Los Farallones de Cali, un espacio de conservación natural que alberga miles de especies animales y vegetales, se ha convertido en una zona de guerra debido a los delitos ambientales que allí se desarrollan, entre ellos, la minería ilegal, que afecta negativamente esta área protegida.
De acuerdo con información del Parque Nacional Natural, este lugar cuenta con 626 especies de aves, 111 tipos de anfibios, 75 especies registradas de reptiles y 98 de mamíferos. Además, hay un registro de más de 1100 especies de plantas, por lo que es un punto de interés científico.
Según el secretario de Seguridad y Justicia de Cali, Jairo García, conforme con el inventario más reciente elaborado por las autoridades en el 2018, en el Parque existen 19 minas, las cuales están conformadas por 328 socavones. Estos últimos, también llamados bocaminas, hacen referencia a las galerías de acceso a los yacimientos interiores de las minas, las cuales están bajo tierra.
Con el fin de extraer oro, los mineros utilizan diversas sustancias químicas que contaminan las fuentes hídricas y también se produce deforestación, afectando el hábitat natural de cientos de especies. Además del daño ambiental, bandas dedicadas al multicrimen utilizan las ganancias de estas acciones irregulares para dinamizar otros delitos como el microtráfico, los gota a gota, entre otros, explicó Iván Carvajal, consultor en seguridad y experto en inteligencia estratégica.
“Son rentas criminales que rotan y mutan, por ejemplo, el dinero que sale de la minería ilegal alimenta a los gota gotas, entonces, esa misma plata es la que usan estos delincuentes después para prestarle a la gente y coaccionarlos con violencia para que paguen intereses altísimos, esa es una de las consecuencias”, aseguró el experto.
Por estas razones, las autoridades trazan planes de intervención para cerrar las minas que dinamizan todo tipo de delitos. Según conoció El País, hoy hay 8 minas activas que están por intervenirse, sin embargo, mientras existan personas desarrollando la actividad el número puede aumentar, por lo que el Ejército Nacional y la Policía, especialmente el grupo de Carabineros, realiza patrullajes constantes en las zonas altas de las montañas para controlar el ingreso al área.
“Estos operativos se intensificarán en los próximos meses con la llegada de nuevo personal tanto para Carabineros como para el Batallón de Alta Montaña. Se complementará con el cierre de las bocaminas y además se construirán bases en alta montaña para garantizar la protección de la zona”, informaron desde la Secretaría de Seguridad de Cali.
¿Por qué no se intervienen todas las minas?
De la misma manera, Iván Carvajal aseguró que no hay vías vehiculares que conduzcan a las zonas afectadas, por lo que caballos y mulas son el medio de transporte habitual, sin embargo, en los puntos más altos y complejos ni los animales pueden transitar y “las personas deben cargar los materiales que utilizan para la extracción ilícita de minerales. Además, la minería es muy difícil de controlar porque tiene múltiples rutas y trochas para llegar a las bocaminas”, manifestó.
Es por ello que la logística para mantener a hombres y mujeres de la Fuerza Pública en el Parque Natural es compleja, puesto que los caminos para hacerles llegar los víveres para su bienestar suelen presentar riesgos propios del hábitat natural que deben proteger.
Otro factor a tener en cuenta son los elevados costos de la desactivación de las minas, las cuales se realizan bajo una detonación controlada con el objetivo de afectar lo menos posible al medio ambiente.
“La implosión es un procedimiento técnico realizado por personas especializadas en control de explosivos que es altamente costoso, pero creemos que es más costoso el daño ambiental que se produce que el valor que se puede invertir para contrarrestar este delito”, indicó Carvajal.
De acuerdo con las autoridades, existen estructuras ilícitas conformadas, en su gran mayoría, por personas foráneas al territorio y que no viven en los corregimientos que se encuentran ubicados al interior del Parque o en el Valle del Cauca.
Si bien desde la Secretaria de Seguridad y Justicia de Cali aseguraron que no se tiene evidencia oficial sobre la existencia de grupos armados ejerciendo minería ilegal en los Farallones, para el consultor en seguridad y experto en inteligencia estratégica no hay dudas de que estructuras como las disidencias de las Farc están implicadas en estos hechos.
Según él, en el norte del Cauca, entre Santander de Quilichao y Buenos Aires, el control de esta economía irregular es de la disidencia Jaime Martínez, por lo que es altamente probable que la misma estructura esté controlando la extracción de oro en el Parque, ya que generalmente esas organizaciones criminales están conectadas con otras formas del delito.
Asimismo, aunque el secretario de seguridad, Jairo García, señaló que “por el momento no hay evidencia que permita relacionar esta afectación al medio ambiente con acciones violentas en la ciudad”, Carvajal consideró que debido a la utilización de dineros obtenidos a través de la actividad delincuencial de la minería, otras economías se ven beneficiadas dentro de Cali, lo que dinamiza la violencia con retaliaciones entre bandas dedicadas al multicrimen.
Proteger los Farallones, una necesidad urgente
Según información obtenida por El País, en el marco de la COP16, se han adelantado dos consejos de seguridad ambiental en articulación con el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ministerio de Defensa, la Gobernación del Valle, la Policía, el Ejército y con Parques Naturales Nacionales, con el fin de establecer un plan que garantice la protección de los Farallones, previniendo la minería y otras invasiones que afecten a los ecosistemas.
“Este plan lo que busca es tener un control constante de monitoreo del ingreso de personas al área y un programa de guardaparques y guardabosques que estarán protegiendo este lugar”, aseguró el Secretario de Seguridad y Justicia.
Por lo anterior, golpes a esta economía ilegal, como la intervención de nueve minas y la captura de alias El Zarco, uno de los principales ecocidas del Parque Nacional Natural Los Farallones que lideraba una banda dedicada a la minería, es importante para retomar el control de la zona por parte de las autoridades.
El capturado a finales de febrero en la primera gran operación contra este delito de 2024, estaría realizando sus actividades desde 2020, con ganancias aproximadas de 159 mil millones de pesos anuales. En medio de la intervención, fueron cerrados 24 socavones activos y se incautaron implementos relacionados con el actuar ilícito, de acuerdo con información de la Policía de Cali.
Es por lo anterior que con el fin de eliminar todo rastro de minería en esta área protegida, el Secretario de Seguridad de Cali concluyó que se seguirán desarrollando operativos conjuntos con las Fuerzas Militares para “garantizar la protección del Parque Los Farallones”.