María Alejandra Benavides, exasesora del Ministerio de Hacienda, guardó silencio este jueves 5 de diciembre durante una diligencia ante la Corte Suprema de Justicia, en el caso de corrupción en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Desastres (UNGRD) que involucra a varios congresistas.
La diligencia fue dirigida por el magistrado Misael Rodríguez, quien hizo hincapié en mantener la reserva procesal sobre los detalles de las declaraciones y las acciones procesales en curso.
Minutos antes de que comenzara la audiencia, varios de los congresistas investigados por este caso llegaron al Palacio de Justicia en Bogotá. Entre ellos, el representante a la Cámara Wadith Manzur, del Partido Conservador, y el congresista Julián Peinado, del Partido Liberal, así como el abogado de Juan Pablo Gallo, quien también está siendo investigado.
Manzur, al llegar, pidió públicamente que Benavides “diga la verdad y que el país conozca lo que tiene que decir”. Y afirmó que estaba “muy tranquilo” porque todas sus actuaciones como congresista fueron en el marco de sus funciones, y agregó que “me protege la ley”.
Por su parte, el abogado de Peinado, Jesús Albeiro Yepes, señaló que aún no tenían acceso a la declaración de Benavides y agregó: “Estamos esperando que la Corte nos permita conocer la verdad. Yo estoy tan desinformado como cualquier colombiano sobre lo que ella pueda decir”.
La exasesora, que había sido citada como testigo, solicitó además ingresar al Palacio de Justicia por los parqueaderos para evitar el contacto con los medios de comunicación, lo que reflejó su intento de mantenerse alejada del foco mediático.
Benavides, quien fue vinculada previamente con el escándalo, también había solicitado a las autoridades que reforzaran su seguridad después de haber recibido amenazas, las cuales, según su abogado Jaime López, están relacionadas con las declaraciones que hizo en la Fiscalía, donde implicó directamente al exministro Bonilla.
En la declaración que Benavides entregó a la Fiscalía General, la exfuncionaria reveló detalles importantes sobre el caso, incluyendo que Bonilla estaba al tanto del esquema de corrupción que involucraba sobornos para impulsar proyectos del Gobierno Petro.
“Él me usó, él usó el hecho de ser ministro de Hacienda, que a él no le importaba el costo que tenía que pagar. Eso lo necesitaban allá adentro”, aseguró Benavides en su relato. La exasesora explicó que Bonilla utilizó su influencia para que congresistas de las comisiones económicas favorecieran al Gobierno a cambio de coimas.
Este testimonio fue crucial, ya que apunta directamente a Bonilla, quien fue ministro de Hacienda en el gobierno de Gustavo Petro, y señala su implicación en el entramado de corrupción que, entre otras cosas, ayudó a gestionar y aprobar contratos millonarios para la UNGRD.
El escándalo ha tenido consecuencias políticas significativas. El 4 de diciembre, tras la revelación de estas acusaciones, el presidente Gustavo Petro solicitó la renuncia de Ricardo Bonilla, quien asumió su defensa ante las acusaciones. Bonilla dejó su cargo y se comprometió a esclarecer su posición en el proceso.
La Corte Suprema, mientras tanto, ha realizado inspecciones a oficinas del Congreso en busca de pruebas que corroboren las declaraciones de Benavides, en particular, para verificar si los nombres de los congresistas mencionados por los exdirectivos de la UNGRD coinciden con los que recibieron contratos en la entidad.
La exasesora Benavides, al guardar silencio ante la Corte, deja en suspenso muchos de los elementos que aún no se han esclarecido en este escándalo que sacudió el Ministerio de Hacienda y la política colombiana.
*Con información de Colprensa.