Cali superó los 600 homicidios en lo corrido del 2024, una cifra alarmante que pone sobre la mesa el interrogante de si va a ser posible terminar el año con menos de 1000 casos, la meta de la Administración Municipal. A pesar de que registra una reducción del 11,5 % respecto a 2023, expertos aseguraron que, de no bajar la tendencia, es posible que no se cumpla el objetivo de las autoridades.
Ante este panorama, el consultor en seguridad y paz, Felipe Fernández, afirmó que “el principal desafío en seguridad sigue siendo el comportamiento del homicidio, uno de los delitos de mayor impacto en la ciudad”.
Los barrios más afectados con corte del 31 de agosto según el Observatorio fueron Morichal, con 17 casos; Potrero Grande y Sector Altos de los Chorros, con 15 hechos; El Vallado y Comuneros II, con 14 crímenes; Ciudad Córdoba y El Retiro, con 13 hechos registrados; José Manuel Marroquín I, con 12; y Alfonso Bonilla Aragón, con 10.
De otro lado, las comunas más violentas de la ciudad fueron las cuatro que componen al Distrito de Aguablanca: la 15, con 83 delitos; la 14, con 58 víctimas; la 13, con 52 hechos y la 21, con 48 asesinatos.
Otras comunas de la ciudad con altas cifras de este tipo de crímenes son la 18, con 39 registros; las 6 y la 9, con 27 casos; la 17, con 25 ilícitos y la 20, con 24 registros.
Cabe resaltar que entre el 1 de enero y el 2 de septiembre de 2023 se habían presentado 688 de estos crímenes, 79 más de los que se han registrado este año, lo que revela una disminución de 11,5% en el comportamiento delictivo.
Según Fernández, la disminución de estos delitos en Cali inició en el segundo año de mandato del exalcalde Rodrigo Guerrero, es decir, en el 2013. A pesar de que en el estallido social se registró un leve aumento, en la administración anterior se mantuvo la tendencia a la baja que también se presenta este año.
“A partir del primero de octubre se iniciará el periodo de comparación para medir el desempeño de las políticas de seguridad. En este contexto, es crucial no sobrevalorar los logros ni subestimar los riesgos; es necesario considerar los diferentes contextos que inciden en el escenario territorial”, afirmó el experto.
Se necesitan medidas urgentes
A pesar de lo anterior, los especialistas destacaron que las actividades institucionales han ayudado a la disminución de los crímenes en Cali.
Herrera agregó que “las capturas a delincuentes peligrosos han sido importantes. Este año se ha avanzado en las investigaciones y homicidas que afectaban a la ciudad están en la cárcel”, y añadió que los planes de la Policía, la Secretaría de Seguridad y de Tránsito también han aportado a la disminución de este delito.
Sin embargo, Fernández explicó que para que las cifras continúen bajando es importante integrar a las asociaciones comunitarias, al sector privado, oenegés y la cooperación internacional, ya que además del pie de fuerza de las autoridades también se requiere inversión social.
“Este enfoque integral fortalecería los esfuerzos en las comunas más afectadas por la inseguridad, la inequidad y la pobreza, donde se concentran la mayoría de los homicidios”, afirmó Felipe Fernández.
A pesar de que en este momento no se puede determinar si Cali superará o no los 1000 asesinatos, Héctor Herrera afirmó que con las cifras actuales es posible que se llegue muy cerca.
Por otra parte, Felipe Fernández aseguró que en Cali “la implementación de una estrategia focalizada en los factores de riesgo vinculados al homicidio fortalecerá las capacidades de respuesta y permitirá una intervención más eficaz en otros fenómenos de violencia”.
El consultor en seguridad y paz concluyó que mientras se mantengan los retos estructurales significativos, entre ellos un mercado consolidado de sicarios, la producción de armas y la expansión de actividades delictivas en diversas escalas, “se alimentará el ecosistema criminal y se seguirán desencadenando las disputas territoriales por el control urbano que llevan a asesinatos” y a otros delitos de alto impacto.