José Cardona Hoyos, líder del Partido Comunista, fue asesinado por las Farc en mayo de 1986.
El 9 de mayo de 1986, este periódico tituló en una de las notas de su portada: Asesinado en Cali José Cardona Hoyos, uno de los más fogosos dirigentes del Partido Comunista.Según informó la Policía entonces, dos hombres habían llegado a bordo de una moto hasta las cercanías de la Universidad Santiago de Cali y dispararon tres veces a la cabeza de Cardona, que para esos días enseñaba Historia Contemporánea en esa universidad.La muerte, sin duda, significó la más profunda y demoledora tragedia para sus cuatro hijos y para su esposa. Aquella muerte también contenía otro signo: José Cardona Hoyos era uno de los principales opositores a la idea de que el Partido Comunista Colombiano tuviera un brazo armado. Asesinarlo, de algún modo, era cerrar la posibilidad de un diálogo entre la derecha y la izquierda de este país. 28 años después de esa muerte, el hijo menor de José Cardona Hoyos, también llamado José Cardona, piensa: Mi papá lo había previsto. Había previsto los ríos de sangre y las matanzas a las que nos llevaría una guerra entre la izquierda y la derecha. Por eso siempre insistió en que la guerra había que librarla en la política, con razones, sin balas.El olvido que no quiso serJosé Cardona era un jovencito de 22 años cuando asesinaron a su padre. Es imposible comprender la ruptura que la muerte deja en todo hombre cuando la experimenta. Hay cosas, sin embargo, que pueden llegar a dar una idea de eso. Por ejemplo, la familia de José aún llora al recordar el asesinato. Su madre, que ahora tiene 91 años, no ha aprendido a controlar el gesto de tristeza de su rostro cuando se le menciona o por alguna otra razón lo recuerda. Luego de ese año en que asesinaron a su padre, los otros tres hermanos decidieron sepultar con el cuerpo cualquier reclamo que se le pudiera hacer al Estado. Decidieron no interponer demandas. Decidieron dejar la memoria de la muerte y la vida de su padre solo para ellos y que permaneciera olvidada para el resto de este país que tanto sabe de olvido. Pero José, el hijo menor, se rebeló contra eso.Durante años recolectó documentos y testimonios, notas de prensa, fotos; habló con amigos de su padre, recorrió juzgados y por fin, en 2010, presentó su caso ante la Unidad de Víctimas. Meses después tuvo que interponer una demanda contra esa entidad, pues nunca le dieron una respuesta. Luego, ante las acciones legales, la respuesta de la Unidad de Víctimas era que su padre no había muerto dentro del conflicto armado sino que había sido asesinado por otra razón, por lo que se conoce como delincuencia común. Hace menos de dos meses, después de que reiniciara todo el proceso que las víctimas deben seguir para ser reconocidas como tales, luego de volver de nuevo a experimentar con minucia todo el dolor de la muerte de su padre, un dolor que cada año parece estar tan intacto como desde el mismo 1986, su caso fue reconocido por la Unidad de Víctimas. De acuerdo con esa entidad, la muerte de José Cardona Hoyos fue una consecuencia de su oposición a los vínculos que miembros del Partido Comunista tenían con las Farc. Para él, para el hombre que a sus 22 años recibió el dolor que este país entrega como una herencia a muchos de sus hijos, ese reconocimiento significó un triunfo. No por el dinero que el Estado habrá de entregarle. No. Sino por el solo hecho de que ahora tiene la certidumbre de que el nombre de su padre no se perderá entre tantos otros nombres y vidas ya perdidos, de los que nunca se sabrá nada. Es un triunfo, porque cuando se trata de la muerte, la conciencia de que a nadie importó el dolor propio, el olvido, es una ofensa. José conoció más de su padre justamente luego de su muerte. Durante años leyó los libros que su padre escribió, habló con quienes habían sido sus compañeros, algunos en la política, otros en el Partido Comunista. Su padre fue concejal de Cali, también diputado y congresista. 28 años después de su muerte, José puede reconocer el heroísmo que existió en la vida de su papá. Por ejemplo, recuerda que en medio del Estatuto de Seguridad decretado por el Gobierno de Julio César Turbay, entre 1978 y 1982, durante el cual se cometieron un gran número de desapariciones y torturas y violaciones a los Derechos Humanos, a tal punto que personalidades como García Márquez decidieron exiliarse, su padre tuvo la valentía de sentar a varios representantes del Gobierno en la Comisión de Acusaciones de la Cámara.Fue esa misma valentía, acaso, la que le costó su muerte.***Un pequeño libro titulado Una camarilla corroe al Partido Comunista, denunció los vínculos entre esa colectividad política y grupos armados durante la década de los 80. El libro fue escrito por José Cardona Hoyos y publicado de su propio bolsillo. Todas esas denuncias le valieron la expulsión del Partido Comunista, pero no la pérdida de sus convicciones.Cuenta José Cardona que su padre denunció varias masacres que las Farc realizaron en los pueblos del Cauca. Las denunció, dice, porque veía en ellas, como guiado por un especial discernimiento, toda la tragedia y el sufrimiento que habría de sobrevenir.Y por eso fue asesinado, por tratar de evitar tantos muertos, tanta sangre, toda la que hoy nosotros hemos conocido, nos han contado los medios y los libros. A José le parece algo irónico que ahora, 28 años después de la muerte de su padre, de un hombre que murió por conseguir que su partido dialogara con los otros, finalmente se hayan decidido por dialogar. Le parece irónico, sí, pero no deja de parecerle necesario. Él, que es una víctima, que ha vivido como tantos otros las verdaderas dimensiones de la guerra, dice que los diálogos no son una opción, sino una necesidad. No tenemos otra alternativa. Todos estamos cansados de tanta sangre. Hay que aceptar que esta es nuestra guerra, y nos corresponde acabarla.Conmeración en CaliEste miércoles, en la Asamblea Departamental del Valle, a las 9:00 a.m., José Cardona expondrá el caso del asesinato de su padre, en el marco de la conmemoración del día de la memoria y solidaridad de las víctimas. Otras víctimas del conflicto, entre ellos un menor de edad que perteneció a las Farc, y una mujer víctima de violencia sexual, hablarán de la necesidad de reconciliación en el país . A las 3:00 p.m., en el Concejo, se instalará una sesión con las víctimas.A las 8:00 a.m. arrancará una marcha por las víctimas que partirá desde la UAO en el barrio Guayaquil hasta el CAM. Luego, a las 6:00 p.m. se realizarán actos en la Plazoleta Jairo Varela.