En teoría, los delincuentes que ingresaron hace unos días a una entidad bancaria en la Avenida 6 Norte de Cali y apuntando contra las empleadas se llevaron el dinero que había en las cajas, no iban armados.
El hurto habría sido cometido con armas traumáticas, muy apetecidas en los últimos meses por los delincuentes en Cali, porque son similares a las armas de fuego y con ellas logran, además de intimidar a sus víctimas, esquivar la acción de la justicia porque no son de uso prohibido.
Situación que ha generado preocupación en las autoridades locales, que buscan la forma de poner en cintura el uso inapropiado que algunas personas le están dando a este tipo de armas, las cuales fueron diseñadas para uso deportivo y de defensa personal.
Durante el año 2020 fueron decomisadas en el área metropolitana 765 armas traumáticas y de fogueo, y en lo corrido del 2021 van 141 armas incautadas, sin que las autoridades puedan procesar a los responsables por fabricación, tráfico, porte o tenencia de arma de fuego, que contempla de 9 a 12 años de prisión en el Código Penal.
De acuerdo con el secretario de Seguridad y Justicia de Cali, Carlos Alberto Rojas, se ha identificado a muchas personas usando esas armas traumáticas en la comisión de hurtos y atracos en Cali y estamos claros en que una cosa es el tratamiento que hace la justicia del delito que se comete con un arma de fuego y otra cuando se comete con un arma traumática.
“Eso nos tiene muy preocupados porque es una especie de burla a la acción judicial en el marco de las actividades delictivas que cometen las personas que vienen utilizando estos elementos para la comisión de delitos en la ciudad”, señala Rojas.
“Este tipo de armas se han convertido en elementos que les permiten a los criminales actuar con impunidad. La cara de desilusión del policía que logra la captura de una persona con un arma y luego se entera que es traumática o de fogueo, contrasta con el rostro de satisfacción del delincuente que sabe que no va a pasar nada”, indica una fuente policial.
Ante esta situación, han sido citados para el próximo miércoles los propietarios de los 45 establecimientos comerciales que venden este tipo de armas en Cali para discutir sobre su venta y uso, y verificar si se vienen aplicando los protocolos de registro de los compradores de estas armas.
Lea además: Nuevos videos revelan atracos cometidos por delincuentes en moto en Cali
Uso modificado de las armas
Un arma traumática es una réplica de un arma de fuego tradicional, pero posee diferencias en sus funciones y los materiales con los que está fabricada.
Si usted le pone un proyectil de un arma de fuego a una pistola traumática —explica Eduardo Jiménez, representante legal de Airguns Colombia, empresa líder en la venta de armas traumáticas en el país—, se puede despedir de dos o tres dedos de la mano porque la detonación explota el arma.
“Lo que están haciendo las personas que no obran de buena fe, es que compran estas armas en lugares donde no tienen ningún tipo de restricción, donde no hay control, y les cambian el cañón, les cambian los mecanismos y las adaptan como armas de fuego”.
Las armas traumáticas son elaboradas originalmente de hierro colado, una aleación de cobre, aluminio, zinc y otros metales que apenas soportan la detonación baja de una bala traumática, cuya combustión desprende una ojiva de goma con un alcance apenas superior a doce metros de distancia, razón por la cual es considerada como un arma de defensa personal.
Sin embargo, algunos delincuentes han modificado su estructura y le cambian el cañón y el proveedor, de acuerdo con un experto en balística de la Fiscalía General de la Nación, para adaptarla como arma de fuego.
“En este caso lo que hacen es que le modifican el cañón y le montan uno con reforzamiento de acero para que soporte la combustión de una bala real. Igualmente, le dibujan las estrías en el interior del cañón, lo que se conoce como ‘ánima rayada’ para que el disparo salga con mayor estabilidad y precisión”, explica el investigador.
En el caso de las pistolas, también les modifican el proveedor porque las traumáticas llevan solo el cuerpo de la bala y no tiene ojiva o punta.
Por ese motivo, agrega el representante legal de Airguns Colombia, “los delincuentes prefieren modificar los revólveres traumáticos porque es mucho más fácil abrir simplemente el tambor para las balas, pero con las pistolas es muchísimo más complejo”.
Fue justo con un revólver de fogueo que a finales del año pasado resultó herido en el rostro durante un atraco el actor Mauricio Bastidas en el centro de Cali. En este caso la herida fue ocasionada por un proyectil de goma.
Al tablero con las armas
Si bien no se tipifican como armas de fuego, las pistolas traumáticas, en su mayoría, proceden de Turquía y su ingreso se realiza con el visto bueno de la Industria Militar (Indumil).
Su ingreso se autoriza luego de que el importador entrega una ficha técnica de cómo opera cada modelo, aporta las especificaciones de cada una de ellas (pistolas, revólveres, fusiles o escopetas) y es Indumil la que conceptúa si se puede o no realizar la importación.
Aunque son clasificadas como armas no letales, la Secretaría de Seguridad de Cali ha elevado consultas a la Fiscalía Seccional para establecer si existe algún elemento jurídico que permita estrechar los controles a estas armas en la ciudad.
“Estamos con un equipo jurídico verificando si la Alcaldía puede hacer un decreto como los que hemos hecho para la prohibición del parrillero hombre en la ciudad, teniendo en cuenta el riesgo del mal uso de estos elementos y si podemos tener algún tipo de medida adicional para regular más este tema”, indica Carlos Rojas.
Airguns Colombia, de acuerdo con informes oficiales, tiene el registro más amplio de personas que portan armas traumáticas en el país.
“En la base de datos que tenemos hay personas, incluso, que no han comprado las armas con nosotros, pero que las han registrado en la empresa. Como cada billete, las armas traumáticas tienen un serial y nosotros verificamos con la Fiscalía, las dos bases de datos de la Policía Nacional y hasta en la Lista Clinton que la persona que adquiere un arma de estas no tenga antecedentes ni alguna contravención”, explica Eduardo Jiménez, el representante legal de la empresa.
Pero aunque no son armas de fuego en las dos normas que las regula, el Decreto 2535 de 1993 y la Ley 1801 del 2016, el Código Nacional de Policía sí las incluyó en su Artículo 27.
En el mismo señala que: “Portar armas neumáticas, de aire, de fogueo, de letalidad reducida (traumáticas) o sprays rociadores, aerosoles de pimienta en lugares abiertos al público donde se desarrollen aglomeraciones de personas o en aquellos donde se consuman bebidas embriagantes o se advierta su utilización irregular”, tendrá una multa de ocho salarios mínimos legales vigentes y se podrá ordenar la destrucción del arma.
“Con la pandemia ha aumentado la criminalidad y no tenemos un policía en cada esquina que nos proteja, debido a eso el colombiano de bien, el que tiene su local, su comercio y su familia han optado por estas armas para defenderse porque así no la dispare, persuade a los criminales”, dice Jiménez.
Tipos de armas
Fogueo: estas armas no disparan ningún proyectil, pero generan un sonido similar a un disparo real. Se utilizan para acostumbrar a los tiradores a la detonación del disparo.
Traumáticas: como su nombre lo indica, son armas que disparan un cartucho con una pelota de goma que causa una lesión de piel superficial.
Neumáticas: son las armas que funcionan mediante
pipas de aire comprimido para dar potencia a los disparos de balines o perdigones.