Este miércoles a las 1:30 de la madrugada, en la vía que conduce del municipio de Jamundí hacia el sector de Potrerito, en el barrio Quintas de Bolívar, fue detonado un carro bomba que, al parecer, iba dirigido contra una patrulla de la Policía. La detonación no dejó personas lesionadas ni daños materiales considerables.

“En el km 1 de la vía Jamundí - Potrerito detonaron un vehículo particular acondicionado con explosivos. El carro había sido hurtado en el mes de noviembre en el corregimiento de Villacolombia, municipio de Jamundí y la activación se hizo por medio de radio frecuencia. En esta zona hay injerencia de la columna Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, de la comisión de alias Esteban”, declaró William Quintero, subcomandante de la Policía de Cali.

El alcalde de Jamundí, Andrés Felipe Ramírez, catalogó este hecho como un “acto de intimidación” y, hasta el momento, ninguna estructura criminal se ha adjudicado el ataque.

En medio de una rueda de prensa, el Secretario de Seguridad del Valle, Camilo Murcia, afirmó que la Gobernación ofrecía una suma de 15 millones de pesos a quien brinde información sobre los autores del hecho, sin embargo, tras un consejo de seguridad esta suma aumentó a 25 millones de pesos.

El segundo ataque en Jamundí se registró en la noche, cuando un artefacto explosivo fue detonada en el polideportivo del barrio El Jordán, en Jamundí, donde estaba un pelotón militar. De acuerdo con la información aportada por el Ejército, se trató del lanzamiento de una granada que no generó afectación a la población civil ni a los militares. 

Otro ataque contra la Fuerza Pública se registró en Mondomo, Cauca. Hacia las 5:00 a.m., una moto bomba fue detonada a un costado de la estación de Policía que sirve al municipio. Solo se reportaron daños materiales.

Estos ataques se suman a la escalada de violencia en la zona, a vísperas de las fiestas navideñas. El pasado martes en Timbío, Cauca, también se registró un atentado contra la estación de Policía del municipio, el cual dejó como saldo un patrullero, dos oficiales de tránsito y una civil heridos.

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En el municipio de El Boro, también se presentó un ataque con explosivos contra las autoridades el pasado 15 de diciembre, en el cual perdió la vida el Subintendente Medel Muñoz. En la pasada noche de velitas y en medio de un evento social que se celebraba en la estación de Policía del municipio de Inza, Cauca, hombres lanzaron un artefacto explosivo que dejó a un auxiliar de la institución herido.

Para el Director del Centro de Investigación y Estudios sobre Conflictos Armados, Violencia Armada y Desarrollo, Jorge Restrepo, es probable que la escalada del conflicto en esta zona del suroccidente colombiano tenga como intención “confinar a la Policía y reducir su capacidad operativa de manera que el tráfico de narcóticos, las actividades de extorsión y otras formas de delito organizado, puedan operar de manera, no interrumpida”.

Otra visión tiene el experto en seguridad Néstor Rosanía, pues destaca tres puntos que ayudan a entender por qué se generan estos ataques.
“Lo primero que muestra es que las disidencias no se pueden ver como una unidad, un bloque, durante años se ha intentado vender esa idea, sobre todo el Gobierno Duque, ahora se puede ver que mientras que hay unas disidencias que están avanzando una negociación con el Gobierno Petro, hay otras que están en plena conflictividad con otras disidencias, con el ELN y el Estado, o sea, hay varios frentes de guerra. No hay una homogeneidad entre el concepto de disidencias”.

Lo segundo que destaca Rosanía es que el discurso político no tiene mucha fuerza en estas disidencias, ya que siguen en la lógica de confrontar al Estado y lo que están intentando es enviar un mensaje de poder militar para ganar control territorial. “El tema de los carros bomba, de los explosivos, siempre genera esa imagen de ‘fuerza’”. explico el experto.

“Como un tercer elemento, esta fuerza no va dirigida únicamente al Estado, también a sus otros enemigos, incluso a aliados, en términos de demostrar capacidad militar”, explicó el exper

“Es lo que estamos viviendo, una arremetida de grupos violentos contra la Policía, el Ejército y las autoridades del departamento”, afirmó Diego Aguilar, secretario de Gobierno del Cauca.

Entre todos los atentados registrados está el que se llevó a cabo en zona rural de Buenos Aires, Cauca, en el cual la estructura Jaime Martínez, de las disidencias de las Farc, atacó con ráfagas de fusil a oficiales del Ejército Nacional, esta ofensiva dejó como saldo a seis soldados muertos y 7 heridos que fueron trasladados a Cali.

Tras estos acontecimientos el Ministro de Defensa, Iván Velásquez, en diálogo con Blu Radio, dijo: “En algunos casos están dejando vehículos abandonados al paso de uniformados, en otros, detonando explosivos al paso de miembros de la policía, lo que sabemos es que estos ataques no han tenido consecuencias mortales. Se está verificando con inteligencia sobre la autoría de estos hechos, que en varios casos, se le atribuye a la Jaime Martínez que ha estado muy activa y sobre la cual las Fuerzas Militares tienen unas instrucciones muy precisas del Ministerio para actuar, porque ellos han venido realizando hechos que en nada muestran voluntades de paz”.

El Ministro dijo que si estas organizaciones “no están en demostración real de paz, quedarán fuera”, haciendo alusión al programa de ‘Paz Total’ que adelanta el Gobierno Nacional.

¿Qué buscan estas organizaciones criminales con los ataques?

Para el Director del Centro de Investigación y Estudios sobre Conflictos Armados, Violencia Armada y Desarrollo, Jorge Restrepo, es probable que la escalada del conflicto en esta zona del suroccidente colombiano tenga como intención “confinar a la Policía y reducir su capacidad operativa de manera que el tráfico de narcóticos, las actividades de extorsión y otras formas de delito organizado, puedan operar de manera, no interrumpida”.

Otra visión tiene el experto en seguridad Néstor Rosanía, pues destaca tres puntos que ayudan a entender por qué se generan estos ataques.
“Lo primero que muestra es que las disidencias no se pueden ver como una unidad, un bloque, durante años se ha intentado vender esa idea, sobre todo el Gobierno Duque, ahora se puede ver que mientras que hay unas disidencias que están avanzando una negociación con el Gobierno Petro, hay otras que están en plena conflictividad con otras disidencias, con el ELN y el Estado, o sea, hay varios frentes de guerra. No hay una homogeneidad entre el concepto de disidencias”.

Lo segundo que destaca Rosanía es que el discurso político no tiene mucha fuerza en estas disidencias, ya que siguen en la lógica de confrontar al Estado y lo que están intentando es enviar un mensaje de poder militar para ganar control territorial. “El tema de los carros bomba, de los explosivos, siempre genera esa imagen de ‘fuerza’”. explico el experto.

“Como un tercer elemento, esta fuerza no va dirigida únicamente al Estado, también a sus otros enemigos, incluso a aliados, en términos de demostrar capacidad militar”, explicó el experto.