Por: Anderson Zapata Reyes/Editor de Orden
“La Personería Distrital de Cali hace un llamado a los actores involucrados en la guerra para que marginen a la sociedad civil de situaciones que coloquen en peligro la seguridad de los habitantes de este territorio”, indicó Gerardo Mendoza, personero de la ciudad.
Esta declaración se dio luego de que el domingo pasado fuera instalada una pancarta alusiva a las disidencias de las Farc y un cilindro que fue detonado de forma controlada sobre la Avenida Simón Bolívar, en el sur de Cali.
El personero añadió que de “primera fuente conozco que sí hay presencia guerrillera en Cali y eso es un llamado de atención que se lo expuse en su momento al señor Alcalde, por lo que él instó a que se tomen medidas o, por lo menos, se realicen políticas de prevención. Hay que estar alerta porque el mismo Ministro de Defensa lo dijo esta semana en una entrevista y es que el cese al fuego ha permitido que estos grupos armados se fortalezcan y entren a capitalizar territorio para hacerse visibles y alterar la convivencia en las grandes ciudades”.
En entrevista con El País, el Personero Distrital cuenta por qué afirma que en Cali hay presencia de las disidencias de las Farc o grupos armados ilegales. Además, sostiene que ha dialogado con habitantes de zonas rurales de la ciudad y le han manifestado que en estos lugares hay “fuerzas oscuras” que están alterando la seguridad en el día a día de estas personas.
¿Por qué usted afirmó que en Cali hay presencia de disidencias de las Farc?
Los problemas no se solucionan ocultándose. Se solucionan abordándolos desde hechos reales y constitutivos.
Inicio con lo ocurrido el pasado domingo con la pancarta y el cilindro de las disidencias de las Farc que fueron instalados en la Avenida Simón Bolívar con carrera 80. Eso es un hecho indicador de que hay presencia guerrillera en la ciudad de Cali.
No podemos rayar en la inocencia y creer que esa pancarta la puso la mamá de un niño de un colegio o la instaló un grupo de seminaristas. La pancarta responde a una presencia de la guerrilla urbana de las disidencias.
No podemos considerar que la presencia guerrillera debe responder a un sujeto vestido de camuflado con un fusil, cuando efectivamente el guerrillero puede andar de civil por toda la ciudad. O es que el carro bomba de hace algunos años en el Palacio de Justicia lo colocaron guerrilleros vestidos de camuflado, fueron unos civiles que colocaron un detonante que explotó en el Palacio de Justicia nuestro. Cali no puede desconocer hechos históricos que ya nos marcaron y enlutaron.
La Iglesia La María, la Asamblea del Valle del Cauca y lo que pasó en el Kilómetro 18 hace algunos años, son desde ya hechos relevantes que nos invitan a que frente a esta situación tomemos correctivos. Cali requiere un pronunciamiento de las autoridades locales y nacionales para reforzar el pie de fuerza y la inteligencia militar. No podemos pasar de una manera ligera tal acontecimiento cuando nuestra historia nos da una definición clara de que Cali es una ciudad geográficamente expuesta.
Estuve en el corregimiento de Los Andes (Cerca a El Saladito) y allá la comunidad misma habló de fuerzas oscuras que estaban afectando la seguridad de la población. Eso ocurrió en marzo y demuestra que ya hay trabajo de campo que refleja que Cali necesita medidas de choque.
¿En medio de su diálogo con la comunidad en Cali, le han manifestado que hay pruebas sobre la presencia de grupos armados en la ciudad?
Se habla de la presencia de grupos organizados al margen de la ley, pero no puedo decir con evidencia que son disidencias de las Farc. Simplemente es una alerta de que hay grupos o fuerzas oscuras, como ellos lo llaman, en el corregimiento de Los Andes.
Por eso es que la ciudad necesita medidas de inteligencia militar y decisiones de las autoridades locales y nacionales para proteger a la ciudad, pues ya tenemos una historia que nos ha afectado y esto no puede volver a ocurrir.
¿Considera que las autoridades no le han prestado la importancia y atención necesaria a este hecho del domingo pasado con las Disidencias?
Sí. No puedo desconocer que el Alcalde en materia de seguridad está haciendo un importante trabajo, pero frente a la presencia de grupos armados si nos falta. Mire, en Jamundí ya hay presencia y han ocurrido hechos relevantes en este municipio ubicado a cinco minutos del sur de Cali.
Si el enemigo muestra una carta amenazante, qué debió adoptarse inmediatamente: la presencia del Estado a través de la Fuerza Pública y del Ejército.
El domingo pasado, la pancarta y el cilindro, más allá de cualquier situación es un mensaje de las disidencias de las Farc diciendo estamos presentes en Cali.
¿Qué se encontró el domingo en el lugar donde instalaron el cilindro y la pancarta?
Cuando la Personería llegó ya se había hecho el operativo policial y de inteligencia, pero evalué cómo fue la situación y se hizo un pronunciamiento enérgico para que los actores del conflicto armado excluyan a la sociedad civil de la guerra.
El martes pasado se realizó un consejo de seguridad que, sin pasarme de crítico, creo que fue un poco tarde porque esta reunión debió ser el mismo domingo cuando ocurrieron los hechos.
La presencia de la Policía y militar debió reaccionar de inmediato sobre ese sector de Ciudad 2000, El Ingenio, Caney y Ciudadela Comfandi, pero no se vio esa presencia.
Es decir, esa pancarta la puso alguien adscrito a las disidencias de las Farc, no podemos desconocer eso y eso para mí es una amenaza a la ciudad y, como Personero, no puedo pasar por alto este tipo de situaciones que comprometen la seguridad de los habitantes.
¿Ha podido hablar con las autoridades después de estos hechos?
Sí, participé del consejo de seguridad el martes pasado y tuve una corta intervención siempre haciendo alertas, que es lo que me corresponde como personero de Cali.
¿Es esta su principal preocupación sobre la seguridad de Cali?
Sobre la ciudad tengo muchas preocupaciones como por ejemplo la violencia de género.
También es muy preocupante el tema de las pandillas en el territorio, por lo que se requiere eliminar las fronteras invisibles y para ello hay que atacar situaciones de microtráfico.
En muchos casos los jóvenes no puede ir al colegio porque si pasa la frontera invisible su vida corre riesgo, motivo por el que hay deserción escolar y si esto pasa se vuelve un joven en alto riesgo de caer en la drogadicción o que sea utilizado por grupos al margen de la ley que lo puedan llevar a cometer actos delictivos.