Por: Laura Barona, periodista de El País
El pasado 14 de diciembre, en la zona rural de El Cerrito, Valle, se halló el cuerpo sin vida de María José Cajiao Huertas, una menor de solo 15 años que llevaba al rededor de un mes desaparecida. Esto alertó a las autoridades, dado que este caso se sumaría al de otros jóvenes que estarían siendo reclutados por parte de organizaciones criminales, no solo en ese municipio, sino en el departamento.
Una fuente de la Tercera Brigada del Ejército Nacional, le detalló a este diario que a la menor “la enamoraron por redes sociales y se la llevaron a la estructura”, aparentemente, de la disidencia Oliver Sinisterra. “Cuando ella se da cuenta que eso no era como lo pintaban, se intentó volar. La primera vez que se vuela la cogen y la ‘cascan’, a la semana intenta volarse otra vez y la matan”, contó la fuente.
En cuanto al reclutamiento de menores en el Valle, el defensor Regional del Pueblo, Gerson Vergara, aseguró que en Buga, Tuluá, El Cerrito y Sevilla, la presencia y actividades de los grupos armados es muy fuerte. “Ellos se alimentan de los jóvenes y, sin duda, estos son reclutados en algunas de esas zonas, pueden ser usados para el paso de información, para que entreguen algún tipo de armamento, son utilizados de diferentes formas y ese es el paso previo al reclutamiento”, indicó.
Igualmente, explicó que son muchos los casos en los que los menores llegan a esas estructuras criminales engañados, sin embargo, hace énfasis en que hay quienes deciden pertenecer a dichos grupos por temas económicos, de necesidad o por “generar presión sobre la familia”.
Pero la mayoría de casos en que los menores son reclutados se quedan en vilo, esto porque, según el Defensor Regional, las familias difícilmente presentan una denuncia, razón suficiente para que muchas de las personas que viven en esas zonas rurales tomen la decisión de retirarse de esos lugares para evitar que sus hijos terminen en grupos al margen de la ley.
“El problema es que cuando el niño decide tomar la decisión de desvincularse, es complejo”, complementó Vergara. Declaración que cobra sentido con lo sucedido con la menor María José Cajiao, en donde la Defensoría del Pueblo realizó un acompañamiento “debido a la complejidad de la zona”.
Frente a la creciente de los casos de reclutamiento de menores de edad, el órgano emitió una alerta, además le hizo un llamado a la Comisión Intersectorial para la Prevención del Reclutamiento, Uso y Utilización de Niños, Niñas y Adolescentes, Ciprunna, “para que se generen espacios de conciencia, y si hay el riego de la toma de un menor que sea retirado”, puntualizó Vergara.
Finalmente, el día en que se halló el cuerpo de la menor, la Defensoría, en su cuenta de X, hizo un llamado a los grupos armados ilegales “a renunciar a la práctica del reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes. Exigimos dejarlos fuera del conflicto”.