon algunos conductores que hacían parte de una empresa de ambulancias a quienes utilizaban para la movilización de estupefacientes bajo la fachada de una remisión médica principalmente en la ruta Cauca – Bogotá.
Por otra parte, a través de encomiendas se realizaban envíos de sustancias ocultas en pisos laminados, cilindros de plástico, cartón y maquinaria médica, hacia diferentes ciudades algunas con salida portuaria o zonas fronterizas.
La Fiscalía logró conocer que algunos funcionarios de estas empresas de envío facilitaban la recolección en los lugares donde se encontraba almacenado el estupefaciente para luego encargarse de rotularlo y despacharlo, evitando ser detectados en los controles de seguridad realizados al interior de estas empresas.
Frente al tráfico transnacional, se observó que esta organización contaba con la capacidad de comercializar marihuana tipo Cripy a Trinidad y Tobago; Ecuador, Chile y Brasil, dando continuidad a modalidades como Narcobuses, vehículos de transporte público especial, que eran acondicionados para llevar caletas ocultas mientras que ofrecían de manera paralela excursiones a países del sur del continente a muy bajo costo o gratuitos donde el viajero solamente asumiría el valor de la alimentación.
Esta modalidad es reconocida por el accidente fatal que sufrió un bus en el año 2018 en Ecuador donde perdieron la vida 23 personas que salieron desde la ciudad de Cali.
Con estas capturas se estarían esclareciendo varios homicidios registrados en la capital del Valle durante este año, cuatro de estos fueron consecuencia de un ajuste de cuentas derivado del hurto de una considerable cantidad de estupefacientes por parte de las víctimas a la estructura criminal; lo anterior sustenta que la mayoría de los homicidios bajo la modalidad de sicariato en la ciudad obedecen a ajustes de cuentas asociadas al narco y microtrafico.
Por último, se anunció que los capturados serán presentados ante la justicia por los delitos de concierto para delinquir, homicidio y tráfico de estupefacientes; es de resaltar que estos sujetos ya habían enfrentado 20 procesos judiciales principalmente por rebelión, secuestro, porte ilegal de armas, receptación y los mismos delitos que hoy se les imputan.